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Historia del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).

 

 

 

  1. Introducción

  2. Orígenes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez

  3. Consolidación y Desarrollo del FRENTE

  4. El FPMR en la Derrota de la Dictadura

  5. La Crisis en el Partido Comunista

  6. Vida Independiente del FPMR

  7. El Rediseño Político Interno

  8. Nuestro Análisis de la Realidad

  9. Proceso de Discusión Interna

 10. En que nos Encontramos Hoy

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     INTRODUCCION

 

 

 

 

 

 

     Al cumplirse el decimotercer aniversario del FPMR, nuestra reorganización se

     encuentra trabajando en el fortalecimiento político y en

     la reorganización del RODRIGUISMO. En los nombres de Raúl Pellegrin y

     Cecilia Magni invocamos a cada uno de nuestros hermanos caídos. El

     recuerdo de sus nobles gestos, de entrega total a la lucha del pueblo

     y de lealtad a su organización, son ejemplos de dignidad y

     patriotismo que jamás podremos olvidar.

 

     En esta nueva etapa del RODRIGUISMO, el FPMR debe superarse en cuanto

     a pensamiento político y estructura, y darle paso a una organización

     de nuevo tipo, es necesaria la elaboración colectiva de nuestro

     proyecto político, que dé cuenta de la realidad nacional e

     internacional. Ello debe ser el resultado de un conocimiento

     científico de la realidad acerca de la composición de las clases, de

     lo movimientos sociales, de las afectaciones del sistema en los

     distintos sectores sociales, de sus políticas etc. Para ello debemos

     prepararnos, profundizar más en el conocimiento y aplicación en

     nuestra realidad nacional del marxismo-leninismo, que es la base

     ideológica de nuestro pensamiento pasado, presente y futuro, siendo

     el RODRIGUISMO nuestro espíritu y conducta política.

 

     La tradición Rodriguista representa un sentido de dignidad y

     patriotismo, expresado a través de una conducta intransigente

     permanente que promueve la lucha contra todo tipo de injusticia y de

     explotación tanto nacional como extranjera con gran despliegue de

     voluntad, decisión, audacia y valentía. También hemos desarrollado

     una conducta internacionalista de apoyo irrestricto a todos aquellos

     que en cualquier parte del mundo luchan por el cambio social.

 

     Este ideario permitió al Frente constituírse en una importante e

     indiscutida trinchera durante la lucha antidictatorial y ha sido el

     sustento a la hora de implementar las decisiones.  Sin desconocer el

     rol de las relaciones políticas, hoy privilegiamos la inserción en

     las organizaciones populares y sus coordinaciones, que es donde se

     desarrolla la acción del pueblo. Sabemos sí que a mediano y largo

     plazo deberán existir alianzas en el espectro de la izquierda, el

     carácter, contenido y fin de esas alianzas estarán determinadas por

     la situación concreta.

 

     En cuanto a la lucha armada reafirmamos su validez y la entendemos

     como un estadio superior de la lucha de clases y tiene un carácter

     objetivo, que no obedece a la voluntad de personas o grupos. Su

     viabilidad o no obedece a una serie de factores y condicionantes,

     objetivas y subjetivas de la sociedad. Por tanto no está en nuestros

     planes la vuelta a las acciones armadas tradicionales como prioridad

     o como única forma de acumular fuerzas en la lucha política, sin

     embargo, respaldamos la violencia popular que se opone a la violencia

     permanente y cotidiana del sistema.  El propósito de hacer un breve

     recuento político histórico del nacimiento y vida del FPMR , más que

     hacer un recuento cronológico tiene como finalidad mostrar a las

     nuevas generaciones que el Rodriguismo surge y se genera con la

     existencia del Frente, pero al mismo tiempo va más allá de él por

     cuanto su generación interpreta las aspiraciones, intereses y

     esperanzas de una parte importante de la sociedad chilena que anhela

     construir un país libre de injusticias y desigualdades. Rescatamos

     nuestra historia en su totalidad, estamos orgullosos de ella ya que

     se ha construido con la humanidad de miles de chilenos hijos de este

     pueblo, y nadie puede decir que no ha sido una historia de entrega

     total, de persistencia y compromiso con los ideales que dieron vida a

     la organización.

 

 

 

 

 

 

 

    

 

 

 

     ORIGENES DEL FPMR

 

 

 

 

 

 

     El ascenso de la lucha de masas contra la dictadura presionaba al

     Partido Comunista, obligándolo a poner en práctica, el año 81, la

     política de Rebelión Popular (PRP), que había sido aprobada dos años

     antes en un Pleno de su Comité Central, tras haber reconocido el

     "vacío histórico" de su política militar. El año 1980, el propio

     secretario general del Partido, Luis Corvalán, afirmó que estaba

     cerrada la vía pacífica para vencer a la dictadura, validando todas

     las formas de lucha "incluida la violencia aguda".

 

     Esta política permitió darle a la movilización social un nuevo cauce

     orgánico para llevar adelante acciones audaces de un nivel superior a

     las tradicionales, principalmente en el terreno de la propaganda y la

     violencia y autodefensa popular, las que apuntaban a estimular la

     desobediencia civil y posibilitar la incorporación de miles de

     chilenos al combate, con el propósito exclusivo de terminar cuanto

     antes con la dictadura. La implementación de la PRP fue un proceso

     difícil para un partido formado históricamente en el marco del

     legalismo y la lucha electoral.

 

     El movimiento revolucionario de nuestro Continente había demostrado

     al mundo a posible la lucha armada. En Nicaragua el FSLN, a la cabeza

     de una insurrección popular, logró llegar al Poder tras derrocar la

     dinastía Somocista, que por décadas había ejercido el poder

     dictatorial en ese país centroamericano, y en El Salvador el FMLN se

     convertía en una fuerza beligerante con capacidad de poner en jaque

     al régimen dictatorial. Dichos sucesos repercutieron con fuerza al

     interior de los partidos de izquierda, y fue factor importante a la

     hora de decidir la implementación de la PRP y la posterior creación

     del Frente La PRP se entendió como la combinación de todas las formas

     de lucha, legales e ilegales, armadas y no armadas, para la derrota

     de la dictadura y abrir paso a un Gobierno Provisional de Unidad

     Nacional, se basaba en la unidad de los sectores anti as, la lucha de

     masas y el componente militar como apoyo a dicha lucha.

 

     Las agudización de las contradicciones entre el pueblo y la dictadura

     generaba las condiciones para el desarrollo de la movilización,

     comenzando un gran movimiento social que prontamente se transformó en

     la principal forma de lucha antidictatorial y en la cual su

     protagonista principal era el pueblo. Ya en las primeras jornadas la

     población desbordó la convocatoria en cuanto a darle un carácter

     "pacífico" y centrarse en el toque de cacerolas y de bocinazos.

 

     Desde sus inicios las manifestaciones fueron encausando el

     descontento masivo, a través de acciones audaces, lucha de barricadas

     y la toma del control de sus territorios. El principal protagonista

     fue la gente humilde y explotada, pero llena de una dignidad hermosa

     e inmensa, que enfrentaba la represión con gran decisión y espíritu

     combativo, demostrando el gran potencial de lucha que había en su

     seno, dando comienzo a una inédita experiencia combativa.

 

     En medio de éste nuevo cuadro político-social nació el FPMR, el 14 de

     Diciembre de l983, como brazo o aparato armado del PC. para

     implementar en ese terreno la política de Rebelión Popular, a una

     estrategia limitada, cuyos objetivos políticos como vimos estaban

     definidos por la derrota de la dictadura y no por la toma del Poder,

     además, la PRP en su elaboración es una suerte de forma de hacer

     coexistir distintas concepciones sobre los objetivos y las formas de

     lucha contra la dictadura, que daba para distintas interpretaciones y

     formas de implementación de acuerdo al pensamiento de cada uno.

 

     El apagón nacional del 14 de diciembre de 1983, el reparto de

     alimentos en las poblaciones desde vehículos repartidores capturados,

     el asalto simultáneo de tres armerías en pleno centro de Santiago, el

     secuestro de Sebastián Bertolone, subdirector de La Nación, periódico

     vocero de la dictadura, dieron a conocer a Chile y al mundo que

     formas inéditas de lucha se abrían paso no desde una burbuja, no

     imponiéndolas , sino que en el marco de la lucha del pueblo.

 

     Pese a la limitada autonomía que le imponía su carácter de "Aparato",

     muy pronto el FPMR se convirtió en figura central en la lucha contra

     la dictadura. Las condiciones objetivas en que se desarrollaban los

     acontecimientos en esa época hizo que miles de hombres y mujeres se

     sintieran identificados con su accionar. Jóvenes de todas las edades,

     con y sin partidos, estaban dispuestos a combatir con las armas en la

     mano. Los nombres de los rodriguistas caídos en acción constituían

     símbolos de dignidad y patriotismo de un pueblo a pisoteado en sus

     intereses más vitales. Desde sus primeros días, la presencia del FPMR

     fue reconocida como patrimonio del pueblo, a partir de allí se

     comenzaba a forjar el RODRIGUISMO como fenómeno de masas , que

     involucra hacerse parte de los intereses y las luchas de los

     explotados y marginados, jóvenes, estudiantes y trabajadores.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     CONSOLIDACION Y DESARROLLO DEL FRENTE

 

 

 

 

 

     El acoso constante que sufría el pueblo chileno de parte de la

     Dictadura militar requería de los partidos de izquierda

     pronunciamientos más decididos para enfrentarla. Ya no era posible

     sólo atenerse a la condena moral y la denuncia internacional para

     parar las atrocidades de la dictadura y la grave situación que

     empezaba a sentirse por la implementación del modelo de dominación

     neoliberal que llevaba a miles de trabajadores a la cesantía, que no

     bajaba del 30%, y a un empobrecimiento sistemático y acelerado de las

     capas medias de la sociedad. Simultáneamente, en el plano

     internacional se desarrollaba un amplio movimiento de solidaridad

     combatiente con la causa del pueblo chileno, que obligó al

     imperialismo norteamericano a tomar medidas de presión para parar los

     riesgos que amenazaban la existencia de la dictadura. En este plano,

     el régimen se encontraba aislado en medio de una confrontación social

     amenazante.

 

     En este nuevo cuadro nacional e internacional, la presencia del FPMR

     fue determinante para que los partidos tradicionales, tanto de

     izquierda como de centro, tuvieran que repensar nuevas formas de

     hacer política, ante el temor de quedar aislados de las masas; para

     ello debieron modificar sus estrategias haciendo del rupturismo el

     elemento común y la movilización combativa del pueblo su base

     principal, como instrumento de presión, que acelerará la salida de la

     dictadura, pues nunca estuvo en ellos la idea de la revolución

     social. El FPMR fue nucleado en su inicio por un cohesionado grupo de

     jóvenes oficiales, en su mayoría hijos de militantes comunistas,

     formados en Academias militares de los países socialistas,

     especialmente de Cuba y que habían combatido bajo las banderas

     internacionalistas en El Salvador y Nicaragua, junto a militantes del

     interior con preparación militar, encabezados todos uestro Primer

     Comandante, Raúl Pellegrin, (Rodrigo o José Miguel).

 

     No obstante el ámbito operativo a que estaba circunscrita la labor

     del FPMR, rápidamente logró incidir con su accionar en la situación

     política, por lo que encaró nuevas exigencias, derivadas del

     enfrentamiento armado sometido a leyes y principios diferentes a los

     que tradicionalmente rigen la lucha política. La necesidad de definir

     con mayor precisión el camino más probable para el derrocamiento de

     la tiranía había dado paso, a finales del '84, al diseño de una

     estrategia político-militar, que se tradujo en el plan estratégico de

     la Sublevación Nacional, (SN), con un significativo aporte de todas

     las estructuras del trabajo militar. Este plan consistía básicamente

     en: "Lograr un levantamiento o sublevación de masas que involucre a

     toda la población, a la mayor parte de las fuerzas políticas y

     sociales y a fuerzas militares irregulares y ojalá también regulares,

     que estén contra la dictadura. Se trata de llevar a un estado de

     rebelión generalizada, que logre la paralización real del país; con

     alzamientos populares en los principales centros urbanos,

     fundamentalmente en las poblaciones, con participación decidida del

     proletariado industrial, de los estudiantes, de las capas medias y

     del campesinado. Tales acciones se verían fortalecidas por golpes

     efectivos a las vías de comunicación en apoyo a la paralización y por

     golpes más contundentes a las fuerzas represivas, que ayuden a

     acelerar el desmoronamiento político moral de las FF.AA. La

     culminación de este proceso debiera ser el copamiento por las masas

     de los principales centros políticos del país".

 

     A partir de estas definiciones generales, que se transformaron en el

     elemento rector de la política militar del PC. La SN. abrió un mayor

     espacio en la implementación del trabajo militar, a través de las

     fuerzas Operativas Territoriales y las Milicias Rodriguistas.

 

     Fue sobre todo a partir de este momento (1985) que el grupo

     fundacional, con sólida preparación política y militar, fue

     prontamente enriquecido con el poblador y la pobladora, el joven

     cesante, el estudiante rebelde, el obrero explotado, compañeros tal

     vez sin gran experiencia militante pero que expandieron las fronteras

     del Frente hacia el pueblo con solidaridad, capacidad de renuncia,

     arrojo, sentido de clase, elementos insustituibles para la

     construcción de una organización revolucionaria.

 

     En los años 85 y 86 se dio la etapa más aguda de la lucha

     antidictatorial, con continuas jornadas de protesta y enfrentamiento

     contra la dictadura, la lucha callejera, la audacia y sorpresa en el

     accionar operativo, que estimulaba los combates populares,

     desgastaban contantemente a las fuerzas represivas de la dictadura,

     que recurrió al terrorismo de Estado, siendo una de sus expresiones

     más brutales el asesinato por degollamiento de 3 profesionales

     comunistas, Manuel Guerrero, José Manuel Parada y Santiago Nattino.

     Los allanamientos masivos que realizaban el Ejército, Carabineros y

     la Central Nacional de Informaciones (CNI). en las poblaciones más

     combativas, como La Victoria, La Legua, Villa Francia, Pudahuel,

     entre otras, eran tenazmente resistidos por los pobladores, que se

     organizaban por manzanas, calles o pasajes.

 

     El Frente logró una y otra vez asestar golpes a la dictadura y sus

     aparatos represivos dándole al pueblo la confianza de que el enemigo

     no es invencible y que el monopolio del poder de las armas puede ser

     sobrepasado con ingenio y audacia, y con la inmensa superioridad

     moral que otorga luchar por una causa justa, el factor moral, como

     otro de los elementos para medir el estado de las fuerzas en un

     enfrentamiento, estaba abrumadoramente de lado de las fuerzas

     populares, entre las cuales el FPMR ocupó un lugar de vanguardia

     ganada en la práctica.

 

     Una ejemplar demostración de lo anterior se dio en 1985, en el marco

     de la campaña "Contra la Tiranía, el Pueblo pasa a la Ofensiva",

     cuando se realiza la acción de mayor relevancia de ese año : la

     operación de rescate desde su lugar de encierro del hermano Fernando

     Larenas, que no sólo es demostración de capacidad operativa, sino de

     la moral y ética de los revolucionarios, valores que los aparatos

     represivos y los políticos de la clase dominante no conocen

 

     . En la esfera internacional, comenzó un trabajo de una calidad y

     amplitud muy superior, cuyo objetivo central era la logística. De a

     poco, se fueron ocupando espacios político-diplomáticos propios,

     viéndose obligado a asumir responsabilidades que cada vez iban más

     allá de las que le corresponde a un aparato militar. Las exigencias

     cada vez mayores obligaban a una ofensiva en la preparación combativa

     y política, organizando la instrucción a todos los niveles, en el

     plano interno y externo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     EL FPMR, EN LA DERROTA DE LA DICTADURA

 

 

 

 

     Desde el punto de vista político-ideologico el Frente que había

     nacido para asumir la Estrategia de la Rebelión Popular, con el

     objetivo de derrotar a la dictadura y abrir paso a la creación de un

     gobierno provisional de unidad nacional, desarrollaba su estrategia

     dialécticamente con la política partidaria, incorporando a su

     concepción los elementos de la Sublevación Nacional, cuyo objetivo

     principal era el desmoronamiento político-moral de las FF.AA.

 

     En algunos aspectos esta estrategia contemplaba la lucha con carácter

     insurreccional, previendo que los combates decisivos estarían

     vinculados al levantamiento popular en los grandes centros urbanos.

     El proyecto permitía contribuir acertadamente en los objetivos de

     lograr la caída de la dictadura y darle una salida popular, sin

     embargo, esto último no estaba inscrito en las definiciones de poder

     del PC.

 

     La SN. no había sido concebida como una derrota militar del enemigo,

     sino como su derrota política y moral. Estas limitaciones, que se

     expresaban en rigurosas medidas políticas y controles orgánicos en

     los distintos niveles partidarios, esterilizaba la iniciativa, y

     frenanaba el accionar armado lo que, en definitiva, se tradujo en una

     mediatización del trabajo militar.

 

     El trabajo militar del PC no formó parte indisoluble de su política,

     sino que constituyó un elemento más de ella, regida y limitada por

     una estrategia parcial. Al no ser una estrategia de poder, la

     construcción y desarrollo del trabajo militar tuvo sólo un contenido

     operativo, en función de la acción armada como elemento de presión y

     no de la guerra. La última protesta nacional del 2 y 3 julio del '86,

     que sobrepaso a la conducción, ponía en evidencia la maduración

     acelerada de una crisis nacional revolucionaria, que permitía

     traspasar los umbrales de la revolución en nuestro país. Sin embargo,

     el uso del material técnico necesario para implementar los planes

     militares del FPMR, que ya había ingresado por Carrizal ,para

     enfrentar exitosamente ese momento crucial de nuestra historia, no

     fue autorizado por la dirección del PC., quien tenía el control

     político de su empleo, lo que fue determinante en los resultados

     obtenidos.

 

     Hemos descrito y expuesto las líneas que una dirección partidaria

     delineaba, pero la práctica concreta la desarrollaron personas que al

     calor de la lucha sobrepasaron esos planteamientos teóricos,

     acumularon experiencias, espíritu de cuerpo, una mística que

     impregnaba cada labor desarrollada, desde la operación de alta

     complejidad y notoriedad pública hasta el anónimo trabajo de

     aseguramiento, el contacto cotidiano con la gente del pueblo, el

     rayado, etc. todo ello formó un patrimonio que hace del Rodriguismo

     un fenómeno real en la sociedad chilena.

 

     En el país existían condiciones objetivas para dar un paso superior

     en la disputa por el Poder. El gobierno norteamericano, que había

     promovido el golpe militar, advertía los graves peligros a que se

     enfrentaba la dictadura, tras la amenaza de una salida

     revolucionaria. Por ello se aceleraban las conversaciones entre

     EE.UU., la Social Democracia Mundial y la Democracia Cristiana

     internacional, quienes jugaban un rol determinante en la salida

     negociada y pacífica de la dictadura, que impidiera "desbordes"

     populares.

 

     En un esfuerzo superior, en Septiembre de '86, considerado como el

     "año decisivo", un comando del FPMR., emboscó al Tirano y su comitiva

     en el sector de "La Obra" en el camino al Cajón del Maipo, poniendo

     en acción la "Operación Siglo XX", dirigida por José Joaquín

     Valenzuela Levy "Comandante Ernesto". Pinochet sobrevivió este

     atentado, tras haber recibido 46 impactos de balas M-16 en su auto

     blindado y haber fallado 2 lanza-cohetes Low de los 4 disparados en

     su contra. Este intento de ajusticiamiento del tirano, política y

     moralmente justificado, fue llevado a cabo con gran arrojo por

     combatientes RODRIGUISTAS que encarnan la memoria del guerrillero

     heroico, muerto en Tiltil. El acto en sí, fue un gesto de dignidad y

     patriotismo de un pueblo que no se dejaba avasallar. El Departamento

     de Estado norteamericano impuso la política de buscar una transición

     pactada de la dictadura, que pudiera derivar en un gobierno

     encabezado por la oposición de centro, a condición de que se rompiera

     toda relación con las organizaciones y Partidos revolucionarios,

     trasladando la movilización desde la calle hacia las urnas. La

     llamada "oposición democrática", democristianos y renovados de

     izquierda, se jugaron con todo para bajarle el perfil a las protestas

     nacionales, a fin de poder desenganchar al pueblo de la movilización.

 

     Con sus aciertos y errores, el FPMR fue determinante en la

     aceleración de la salida del régimen de Pinochet, y demostró al mundo

     la legitimidad que tienen las armas en mano del pueblo, cuando son

     usadas en una coyuntura histórica concreta de la lucha de clases.

     Además, contribuyó o fue parte de la creación de una memoria

     histórica en el terreno de la lucha popular, memoria o caudal de

     experiencia que se manifiesta hasta hoy día, las expresiones de

     movilización, y autodefensa de masas de la actualidad , aunque no

     tengan todas ellas conducción política tienen sus raíces en la lucha

     antidictatorial.

 

 

 

 

 

 

     LA CRISIS EN EL PARTIDO COMUNISTA

 

 

 

 

 

     El PC constata la compleja situación que se produce en los últimos

     meses del 86. Su situación objetiva de aislamiento se unía al del

     resto de los partidos del Movimiento Democrático Popular (formado por

     el PC, PS-Almeyda y el MIR) con respecto a los partidos impulsores

     del proyecto burgués. Las movilizaciones decayeron y el centro del

     debate se desarrollaba lejos de la influencia de la izquierda.

     Paralelamente a los acontecimientos chilenos, el proceso de la

     Perestroika en la URSS, iniciada en 1985 comenzaba a estremecer las

     estructuras políticas de los Partidos Comunistas en el Mundo. Que

     daba paso al desmoronamiento del sistema socialista real.

 

     La conducta seguida ante este panorama fue el abandono paulatino de

     los componentes militares de la PRP, reacomodar el quehacer y

     recomponer el cuadro de alianzas en interés de crear las condiciones

     político-sociales para derrotar a la dictadura. En diciembre de 1986,

     el PC en declaración pública conjunta con otros partidos de izquierda

     llama entre otras cosas a "no militarizar la política", no rechaza la

     propuesta del proyecto burgués de elecciones libres sino que intenta

     darles un carácter distinto. Se da el primer paso en el abandono de

     la opción rupturista, entrando a validar el escenario electoral que

     se iba imponiendo.

 

     El PC. chileno iniciaba un giro estratégico de su política, para lo

     cual debía desperfilar la política de RP y su estrategia de SN. y

     desmontar su Aparato militar. Con el pretexto de analizar el

     fracasado intento de ejecutar al tirano, a comienzo del año '87 la

     Comisión Política del PC. determinó iniciar una discusión en el seno

     de la Comisión Militar, con el propósito de desprenderse de aquellos

     miembros del FPMR que resistían el giro estratégico de su política.

     Política, que por lo demás, como ha quedado demostrado, nunca se

     caracterizó por un involucramiento decidido en la lucha

     revolucionaria. El FPMR se resistió al curso de los acontecimientos,

     pero la Comisión Militar fue intervenida así como la Dirección

     Nacional del Frente, y se intentó sin éxito revertir la situación

     interna del partido, exigiéndose infructuosamente una discusión

     política. La separación del FPMR se produce formalmente en julio de

     1987, cuando éste se niega a aceptar la completa reestructuración de

     sus direcciones, que implicaba la dispersión.

 

     Esta división se puede definir como una crisis político-ideológica,

     que tiene su origen en visiones históricas pero contradictorias

     acerca de la realidad chilena, con distintas tesis acerca de las

     formas de lucha y los caminos para llegar al Socialismo (lucha

     armada, lucha electoral, reformas o revolución). Estas

     contradicciones se manifestaron agudamente ante la coyuntura política

     el 86-87, que como vimos, el partido pretendió resolver por la vía de

     disminuir el carácter violento del enfrentamiento para lograr

     recomponer el cuadro unitario.

 

     Hay que tener en cuenta que los estrechos marcos que la línea

     política del Partido daba al Frente, eran más que nada definiciones,

     fórmulas, o recetas que debían ser implementadas por hermanos con

     profunda convicción y formación revolucionaria, que aspiraban para

     nuestro país algo superior a un recambio democrático, conscientes que

     el nivel de lucha y sacrificio del pueblo en su lucha antidictatorial

     merecía mucho más que un mero cambio de ocupante en el sillón de La

     Moneda. Esos sentimientos se entrecruzaban en el terreno de una

     discusión política ideológica, en medio de una implacable

     persecución, que desembocó en la muerte de 12 jóvenes en la Operación

     Albania (como fue llamada por la CNI) en junio del 87. Ese contexto

     obligaba a definirse , a tomar posiciones, a jugársela por una opción

     considerada justa a pesar de las adversidades, incluso con el riesgo

     de quedar aislados, esa es una decisión que no siempre se encuentra

     en los libros o en la teoría o no la entrega por sí sola una línea

     política , ese factor subjetivo lo encontramos en muchos de los

     momentos más trascendentales de la historia de la organización.

 

     ¿Qué es lo que empuja a Julio Guerra Olivares, Wilson Hénríquez

     Gallegos y Juan Henríquez Araya a dar su vida combatiendo para

     proteger la de sus compañeros, durante la operación Albania? ¿En qué

     radica la decisión de contener a un enemigo inmensamente superior,

     sabiendo quizás que no hay posibilidad de sobrevivir? Esos factores

     invisibles pero muy presentes en la práctica son los elementos que

     han forjado nuestra historia, esos principios son los que queremos

     rescatar, son los que han sostenido al Frente a pesar de los momentos

     difíciles. Porque si bien es útil conocer los documentos, los

     planteamientos o análisis políticos, nuestra historia no estaría

     completa y quizás hoy día no existiríamos si no es por ese factor

     invisible que tiene que ver con compromisos y convicciones , que son

     necesarios tanto para tomar el fusil como para el trabajo arduo y

     cotidiano en la base popular.

 

     Los 12 hermanos caídos en junio de 1987 no son superhombres o

     supermujeres, son pobladores, pobladoras, obreros, esposas, madres e

     hijos como cualquier otro chileno, la única diferencia, lo que los

     hace especiales , es que asumieron una opción de ideales y de vida

     que llevaron hasta las últimas consecuencias, no exaltamos la muerte,

     exaltamos y reivindicamos cómo ellos vivieron, a hermanos como ellos,

     de hoy y mañana, los queremos aportando en la plenitud de la vida y

     la libertad que entrega la lucha, por eso buscamos superarnos en

     pensamiento y práctica.

 

     En todo caso, como toda construcción humana o incluso material, se

     requiere de una serie de componentes para que ésta sea sólida, la

     vida del Frente atravesó por carencias en el terreno de concepciones

     para analizar la realidad en su totalidad y estar más atento al

     desarrollo global de los hechos más allá de nuestro entorno

     inmediato, se carecía de las herramientas necesarias para enfrentar

     la lucha en su integralidad, la misma estructura o sistema de

     funcionamiento, cuando se convierte en un fin en sí mismo, puede

     provocar visiones erradas o incluso soberbias, empujadas por la

     voluntad y no por la objetividad, o hacer brotar vicios o

     desviaciones en los hombres, esos elementos también son parte de

     nuestra historia y debemos aprender de ellos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     VIDA INDEPENDIENTE

 

 

 

 

 

     Los primeros pasos del FPMR., en su calidad de organización

     independiente fueron difíciles y complejos. La formación política de

     sus cuadros y la rígida compartimentación del trabajo clandestino,

     obstaculizaban el desarrollo de las nuevas tareas políticas que debía

     realizar, para cumplir la responsabilidad asumida por sus principales

     cuadros, de darle continuidad a la política de Sublevación Nacional

     que para nosotros estaba más vigente que nunca.

 

     A partir de una conducción operativa, intentamos entrar a la lucha

     política, no sin antes validar al FPMR. como ente independiente. En

     este contexto, se inscribió la "Operación Príncipe", secuestro del

     coronel Carlos Carreño, subdirector de FAMAE, desde su casa en la

     comuna de la Reina, llevada a cabo el 1 de septiembre del '87, y

     liberado 92 días después en Brasil, a la vez que se distribuían

     alimentos, ropa y juguetes en poblaciones de Santiago como aporte de

     las condiciones del rescate ,lo que contribuyó a elevar la moral

     combativa y nuestro prestigio ante distintos sectores de la opinión

     pública nacional e internacional, y también tuvo como efecto el

     debate o toma de posiciones políticas dentro de la izquierda chilena

     en el marco de la transición conducida por la dictadura.

 

     Simultáneamente se llevaba a cabo una reestructuración orgánica

     interna, incorporando nuevas direcciones de trabajo. Se trataba de

     que el contenido y forma del trabajo de la Dirección Nacional

     permitieran ejercer una conducción política integral, con miras a

     transformar al FPMR de aparato en organización político-militar,

     concibiendo ahora a la Sublevación Nacional como estrategia de Poder,

     proyectándola más allá de la dictadura. De ahí surge el cambio en

     nuestra concepción hacia las FF.AA.., pues ya no se "desmoronarán

     política y moralmente", sino que hay que "derrotarlas política y

     militarmente".

 

     Esa nueva apreciación modificó la esencia misma de la estrategia de

     sublevación, transformándola en una "guerra de todo el pueblo y en

     todo el territorio", para implementarla adoptamos cambios orgánicos,

     considerando que lo fundamental era hacer del FPMR. una fuerza

     material, "un instrumento orgánico" capaz de expresar la alternativa

     patriótica en la senda de la revolución. Es decir, intentamos

     realizar un cambio político de fondo mediante vías orgánicas.

 

     Ya por aquel entonces, abril del '88, se hacían más evidentes los

     cambios en la estructura social y política del país, que se

     caracterizaba por acelerar una salida negociada de la dictadura, y de

     una izquierda que ante el temor de quedar aislada, comenzaba a

     replegarse desordenadamente. La negociación dio como resultado la

     convocatoria al plebiscito de octubre del '88, que pasó a ser el

     centro de la actividad política. Las masas también fueron arrastradas

     hacia la carrera electoral.

 

     Sin embargo, en esa época, nosotros llegábamos a las siguientes

     conclusiones: "se ha generado en nuestro país en estos últimos años,

     una situación potencial de lucha, que permite afirmar que es posible

     lanzar a las masas a la calle a combatir y "levantarse en armas", y

     se agregaba: Las masas exigen de la (s) vanguardia (s) que muestre

     (n) una alternativa clara y viable. Exigen presencia y calidad

     militar superior para incorporarse a la lucha". La elaboración de

     este pensamiento se ,traduciría posteriormente, en la Guerra

     Patriótica Nacional (GPN).

 

     De otra parte, -se afirmaba que-, la oposición tradicional, (que hoy

     encarna la Concertación), no es claramente una alternativa para ello.

     Incluso se ve en las masas rechazo al "partidismo" que le ha

     decepcionado". "El FPMR, a pesar de los esfuerzos enemigos por

     destruirlo, y los intentos de la oposición (incluidos los partidos de

     izquierda), de descalificarlo ante el pueblo, ha sido la única

     expresión clara de lucha y puede llegar a constituirse en la

     alternativa que las masas reclaman".

 

 

 

 

 

 

    

 

 

    EL REDISEÑO POLITICO INTERNO

 

 

 

 

 

 

     Estas conclusiones constituyeron la base del FPMR. en su desarrollo

     posterior, lo que en lo inmediato se expresaron en el "Rediseño

     político interno", cuyo objetivo principal fue intentar "evolucionar

     de un esquema de sublevación a una estrategia de guerra patriótica en

     todo el país.  A través del Rediseño se pretendía transformar

     aquellos aspectos de la vida del FPMR. y de sus militantes an

     concebidos como la traba más importante para construir la

     organización político-militar de vanguardia, tales como: excesivo

     centralismo, ausencia de democracia, ausencia de trabajo colectivo,

     erosión de valores ideológicos y morales, falta de transparencia,

     inexistencia de órganos político-militares a diferentes niveles,

     funcionamiento irregular de estructuras de base. insuficiente trabajo

     político-ideológico.

 

     Se pensó que estos problemas se podían enfrentar mediante la sola

     toma de conciencia y voluntad de los militantes. Partíamos de la

     premisa que el cambio de la mentalidad, traducidas en métodos, formas

     y estilos de funcionamiento -que por años fueron la base de la

     formación de los cuadros-, era posible sólo apelando a factores de

     carácter subjetivo. De ahí que una parte importante del FPMR asumió y

     redujo el Rediseño a un mero asunto de conducta individual.

 

     Pero el error central estuvo en pretender transformar al aparato en

     una organización político-militar, con la mera incorporación formal

     de principios y normas de funcionamiento leninista. Es decir, sin

     tener en cuenta que para que éstas desarrollen su plena expresión, se

     requiere que dichas normas tengan una base orgánica y humana

     específica, que la vida de aparato no permite desarrollar.

 

     Así como ésta concepción fue plenamente válida en los marcos de la

     política de rebelión popular y de Sublevación Nacional, al

     plantearnos la necesidad de una nueva forma de organización nos

     obligaba, en primer lugar, a generar un nuevo proyecto revolucionario

     y no seguir con la vieja concepción. En consecuencia, siendo el

     Rediseño justo en su contenido, circunscrito a esta realidad se hizo

     inaplicable. Debido a su limitada aplicación sólo contribuyó a

     fortalecer al aparato. El principal objetivo del Rediseño Político

     Interno fue evolucionar de un esquema de sublevación nacional a una

     estrategia de Guerra Patriótica Nacional.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     NUESTRO ANALISIS DE LA REALIDAD

 

 

 

 

 

 

 

     Los análisis de nuestra conducta política, nos demuestran que, por

     aquel entonces, -año '88-,trasladamos mecánicamente los factores

     potenciales de lucha del año '86, basados en factores puramente

     subjetivos, reteniendo aquellas experiencias como algo estático y no

     como un fenómeno dialéctico, al señalar " que el ánimo y combatividad

     de las masas está en estado latente", en circunstancias que nunca más

     volvieron a repetirse, en calidad y cantidad, las jornadas nacionales

     de protestas, que alcanzaron su mayor expresión en julio-86. Lo que

     sí quedo en evidencia fue que mientras nosotros íbamos en una

     dirección el pueblo lo hacia en otra.

 

     La segunda apreciación errada, consintió en creer que el Plebiscito

     del 88, se convertiría en un fraude por parte del régimen, con el fin

     de perpetuarse en el poder. Tal fraude no existió y por el contrario

     los votantes del "NO" convirtieron el triunfo electoral en una gran

     fiesta popular.

 

     No obstante, el FPMR ratificaba y precisaba algunos elementos

     relativos al carácter de la GPN. definida como "un proceso global e

     integral de lucha, que combina lo militar, lo político, la

     movilización social, toda expresión de lucha y en la que tienen lugar

     todos los patriotas que se proponen la derrota del enemigo, mediante

     la combinación de golpes en todos los frentes, siendo el accionar

     militar el factor principal para ganar la guerra pues éste será

     decisivo en el desgaste físico y moral del enemigo".

 

     Lo anterior dio paso a la elaboración de un Plan de guerra con una

     opción clara: "desarrollar el proceso de acumulación de fuerzas

     recurriendo a la acción militar". Poniendo lo militar como el

     elemento principal por el cual nuestro proyecto se abriría paso, y

     por tanto, el quehacer general de la organización sería visto en

     función de esa óptica, lo que le daba un rol secundario a la

     actividad política y social, y aún cuando no existía una idea única

     sobre éstos aspectos políticos, y las condiciones objetivas en el

     país no eran favorables, igual se planificaron las acciones de cuatro

     poblados rurales: Los Queñes, Pillipillahuén, Las Moras y Aguas

     Blancas, en octubre del '88. La misión principal consistía en lograr

     la toma y control temporal de territorios, hacer propaganda y

     agitación a la población, así como neutralizar las fuerzas vivas del

     enemigo, destruir sus instalaciones y recuperar medios. En la toma de

     "Los Queñes" perdieron la vida Los Comandantes del FPMR, Raúl

     Pellegrín, (José Miguel) y Cecilia Magni, (Tamara), un alto costo

     humano y político militar para la organización.

 

     Con la distancia que dan los años hoy día podemos hacer una

     evaluación política crítica que incluso puede pecar de frialdad, pero

     lo que queremos resaltar hoy es que en nuestro proceso de

     reorganización hemos definido como criterio el rescate íntegro de

     nuestra historia, lo bueno y lo malo. La presencia de José Miguel y

     Tamara en las operaciones gráfica la convicción por la opción

     asumida, la coherencia entre el discurso y la práctica, la

     preocupación por los combatientes, aspectos que en la actividad

     política, militar , así como en la cotidianidad de las relaciones

     humanas son demostración indesmentible de la energía, la firmeza

     ideológica y la sensibilidad que caracteriza a los revolucionarios

     auténticos. El año '89 fue fundamentalmente de reorganización. La

     conducción del FPMR, fue ejercida por un secretariado. Este proceso

     se vio seriamente afectado, entre otras cosas por los hechos

     ocurridos en la acción realizada en agosto en Tobalaba,donde perdió

     la vida Roberto Nordenflicht "Comandante Aurelio", en el contexto una

     continúa declinación de la organización y movilización del mundo

     popular.

 

     En el plano del trabajo de masas, el Frente desarrolla por primera

     vez experiencias que buscaban hacer política en el mundo social,

     construyendo los llamados referentes patrióticos: el Movimiento del

     Pueblo Intransigente, el Movimiento Dignidad y Justicia y la Juventud

     Patriótica. Estas instancias fueron un esfuerzo por aglutinar e

     interpretar las demandas y reivindicaciones juveniles y populares así

     como los derechos humanos. Las indefiniciones en cuanto a carácter ,

     forma y objetivos de estas instancias más el evidente reflujo del

     movimiento social hicieron que tuvieran una corta vida, pero fueron

     las primeras manifestaciones de la búsqueda de hacer política en el

     seno del pueblo.

 

     Los cambios políticos que operaban en el país, van logrando en breves

     plazos lo que la dictadura no obtuvo : neutralizar la movilización

     del movimiento social, el rechazo al partidismo y la apatía, en medio

     de un "floreciente crecimiento económico", y el bombardeo masivo de

     antivalores como el consumismo y el individualismo.

 

     Al mismo tiempo se producía un cambio en la correlación de fuerzas a

     nivel mundial, derivado del desmoronamiento del sistema socialista de

     Europa del Este, repercutiendo en nuestra realidad. Sin embargo,

     evaluábamos que al FPMR, por sus "características particulares" no lo

     afectaría y que mientras otras orgánicas entraban en crisis de

     carácter ideológico, la nuestra era una crisis orgánica. Durante ese

     período ('91), se hizo más evidente el bajo perfil del FPMR. en todos

     los planos y se abrió una brecha mayor entre la idea y la acción, lo

     que fue creando un cuadro de insatisfacción, que contribuyó a que

     varios compañeros se restasen paulatinamente al trabajo, al no ver

     respuestas concretas que permitieran superar la situación creada.

 

     Consciente de los problemas existentes la Dirección Nacional (DN)

     impulsa un proceso de discusión, que involucraba a la mayoría del

     FPMR., la que concluyó con la Consulta Nacional de marzo del '91.

     Esta tuvo como principal objetivo analizar aquellos aspecto que

     impedían la transformación del FPMR en una organización

     revolucionaria. Si bien es cierto que ese evento permitió detectar

     mejor los problemas existentes, estuvo lejos de superarlos.

     Caracterizamos el momento que vivía el FPMR como una "crisis de

     desarrollo", cuadro que estaba muy lejos de representar la situación

     en que nos encontrábamos a de carácter política e ideológica.

 

     Para nosotros, este momento de crisis se manifestó en la práctica, y

     nos golpeó con la pérdida de valiosas vidas a manos del régimen

     civil, que perfecciona los mecanismos de represión y aniquilamiento

     de los revolucionarios. Una vez más se manifestó la inmensa

     generosidad de los jóvenes del pueblo cuando liberan sus conciencias

     y se organizan por liberar a la sociedad entera: Emilio González,

     Mauricio Cancino, Juan Fuentes, Alex Muñoz, Fabián López, cayeron en

     combate entre diciembre del 91 y enero del 92. Asimismo no olvidamos

     a Mauricio Arenas Bejas, "Comandante Joaquín", quien también puso

     "tan alto como la cordillera de Los Andes" los valores del

     Rodriguismo ya que a pesar de su fatal enfermedad, secuela de la

     represión, no dudó en seguir entregando sus mejores esfuerzos a la

     lucha.

 

     La vida del Frente ha contemplado muchos ejemplos como los

     mencionados, sin embargo ellos no significan una historia de derrota

     , todo lo contrario, sería derrota si con el pretexto de los costos

     en vida y libertad de muchos compañeros renegásemos de nuestros

     principios revolucionarios, o si nos acomodáramos al nuevo orden

     mundial o a las transformaciones estructurales de la sociedad , y los

     usáramos como justificación para el abandono. El sacrificio ha sido

     bastante pero los rodriguistas jamás lo interpretaremos por la vía de

     la renuncia o pensar en la inviabilidad de la revolución, el ejemplo

     y testimonio de vida de los hermanos caídos nos comprueban que sí es

     posible cambiar esta sociedad, que el ser humano es capaz de

     transformarse, que el pueblo es dueño de su destino cuando se

     convence de su propia fuerza.

 

     Esa fuerza subjetiva se ha materialidad también en demostraciones

     contundentes de la defensa de la dignidad popular y la lucha por la

     justicia que el sistema niega. La población recibió con satisfacción

     las operaciones de la campaña "NO A LA IMPUNIDAD", que ajusticiaron a

     enemigos del pueblo como Roberto Fuentes Morrison , "El Wally ", jefe

     del siniestro Comando Conjunto (1989) o a Luis Fontaine Manríquez, de

     la DICOMCAR, culpable del asesinato de los tres compañeros comunistas

     , (1990), Víctor Valenzuela , de Inteligencia del Ejército y ex CNI.

     Además, se atentó contra Gustavo Leigh Guzmán, ex miembro de la junta

     militar, quien prometiera en 1973 extirpar el "cáncer marxista", lo

     que significó la muerte y la desaparición de miles de chilenos, pero

     no sólo no logró extirpar ese supuesto cáncer sino que él mismo

     estuvo a punto de ser extirpado.  Asimismo, en 1991 también se hizo

     justicia en el caso de uno de los principales ideólogos y

     responsables intelectuales del golpe militar, la constitución del 80,

     el modelo económico y social impuesto por la dictadura, como lo fue

     Jaime Guzmán, cuya muerte evidentemente fue sentida por la clase

     política chilena, pero asumida como justa y válida por la gente pobre

     y explotada que sufrió y sufre las consecuencias de la obra e

     ideología de este enemigo de clase.

 

     Estas acciones se desarrollaban en general dentro de una tendencia de

     debilitamiento que como vimos fue constatado en la Consulta Nacional,

     y que nos impidió capitalizarlas políticamente, prever los alcances

     de éstas y asumir en mejores condiciones la nueva situación política

     que generaban.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     PROCESO DE DISCUSION INTERNA

 

 

 

 

 

     En 1992, ante la pérdida progresiva de incidencia y capacidad

     política y operativa, sin lograr una homogeneidad en cuanto al

     análisis de las causas de fondo ,y en medio de graves problemas de

     seguridad, se inició un intenso proceso de reflexión y autocrítica de

     toda nuestra historia, que tuvo varias etapas y no pocas dificultades

     en su realización. El tiempo transcurrido es producto de la

     intensidad y las dificultades de la búsqueda de soluciones que no

     implicaran la renuncia, el desarme ideológico o el transformarnos en

     una secta encerrada en sí misma.

 

     Finalmente, las principales conclusiones del PROCESO , ratificadas en

     el reciente Primer Encuentro por la Reorganización del Rodriguismo,

     señalan que como consecuencia principal de la crisis

     política-ídeológica de la organización, se produjo la derrota de

     nuestro Proyecto Político GPN (el cual no era un Proyecto

     Revolucionario propiamente tal) que se desarrolló en el contexto

     político nacional de dictadura militar y al que le dimos continuidad

     durante los primeros años del gobierno civil. Ese Proyecto se

     sustentaba en una Concepción de organización que tenía como forma un

     Aparato Armado, y donde el pueblo era concebido como cantera de

     futuros combatientes, asignándole a las masas un rol de objetos y no

     de sujetos protagonistas de la transformación social. Todas las

     políticas del FPMR fueron coherentes con esta concepción

     política-ideológica, y en ese sentido fue un proyecto integral. La

     Guerra Patriótica Nacional fue una sumatoria de acciones armadas, una

     implementación operativista; y representa un enriquecimiento de la

     política de Sublevación Nacional del PC., a la que se le añade la

     intencionalidad de poder. (de las conclusiones y resoluciones del

     Primer Encuentro por la Reorganización del Rodriguismo, El

     Rodriguista Nº 68).

 

     La capacidad crítica y autocrítica de una organización es un buen

     barómetro de sus potencialidades, los rodriguistas hemos ejercido

     esta práctica con profundidad, sin recetas, descubriendo en la

     práctica las formas necesarias para la superación, pero con las

     coordenadas y las herramientas del marxismo-leninismo y el espíritu

     Rodriguista que hemos querido rescatar en este ensayo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     EN QUE NOS ENCONTRAMOS HOY

 

 

 

 

 

     Hoy nos encontramos en una nueva etapa de reorganización del

     RODRIGUISMO, esto no es espontáneo ni menos la contra parte de un

     proyecto fracasado, sus raíces se encuentran en el desarrollo del

     FPMR, el cual reivindicamos y nos hacemos responsables de sus

     aciertos y errores en un contexto histórico concreto diferente al

     actual.

 

     Estando conscientes que la construcción de una alternativa de lucha

     popular, es lenta, compleja y su desarrollo está en intima

     correspondencia con la acción práctica, inmersos en los problemas que

     afectan al pueblo, donde la inserción política desde afuera por buena

     que sea no es un recurso válido para nuestras expectativas, es que

     nuestros esfuerzos tratamos de dirigirlos y hacerlos prácticos en la

     base.

 

     Nuestro trabajo de masas, en este período, se orienta a la inserción

     social en los territorios, los sindicatos, Liceos y Universidades,

     etc. extrayendo desde allí las experiencias necesarias que nos

     permitan fortalecer y desarrollar tanto nuestra construcción política

     como las organizaciones sociales en la base.

 

     El RODRIGUISMO, que se interrelaciona con la organización del pueblo

     y sus problemas, tiene como opción aportar en teoría y práctica a la

     construcción de un movimiento popular de base, construido de abajo

     hacia arriba. Todo esto será más rápido si contamos con RODRIGUISTAS

     preparados, sólidos en sus principios , pero con flexibilidad y

     humildad en el trato con nuestros pares, con afán de aportar y

     emprender la tarea de elaborar nuestro proyecto político, de una

     línea política, de políticas particulares, de definiciones que tracen

     un camino por donde transitar hacia la revolución . Este camino

     requiere la misma decisión y convicción demostrada en otros momentos

     de nuestra historia, requiere la ruptura de las viejas fórmulas, y

     ponernos en nuevos escenarios tal vez desconocidos, como ocurrió en

     1987, pero con la brújula clara, sin perder el norte de la

     transformación radical de la sociedad.

 

     Como dijera Salvador, nuestro principal dirigente, la crisis no ha

     sido del todo inútil, sino que es el soporte para la maduración del

     pensamiento que, independientemente de cualquier consideración, en

     ella se condensa una incuestionable voluntad de sobrevivencia

     política ante tanta debilidad, abandono y confusión de importantes

     segmentos de luchadores populares. Con éste espíritu damos comienzo a

     nuestra reestructuración política y orgánica, poniendo en el centro

     el espíritu RODRIGUISTA que, consciente de sus limitaciones del

     presente pero con optimismo inquebrantable, continúa su historia,

     vinculado estrechamente con los interés permanentes de nuestro pueblo

     y sus organizaciones, en la lucha emancipadora de nuestra Patria de

     la colonización capitalista y neoliberal.

 

     Al terminar nos permitimos citar las palabras , que son un legado

     para todos los chilenos progresistas, del padre de nuestro comandante

     Rodrigo, también llamado Raúl, quien nos propuso una forma de avanzar

     poco antes de fallecer:

 

     " ¿Qué Hacer? pregunta clásica, Primer paso: comprender actuando.

     Segundo paso: actuando, comprender. En mi opinion es debe trabajar en

     múltiples sentidos. Seamos como los girasoles

 

     ¿Cómo son los girasoles? Son organismos que se nutren de la vida , de

     sus raíces, del agua, de la tierra y del sol; se mueven

     constantemente para asimilar mejor la energía y la alegría. Los

     girasoles son generosos, lanzan al viento sus semillas para fecundar

     más vida. Y lo más importante, los girasoles no pierden nunca el

     norte. Saben hacia dónde camina la vida. Aunque nos sintamos solos,

     aunque nos asalte la desesperanza, aunque los plazos nos parezcan muy

     largos, seamos cada uno un girasol activo. Tenemos mucho que

     entregar. En este mundo hay muchos girasoles, acerquémonos a otros y

     formemos ramilletes de girasoles. Cuando estos ramilletes se

     desarrollen, echaran a andar, formando un torrente que abrirá una

     vida nueva... "

 

 

        ¡¡¡¡POR LA MEMORIA Y RECUERDO DE NUESTROS HEROES,

                          HAGAMOS DEL RODRIGUISMO

              UNA ALTERNATIVA DE LUCHA POPULAR!!!!

 

 

 

 

 

            (*) NOTA.- Este documento empieza a circular en la red en enero de 1998. Para su difusión. Se  reproduce en Mayo del 2003. Documento difundido por el Grupo de Trabajo y Propaganda Amanecer Comunista Será.