Home>Personajes>Sam Burke
Existen
tipos como Sam porque alguien, en algún lugar, trata de
escaparse con algo. Solía sentirse mal por atraparlos,
pero una simple palabra le ayudó a sobreponerse.
Nació y creció en el barrio bajo del este de Manhattan,
por lo que Sam Burke desarrolló el modo de hablar del área
y también su sentido de territorio. Las peleas de niños
en el patio de la escuela no eran nada, comparadas con las experiencias
de los patios de prisión a los que aspiraban. Nadie cedía
ni un centímetro, nunca. Sammy cayó en cuenta de
sus problemas y discrepancias, pero al menos sabía qué
esperar. Entonces, sus padres hicieron algo inesperado: lo inscribieron
en una escuela privada en el lado este.
Trajes. Corbatas. Tareas. No era aceptado en su nuevo mundo, como
tampoco lo era en el viejo. ¿El acento? Malo. ¿Su
apariencia? Ven acá, gordito. ¿El ejército?
Claro, tengo 18 años.
La
tranquilidad del ejército no es el peor lugar, sobre todo
cuando no esperas ser respetado y tu instinto de supervivencia
está a gusto con el reto. Pronto fue ascendido a Cabo,
con un trabajo de oficina y mandado a Alemania por el resto de
su servicio. Era odiado, tanto por soldados como por enrolados;
pero el Cabo Burke aprendió cómo funciona el sistema,
poniendo a unos en contra de otros. Vaya, todo lo que puedes aprender
de esos archiveros clasificados. Regresó a los Estados
Unidos un hombre con confianza y sin oposición, a utilizar
un uniforme.
El patrullero Burke hizo un buen trabajo, y con el tiempo hizo
los exámenes necesarios y fue promovido a detective de
Segunda División. Moviendo algunas palancas, consiguió
que lo asignaran a El Barrio, cerca de su antiguo territorio.
Pero desgraciadamente se convirtió en una zona comercial
llena de cafeterías. Su severo rostro se volvió
aún más duro: se había convertido en un extraño
en su propio vecindario.
El
Detective Burke se ha dedicado a buscar la verdad, aunque tenga
que escarbar demasiado. Las acusaciones de brutalidad, a veces
retiradas, no le molestan; a todos los que ha perseguido se les
han encontrado culpables, sin ninguna duda. Su pareja es el gran
tirador “Twitch” Williams, la única persona
con la que se siente tranquilo. Juntos le han dado a los delincuentes
del área – y al HellSpawn que reside ahí –
una gran motivación para mantenerse fuera de problemas.
Desgraciadamente, antes de cometer suicidio, su desagradable comisionado
los despidió a ambos por insubordinados. En lugar de intentar
ser reinstalado, Sam decidió que debían tener su
propio negocio como investigadores privados. Ahora, la mayor parte
del tiempo, por fin pueden exhibir libremente su miserable sentido
del humor y sus pobres hábitos personales.
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