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LAS MADRES
DE PLAZA DE MAYO
DECLARACION DE PRINCIPIOS. “Contra el hambre
y la desocupación, Resistencia y Combate”. Nuestras Consignas: Reivindicamos la lucha revolucionaria de nuestros hijos Las Madres de Plaza de Mayo reivindicamos a nuestros 30.000 hijos desaparecidos
sin hacer distinciones. Las Madres de Plaza de Mayo reivindicamos el
compromiso revolucionario de nuestros hijos y levantamos esas mismas banderas
de lucha. Creemos que sólo la revolución traerá una verdadera democracia con
justicia social y dignidad para nuestros pueblos. Nuestros hijos viven Las Madres de Plaza de Mayo sabemos que nuestros hijos no están
muertos, ellos viven en la lucha, los sueños y el compromiso revolucionarios
de otros jóvenes. Las Madres de Plaza de Mayo encontramos a nuestros hijos en
cada hombre o mujer que se levanta para liberar a sus pueblos. Los 30.000
desaparecidos viven en cada uno que entrega su vida para que otros vivan. Cárcel a los genocidas Los pueblos tenemos el derecho a rebelarnos contra toda injusticia. No
puede existir democracia y libertad sin justicia. Las Madres de Plaza de Mayo
luchamos contra la impunidad y exigimos "Cárcel para los
Genocidas". Sabemos que estos jueces corruptos que tenemos jamás harán
justicia. Pero las Madres creemos que alguna vez el pueblo condenará a los
asesinos. Libertad a los Presos Políticos Los prisioneros políticos son la conciencia de la lucha
revolucionaria. Ningún gobierno puede proclamarse democrático mientras mantiene en sus
cárceles prisioneros por razones políticas. Las rejas y los muros de las
cárceles jamás podrán encerrar las ideas de libertad y justicia por las
cuales luchan millones de hombres y mujeres en el mundo. Las Madres de Plaza
de Mayo exigimos la libertad de todos los prisioneros políticos. Pero una
libertad con dignidad y sin claudicaciones. Una libertad que no los iguale
con los represores. Rechazamos las exhumaciones Las Madres de Plaza de Mayo rechazamos las exhumaciones porque
nuestros hijos no son cadáveres. Nuestros hijos están físicamente
desaparecidos pero viven en la lucha, los ideales y el compromiso de todos
los que luchan por la justicia y la libertad de sus pueblos. Los restos de
nuestros hijos deben quedar allí donde cayeron. No hay tumba que encierre a
un revolucionario. Un puñado de huesos no los identifica porque ellos son
sueños, esperanzas y un ejemplo para las generaciones que vendrán. No aceptamos que se le ponga precio a la vida. Nuestros hijos nos enseñaron el valor que tiene la vida. Ellos la pusieron
al servicio de todos los oprimidos, de los que sufren injusticias. Las Madres de Plaza de Mayo rechazamos la reparación económica y
decimos que la vida sólo vale vida. Que la vida sólo vale algo cuando la
ponemos al servicio del otro. La vida de un ser humano no puede valer dinero
y, mucho menos, la vida de un revolucionario. Lo que hay que reparar con
justicia no se puede reparar con dinero. Los radicales y menemistas
que perdonaron a los asesinos, ahora quieren tapar sus crímenes con dinero.
Nadie le va a poner precio a la vida de nuestros hijos. Las Madres de Plaza
de Mayo seguiremos afirmando que los que cobran las reparaciones económicas
se prostituyen. Rechazamos los homenajes póstumos. Rechazamos las placas y los monumentos porque eso significa enterrar a
los muertos. El único homenaje posible, es levantar sus banderas de lucha y
continuar su camino. Los homenajes póstumos sólo sirven para que los que
garantizaron la impunidad hoy laven sus culpas. El único monumento que
podemos levantar es un inquebrantable compromiso con sus ideales. La falta de trabajo es un crimen La falta de trabajo es un crimen. Son criminales los empresarios que
dejan sin trabajo a millones de hombres y mujeres. El terrorismo de Estado
siempre está organizado por funcionarios al servicio de los grupos
económicos. Ellos nos quieren convertir en esclavos. Las Madres de Plaza de
Mayo creemos que los desocupados son los nuevos desaparecidos del sistema. El
trabajo digno es un derecho que nadie nos puede quitar y por el que debemos
luchar hasta las últimas consecuencias. Las Madres de Plaza de Mayo no votamos ni aceptamos
candidaturas. Creemos que la política es la mejor acción del hombre, la más hermosa
y la única capaz de transformar la realidad. Las Madres de Plaza de Mayo
convocamos a los jóvenes a militar y comprometerse políticamente. Los
instamos a estudiar, a formarse en buenos cuadros políticos. Pero política no
es igual a partidos políticos burgueses. Las Madres de Plaza de Mayo sabemos que es posible hacer política con ética, con principios, sin
claudicaciones. Estamos convencidas que la única democracia posible, es
revolucionaria. Las Madres de Plaza de Mayo no votamos porque no creemos en
esta dirigencia política arrastrada y corrupta. Los pueblos no resuelven sus
problemas únicamente en las urnas, ni en los tribunales ni en los
parlamentos. Los pueblos resolvemos también nuestros problemas en las calles
y en las plazas, movilizados y luchando por nuestros derechos. Las Madres de Plaza de Mayo no aceptamos cargos políticos porque
nuestra mejor candidatura nos la dieron nuestros hijos: ser Madres de
Revolucionarios. La lucha de los pueblos del mundo es nuestra propia lucha Las Madres de Plaza de Mayo nos hicimos internacionalistas y apoyamos la
lucha revolucionaria de todos los pueblos que buscan la liberación. Sabemos
que estamos en el camino correcto y que aunque ninguna de nosotras llegue a
ver el resultado, estamos sembrando ideales para que otros cosechen sueños y
esperanzas en un mundo más justo y solidario. Carta a Juan Pablo II Señor Juan Pablo IIº Varios días nos costó asimilar el pedido de perdón que Usted, Señor
Juan Pablo reclamó para Nos dirigimos a Usted como a un ciudadano común porque nos parece
aberrante que desde su sillón de Papa en el Vaticano, sin conocer ni haber
sufrido en su cuerpo la picana, las mutilaciones, la violación, se anime en
nombre de Jesucristo a pedir clemencia para el asesino. Jesús fue crucificado y sus carnes fueron laceradas por los judas que
como Usted hoy, defienden asesinos. Señor Juan Pablo, ninguna madre del tercer mundo que dio a luz un hijo
que amó, amamantó y cuidó con amor y que después fue mutilado por la
dictadura de Pinochet, Videla,
Banzer o Stroessner, va a
aceptar resignadamente su pedido de clemencia. Nosotras lo entrevistamos a Usted en tres oportunidades, pero Usted no impidió la masacre, no alzó
su voz por nuestros miles de hijos en aquellos años de horror. Ahora no nos quedan dudas de qué lado está Usted. Pero sepa, que aunque
su poder sea inmenso, no va a llegar hasta Dios y hasta Jesús. Muchos de nuestros hijos se inspiraron en Jesucristo en su entrega al
pueblo. Nosotras, la Asociación Madres de Plaza de Mayo, le rogamos, le pedimos
a Dios en un rezo inmenso que se extenderá por el mundo, que no lo perdone a
usted Señor Juan Pablo, porque denigra a la Iglesia del pueblo que sufre. Las Madres de Plaza de Mayo, en nombre de millones de seres humanos
que murieron y siguen muriendo hoy en el mundo en manos de los genocidas que
usted defiende y sostiene, levantamos nuestra voz y decimos: "no lo
perdones Señor a Juan Pablo IIº" Asociación Madres de Plaza de Mayo Carta suscripta por la totalidad de los 25 miembros de la Comisión Directiva
de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, en representación de las más de
2.000 Madres que integran la Asociación. El Día de la Mujer Al pensar en el Día de la Mujer, dos preguntas me vienen a la mente:
¿Cuál es el día de la mujer? y ¿De qué mujer estamos hablando? Hay quienes dicen que celebramos el 8 de mayo el día de la mujer,
porque recordamos a las obreras asesinadas. Las Madres de Plaza de Mayo creemos que tenemos que comenzar a pensar
cada día como el día de la mujer. Pero tenemos que comenzar a pensar que nuestro homenaje no puede
limitarse a recordar una tragedia. Debemos entender que el mejor homenaje es
continuar la lucha. Tenemos que reivindicar, imitar, amar y sostener la lucha de toda las
mujeres que luchan por su libertad, por las reivindicaciones salariales, por
trabajo y, sobre todo, las mujeres que están en las prisiones de todo el
mundo. Tenemos que recordar cada día, a las mujeres que están encerradas en
las cárceles y que con su ejemplo revolucionario enfrentan al represor dentro
de los penales. Tenemos que recordar cada día a todas nuestras queridas y amadas
guerrilleras que combaten en los diferentes países entregando sus vidas para
que otros vivan. Tenemos que recordar a nuestras hijas desaparecidas por las dictaduras
del tercer mundo, que comprendieron que la liberación femenina no es sólo una
cuestión de género sino, fundamentalmente, una cuestión de clase. Y si queremos que aún se celebre el 8 de mayo el Día de la Mujer, por
lo menos atrevámonos a designar ese día como el Día de la Mujer
Revolucionaria, Hebe de Bonafini Presidenta Asociación Madres de Plaza de Mayo - Hipólito Yrigoyen 1442 (1089) Buenos Aires Argentina. Tel.(54-1)
383-0377 / 6430 Fax 954-0381 E-mail:madres@satlink.com http://www.madres.org Buenos Aires, 23 de febrero de 1999 ---------------------------------------------------------------------------- Queridos compañeros: necesitamos la colaboración de todos aquellos que
quieren apoyar la lucha de las Madres
de Plaza de Mayo y les pedimos que se suscriban a nuestro periódico o
suscriban a otros compañeros. Nuestro periódico es un espacio de difusión comprometido con la lucha
de las Madres y hace más de 16 años que sale en forma ininterrumpida,
se distribuye a todo el mundo y se traducen versiones a varios idiomas. Para las Madres de Plaza de Mayo, nuestro periódico es nuestra tribuna
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