GUERRILLAS EN LATINOAMERICA

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La Guerra de EE.UU contra Irak. Antecedentes Históricos.

 

La Invasión contra Afganistan e Irak. ¿Qué hay detrás de la llamada “lucha mundial contra el terrorismo”?. ¿Quién se beneficia de este crimen y genocidio mundial llevada a cabo por los intereses del petróleo? 

 

¡Abajo la Intervención Imperialista en Irak! (*)

 

El pueblo iraquí enfrenta, una vez más, la amenaza de una mayor agresión, como consecuencia de su reaccionaria política de guerra preventiva, guerra injusta de rapiña para controlar militar y económicamente los recursos de la zona. La primera agresión en la guerra del Golfo tuvo como justificación la denominada “invasión” de Kuwait, cuando históricamente este territorio pertenece a Irak y la existencia de este estado es y tiene como único objetivo la defensa de los intereses de las multinacionales del petróleo, tras la obligada descolonización de esta parte del mundo por Inglaterra.

 

La nueva guerra de rapiña emprendida por el imperialismo yanqui forma parte de su estrategia contra los pueblos y las naciones del Mundo, sus territorios y soberanía, eleva más aún la política agresiva del imperialismo yanqui, desde el primer ataque imperialista iniciado por Bush padre a primeros de los noventa del siglo pasado.

 

Hoy, el punto de mira del imperialismo yanqui está fijado sobre Irak, de la misma forma que lo hizo sobre Afganistán. De manera más solapada está interviniendo en América Latina y África y en lo inmediato sus amenazas ya se vierten sobre Irán y Corea del Norte, en lo que han dado en llamar el “eje del mal”. Amparándose en las resoluciones de la ONU que abalaron la primera guerra sobre Irak y la continuada presión militar, económica y política sobre el pueblo iraquí, sigue sembrando destrucción, hambre y miseria sobre este pueblo, para ello busca conseguir el consenso internacional que avale su estrategia de guerra preventiva en su nueva campaña imperialista por el mundo.

 

Antecedentes históricos.

 

En 1991, recién estrenada la condición de superpotencia hegemónica única y poniendo sello a lo que será la superioridad de su

reinado, el imperialismo yanqui lideró una coalición de 33 países amparados en resoluciones de la ONU para realizar una operación quirúrgica: borrar del mapa a Irak. Usando el pretexto de liberar a Kuwait, la guerra del Golfo tenía como objetivos la destrucción total de la nación iraquí, decretar el lento genocidio del pueblo iraquí -que hoy continúa bajo la forma del mantenimiento de sanciones económicas brutales- y adueñarse de las riquezas petrolíferas de la zona.

 

Iniciada la agresión el 17-01-1991 y durante los siguientes 42 días, Bagdad fue machacada por las bombas en una cantidad tal a la equivalente a la arrojada sobre la ciudad de Hiroshima en la II Guerra Mundial, desatando una Apocalipsis que, en un abrir y cerrar de ojos, la próspera ciudad fue reducida a la condición de ruinas; su próspera industria fue reducida a la condición de la era preindustrial y, por si esto era poco, 300 toneladas de uranio empobrecido fueron esparcidas por el país, se experimentó con las peores armas de baja radiación sobre el ejército del que fue diezmado el 90% de sus efectivos y la población civil, incluso las fuerzas yanquis agresoras fueron afectadas por las nuevas armas experimentadas. La guerra biológica y la utilización de armas biológicas y radioactivas de baja intensidad, utilizadas sobre el pueblo iraquí, han sido justificadas por la anterior secretaria de estado yanqui, como el precio necesario para salvaguardar los intereses del imperialismo yanqui en la zona del Golfo Pérsico.

 

Como consecuencia del embargo decretado, tras el desastre ocasionado por la vil agresión, más de un millón y medio de iraquíes murieron y no menos de 800.000 niños mueren lentamente en unos hospitales que carecen de todo como consecuencia del boicot de medicamentos. Tras años de padecer toda serie de penurias, fue permitido, por resolución de la ONU, el cambio de petróleo por alimentos y medicinas, pero en la práctica eso no es mas que una farsa pues del petróleo que se permite canjear sólo recibe un 30%, el resto va a parar a las arcas del imperialismo yanqui. Aparte de esta situación generada, los constantes bombardeos anglo-americanos no han cesado y en los últimos doce años han arrojado más de 200.000 toneladas de bombas que han reducido a cenizas todo tipo de infraestructuras. El sistema hidráulico y eléctrico, anteriormente uno de los mejores del mundo, ha sido arrasado. El embargo prohíbe la importación de cloro por lo que el agua no puede ser tratada, afectando sobre todo a los niños. Treinta mil escuelas fueron echadas abajo y las cosechas y almacenes de alimentos incinerados. Todas estas calamidades generadas por el imperialismo yanqui colocan al pueblo iraquí como el mayor mártir del siglo XXI, un mártir del silencio, un mártir de la mentira justificada únicamente por las ansias de control y rapiña del imperialismo yanqui.

 

Situación actual y mentiras del imperialismo.

 

Las agresiones que viene sufriendo el pueblo iraquí y las inmediatas que prepara la nueva coalición imperialista (a la que el actual gobierno del Estado Español se ha sumado con el objetivo de participar de las migajas de la rapiña imperialista yanqui), no son más que pequeñas muestras de los conceptos del imperialismo yanqui sobre la guerra, libertades y derechos humanos. Su política es clara y definida, pues el imperialismo yanqui, como enemigo principal de la clase obrera, masas, y las naciones y pueblos oprimidos del Mundo, aplica su denominado concepto de guerra preventiva que niega el principio de coexistencia pacífica entre naciones y justifica así una hegemonía por la que se arroga el derecho de atacar y destruir cualquier país o territorio en función de sus intereses imperialistas, opresión y explotación. A pesar de las mentiras y engaños propagados por los medios de comunicación, el actual preparativo de agresión pretende justificarlo con en el argumento de que guerra y petróleo están explícitamente vinculados, pues el gobierno de G. W. Bush ha declarado que su “seguridad energética” es una de las principales claves de su política exterior.

 

Efectivamente, recién instaurado el nuevo representante de la gran burguesía imperialista en el centro del poder del imperialismo yanqui, el gobierno de Bush dejó perfectamente claro que la "seguridad energética" pasaba a ser prioridad clave de su política exterior ante la creciente dependencia del petróleo extranjero, lo que obligó a la adopción de la recomendación hecha por el grupo de trabajo para la estrategia nacional de energía, convocado por el vicepresidente Dick Cheney, señalando la prioridad de que "el presidente haga de la seguridad energética una prioridad en nuestra política comercial y exterior".

 

Es así como las reiteradas y aparentes denuncias de los medios de comunicación y de los plumíferos al servicio del imperialismo, lo único que buscan es encontrar justificaciones que creen opinión pública a favor de la política de guerra y agresiones del imperialismo yanqui. Nos dicen que el atraco se fundamenta en el hecho de que Irak posee armas de destrucción masiva que las resoluciones de la ONU han mandado destruir, sin embargo este hecho no ha sido probado por las reiteradas inspecciones enviadas por el Consejo de Seguridad de la ONU. La inconsistencia de todo lo dicho, de todas las pruebas que el imperialismo dice tener, tienen más que ver con un nuevo “acorazado Maine”, que con hechos reales.

 

¿Qué capacidad moral puede avalar las posturas del imperialismo yanqui? No solamente es el país que más recursos utiliza al desarrollo y fabricación de armas de todo tipo, principalmente de destrucción masiva, sino que además es el único país que ha sido capaz de utilizar con todo desparpajo en una guerra armas nucleares y, posteriormente, armas de las denominadas de baja radiación (contra Japón en la II guerra mundial, los Balcanes.....).

 

Por su parte, el jefe del Gobierno de nuestro país y en absoluta coherencia con la escalada belicista del imperialismo yanqui, ha impulsado un espectacular aumento en los gastos de defensa de 45 millones de € al mismo tiempo que se recortan los presupuestos para la sanidad, la educación pública, la vivienda y el espectacular aumento del paro en los dos últimos años. Por si esto fuera insuficiente, su osadía se alarga hasta atreverse a escribir de nuevo la historia a su medida y señala como justificación del apoyo incondicional de su gobierno a las posturas del imperialismo yanqui, que hemos de estarle agradecidos por su  victoria sobre el fascismo en la II Guerra mundial, por la defensa de la democracia y la victoria sobre el comunismo en Europa. La realidad es que el Estado Español busca ser recompensado por las migajas que ceda el imperialismo yanqui. Los tiras y aflojas del resto de los países del entorno de la UE, tienen que ver también con los costes de la guerra y la parte del pastel que se han de repartir tras la derrota y ocupación de Irak.

 

Nuestra ideología científica nos enseña que con las armas se conquistan y defienden los derechos. Dicho principio también rige para el imperialismo. Es en este contexto que la agresión sobre el pueblo iraquí se enmarca en la meta encomendada a las fuerzas armadas yanquis, las cuales tienen como objetivo efectuar por la fuerza de las armas una reestructuración de las relaciones mundiales para beneficio de la estructura de poder de la hegemonía yanqui y así controlar la mano de obra y los recursos productivos de las amplias extensiones del planeta, los recursos estratégicos, controlar a los posibles rivales potenciales, impedir que los iraquíes y los árabes o cualquier otro pueblo o nación alcancen su auténtica emancipación y controlen su propio destino y recursos. La agresión a Irak no tiene como objetivo derrocar a Sadam y "liberar" al pueblo, como pretenden hacernos ver, esta una agresión enmarcada en la política de su modelo de exterminio en lo económico y militar de todo movimiento político, social y nacional. Es la misma política seguida por el sionismo en su continuado genocidio contra el pueblo palestino cumpliendo los dictados del imperialismo yanqui; es la misma política que se desenvuelve en América Latina como: la Iniciativa Andina, el Plan Colombia, el Plan Puebla-Panamá; como realidad un nuevo y enorme Plan Cóndor, concretado en las grandes maniobras militares yanquis de Cabañas Uno, Dos, Tres en Argentina y Chile, y otros ejercicios y desplazamientos de tropas en América Latina y contra las que el proletariado y las masas han comenzado a luchar para alcanzar su emancipación y recuperar sus riquezas, sus territorios.

 

Desarrollar la organización y movilización de las masas por la paz en lucha contra el revisionismo.

No es posible luchar por la paz, oponerse a la agresión imperialista y al propio imperialismo, sin combatir al mismo tiempo al revisionismo, pues son las dos caras de una misma moneda.

 

¿Qué nos dice el revisionismo? Como siempre, cabalgando por encima de los intereses de las masas, de pueblos y naciones, tratan de centrar su acción política en los efectos generados por el sistema y no en sus causas. Dicen estar contra la guerra, pero en realidad lo que tratan es de sacar tajada en las próximas elecciones municipales y autonómicas, sirviéndose del anti-imperialismo innato en las masas, del rechazo que genera entre la clase obrera y las masas toda agresión imperialista. En lugar de oponerse abiertamente al imperialismo, buscan desviar a la clase y las masas a que utilicen su tiempo y esfuerzos a elaborar planes contra el hambre, celebran simposios sobre los efectos nocivos del desarrollo industrial y las guerras. Dicen que hemos de dedicarnos a solicitar al gobierno de los grades banqueros que grave a los movimientos financieros especulativos, que recorten los gastos militares y dediquen ese dinero a los países pobres -como los que plantean las movilizaciones por el 0,7. Todas estas propuestas del revisionismo y la socialdemocracia, tienen como objetivo el fiscalizar el estado y la dictadura burguesa, todas ellas responden a la misma lógica de seguir poniendo parches al estado prisión imperialista, remendarlo.

 

Aunque en estos momentos no lo expresen abiertamente, en realidad sus posiciones están enmarcadas en el objetivo económico y político de impulsar y desarrollar aún más el imperialismo porque, según dicen, en la medida que la economía imperialista crezca, y por efecto dominó, todos nos beneficiaremos de la bonanza y la riqueza, terminaremos con el hambre, la miseria y las guerras. Nos dicen que hay que humanizar la globalización, pues así nos alegraremos de vivir esta etapa de la humanidad. En definitiva, como buenos agentes del imperialismo entre las filas del proletariado y las masas, tratan de centrar la acción política y organizativa de la clase y las masas en la necesidad de la regulación de las relaciones imperialistas y no en destruirlas y cambiarlas por otras, se resignan y creen, como dice el imperialismo, en el fin de la historia y no ven en la globalización sus dos aspectos, sus contradicciones, el nuevo ropaje con el que se viste para tratar de revivirse como cadáver insepulto que es.

 

Estos “demócratas” siguen el mismo hilo conductor que marca el imperialismo y que no es otro que el de la capitulación y la traición a los intereses de la clase y las masas. Se centran en que ya no hay que exigir justicia contra los crímenes de los estado imperialistas de primer y segundo orden, que basta con hacer presión popular contra el imperialismo. A pesar de que sus palabras altisonantes nos puedan sonar bien, los hechos han demostrado fehacientemente que a lo que se refieren es a que hay  que acumular votos y lograr escaños en el Parlamento para corregir los desmanes del mortal engranaje bélico y la barbarie del imperialismo. Por el contrario se niegan a movilizarse por la libertad de los presos políticos pues, asumiendo los postulados del imperialismo, tachan a todo aquel que combate consecuentemente al estado imperialista, como terrorista y dicen que nuestro país es una democracia y que, en consecuencia, no hay presos políticos.

 

Dicen que hay que centrar la organización de las masas en organizaciones no gubernamentales, lo que significa que hemos de dedicarnos a hacer “proyectos” y pasar por ventanilla a cobrar las subvenciones estatales por los servicios prestados. En definitiva, dicen que ya no se trata de acabar con los que controlan las riquezas, sino de hay que luchar contra la pobreza, omitiendo que en control de los medios de producción por el imperialismo está el origen de las guerras y agresiones, la explotación, la miseria, la opresión y frustraciones que genera. Lo que nos plantean es que hemos de luchar porque el imperialismo lo siga siendo, pero más suave, que lo sea un poco menos, que al menos lo disimule y no agudice las contradicciones sociales….

 

Rechazamos y combatimos los llantos de la caduca “moral imperialista”, por “la vida” en abstracto, la pobreza y la crítica al “terrorismo”, pues sigue los dictados del imperialismo yanqui y su política hegemónica de guerra. Hemos de comprender que, hoy más que nunca, nuevamente cobra vigencia efectiva la olvidada experiencia histórica de que, es imposible para las guerras con sermones morales y pacifistas en la época del imperialismo, que no hemos de temer estas guerras y, si estallan, transformarlas en guerra popular. La guerra actual que prepara el imperialismo yanqui, se transformará, por la crisis que recorre el mundo, por los movimientos de resistencia y los combates populares que genera, en un momento privilegiado de la lucha por derrotar al imperialismo y la reacción mundiales. Es pues necesario, que en este momento enarbolemos el llamamiento de: ¡Proletarios y pueblos oprimidos del mundo, uníos!

 

Febrero, 2003

 

 

Comité Permanente

Partido Comunista de España

 

 

 

 

 

(*)NOTA DE LOS EDITORES.- Este es un extracto del comunicado completo que nos envían los compañeros del Partido Comunista de España. Agradecemos su difusión. (amanecer95@yahoo.com)