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GUERRILLAS EN LATINOAMERICA
LISTA
DE NOTICIAS
Historia del Frente Patriótico
Manuel Rodríguez (FPMR). 2. Orígenes del
Frente Patriótico Manuel Rodríguez 3. Consolidación y Desarrollo del FRENTE 4. El FPMR en la Derrota de la
Dictadura 5. La Crisis en el
Partido Comunista 6. Vida
Independiente del FPMR 7. El
Rediseño Político Interno 8. Nuestro
Análisis de la Realidad 9. Proceso de
Discusión Interna 10. En que nos
Encontramos Hoy INTRODUCCION Al cumplirse el decimotercer aniversario
del FPMR, nuestra reorganización se encuentra trabajando en el
fortalecimiento político y en la reorganización del RODRIGUISMO. En
los nombres de Raúl Pellegrin y Cecilia Magni invocamos a cada uno de
nuestros hermanos caídos. El recuerdo de sus nobles gestos, de
entrega total a la lucha del pueblo y de lealtad a su organización, son
ejemplos de dignidad y patriotismo que jamás podremos olvidar. En esta nueva etapa del RODRIGUISMO, el
FPMR debe superarse en cuanto a pensamiento político y estructura, y
darle paso a una organización de nuevo tipo, es necesaria la
elaboración colectiva de nuestro proyecto político, que dé cuenta de la
realidad nacional e internacional. Ello debe ser el
resultado de un conocimiento científico de la realidad acerca de la
composición de las clases, de lo movimientos sociales, de las
afectaciones del sistema en los distintos sectores sociales, de sus
políticas etc. Para ello debemos prepararnos, profundizar más en el
conocimiento y aplicación en nuestra realidad nacional del
marxismo-leninismo, que es la base ideológica de nuestro pensamiento
pasado, presente y futuro, siendo el RODRIGUISMO nuestro espíritu y
conducta política. La tradición Rodriguista
representa un sentido de dignidad y patriotismo, expresado a
través de una conducta intransigente permanente que promueve la
lucha contra todo tipo de injusticia y de explotación tanto nacional
como extranjera con gran despliegue de voluntad, decisión, audacia
y valentía. También hemos desarrollado una conducta
internacionalista de apoyo irrestricto a todos aquellos que en cualquier parte del
mundo luchan por el cambio social. Este ideario permitió al
Frente constituírse en una importante e indiscutida trinchera
durante la lucha antidictatorial y ha sido el sustento a la hora de
implementar las decisiones. Sin
desconocer el rol de las relaciones
políticas, hoy privilegiamos la inserción en las organizaciones
populares y sus coordinaciones, que es donde se desarrolla la acción del
pueblo. Sabemos sí que a mediano y largo plazo deberán existir
alianzas en el espectro de la izquierda, el carácter, contenido y fin
de esas alianzas estarán determinadas por la situación concreta. En cuanto a la lucha armada
reafirmamos su validez y la entendemos como un estadio superior de
la lucha de clases y tiene un carácter objetivo, que no obedece a
la voluntad de personas o grupos. Su viabilidad o no obedece a
una serie de factores y condicionantes, objetivas y subjetivas de
la sociedad. Por tanto no está en nuestros planes la vuelta a las
acciones armadas tradicionales como prioridad o como única forma de
acumular fuerzas en la lucha política, sin embargo, respaldamos la
violencia popular que se opone a la violencia permanente y cotidiana del
sistema. El propósito de hacer un
breve recuento político histórico
del nacimiento y vida del FPMR , más que hacer un recuento
cronológico tiene como finalidad mostrar a las nuevas generaciones que el
Rodriguismo surge y se genera con la existencia del Frente, pero
al mismo tiempo va más allá de él por cuanto su generación
interpreta las aspiraciones, intereses y esperanzas de una parte
importante de la sociedad chilena que anhela construir un país libre de
injusticias y desigualdades. Rescatamos nuestra historia en su
totalidad, estamos orgullosos de ella ya que se ha construido con la
humanidad de miles de chilenos hijos de este pueblo, y nadie puede decir
que no ha sido una historia de entrega total, de persistencia y
compromiso con los ideales que dieron vida a la organización. ORIGENES
DEL FPMR El ascenso de la lucha de
masas contra la dictadura presionaba al Partido Comunista,
obligándolo a poner en práctica, el año 81, la política de Rebelión
Popular (PRP), que había sido aprobada dos años antes en un Pleno de su
Comité Central, tras haber reconocido el "vacío histórico"
de su política militar. El año 1980, el propio secretario general del
Partido, Luis Corvalán, afirmó que estaba cerrada la vía pacífica
para vencer a la dictadura, validando todas las formas de lucha
"incluida la violencia aguda". Esta política permitió
darle a la movilización social un nuevo cauce orgánico para llevar adelante
acciones audaces de un nivel superior a las tradicionales,
principalmente en el terreno de la propaganda y la violencia y autodefensa
popular, las que apuntaban a estimular la desobediencia civil y
posibilitar la incorporación de miles de chilenos al combate, con el
propósito exclusivo de terminar cuanto antes con la dictadura. La
implementación de la PRP fue un proceso difícil para un partido
formado históricamente en el marco del legalismo y la lucha
electoral. El movimiento revolucionario de nuestro
Continente había demostrado al mundo a posible la lucha
armada. En Nicaragua el FSLN, a la cabeza de una insurrección
popular, logró llegar al Poder tras derrocar la dinastía Somocista, que por
décadas había ejercido el poder dictatorial en ese país
centroamericano, y en El Salvador el FMLN se convertía en una fuerza
beligerante con capacidad de poner en jaque al régimen dictatorial.
Dichos sucesos repercutieron con fuerza al interior de los partidos de
izquierda, y fue factor importante a la hora de decidir la
implementación de la PRP y la posterior creación del Frente La PRP se
entendió como la combinación de todas las formas de lucha, legales e
ilegales, armadas y no armadas, para la derrota de la dictadura y abrir
paso a un Gobierno Provisional de Unidad Nacional, se basaba en la
unidad de los sectores anti as, la lucha de masas y el componente
militar como apoyo a dicha lucha. Las agudización de las
contradicciones entre el pueblo y la dictadura generaba las condiciones
para el desarrollo de la movilización, comenzando un gran
movimiento social que prontamente se transformó en la principal forma de lucha
antidictatorial y en la cual su protagonista principal era
el pueblo. Ya en las primeras jornadas la población desbordó la
convocatoria en cuanto a darle un carácter "pacífico" y
centrarse en el toque de cacerolas y de bocinazos. Desde sus inicios las
manifestaciones fueron encausando el descontento masivo, a
través de acciones audaces, lucha de barricadas y la toma del control de
sus territorios. El principal protagonista fue la gente humilde y
explotada, pero llena de una dignidad hermosa e inmensa, que enfrentaba la represión con
gran decisión y espíritu combativo, demostrando el
gran potencial de lucha que había en su seno, dando comienzo a una
inédita experiencia combativa. En medio de éste nuevo
cuadro político-social nació el FPMR, el 14 de Diciembre de l983, como
brazo o aparato armado del PC. para implementar en ese terreno
la política de Rebelión Popular, a una estrategia limitada, cuyos
objetivos políticos como vimos estaban definidos por la derrota de
la dictadura y no por la toma del Poder, además, la PRP en su
elaboración es una suerte de forma de hacer coexistir distintas
concepciones sobre los objetivos y las formas de lucha contra la dictadura,
que daba para distintas interpretaciones y formas de implementación de
acuerdo al pensamiento de cada uno. El apagón nacional del 14
de diciembre de 1983, el reparto de alimentos en las
poblaciones desde vehículos repartidores capturados, el asalto simultáneo de
tres armerías en pleno centro de Santiago, el secuestro de Sebastián
Bertolone, subdirector de La Nación, periódico vocero de la dictadura,
dieron a conocer a Chile y al mundo que formas inéditas de lucha se
abrían paso no desde una burbuja, no imponiéndolas , sino que en
el marco de la lucha del pueblo. Pese a la limitada
autonomía que le imponía su carácter de "Aparato", muy pronto el FPMR se
convirtió en figura central en la lucha contra la dictadura. Las
condiciones objetivas en que se desarrollaban los acontecimientos en esa
época hizo que miles de hombres y mujeres se sintieran identificados con
su accionar. Jóvenes de todas las edades, con y sin partidos, estaban
dispuestos a combatir con las armas en la mano. Los nombres de los
rodriguistas caídos en acción constituían símbolos de dignidad y
patriotismo de un pueblo a pisoteado en sus intereses más vitales.
Desde sus primeros días, la presencia del FPMR fue reconocida como
patrimonio del pueblo, a partir de allí se comenzaba a forjar el
RODRIGUISMO como fenómeno de masas , que involucra hacerse parte de
los intereses y las luchas de los explotados y marginados,
jóvenes, estudiantes y trabajadores. CONSOLIDACION
Y DESARROLLO DEL FRENTE El acoso constante que
sufría el pueblo chileno de parte de la Dictadura militar requería
de los partidos de izquierda pronunciamientos más
decididos para enfrentarla. Ya no era posible sólo atenerse a la condena
moral y la denuncia internacional para parar las atrocidades de la
dictadura y la grave situación que empezaba a sentirse por la
implementación del modelo de dominación neoliberal que llevaba a
miles de trabajadores a la cesantía, que no bajaba del 30%, y a un
empobrecimiento sistemático y acelerado de las capas medias de la
sociedad. Simultáneamente, en el plano internacional se
desarrollaba un amplio movimiento de solidaridad combatiente con la causa
del pueblo chileno, que obligó al imperialismo norteamericano
a tomar medidas de presión para parar los riesgos que amenazaban la
existencia de la dictadura. En este plano, el régimen se encontraba
aislado en medio de una confrontación social amenazante. En este nuevo cuadro
nacional e internacional, la presencia del FPMR fue determinante para que
los partidos tradicionales, tanto de izquierda como de centro,
tuvieran que repensar nuevas formas de hacer política, ante el
temor de quedar aislados de las masas; para ello debieron modificar sus
estrategias haciendo del rupturismo el elemento común y la
movilización combativa del pueblo su base principal, como instrumento
de presión, que acelerará la salida de la dictadura, pues nunca
estuvo en ellos la idea de la revolución social. El FPMR fue
nucleado en su inicio por un cohesionado grupo de jóvenes oficiales, en su
mayoría hijos de militantes comunistas, formados en Academias militares
de los países socialistas, especialmente de Cuba y que
habían combatido bajo las banderas internacionalistas en El
Salvador y Nicaragua, junto a militantes del interior con preparación
militar, encabezados todos uestro Primer Comandante, Raúl Pellegrin,
(Rodrigo o José Miguel). No obstante el ámbito
operativo a que estaba circunscrita la labor del FPMR, rápidamente logró
incidir con su accionar en la situación política, por lo que encaró
nuevas exigencias, derivadas del enfrentamiento armado
sometido a leyes y principios diferentes a los que tradicionalmente rigen
la lucha política. La necesidad de definir con mayor precisión el
camino más probable para el derrocamiento de la tiranía había dado paso,
a finales del '84, al diseño de una estrategia
político-militar, que se tradujo en el plan estratégico de la Sublevación Nacional,
(SN), con un significativo aporte de todas las estructuras del trabajo
militar. Este plan consistía básicamente en: "Lograr un
levantamiento o sublevación de masas que involucre a toda la población, a la
mayor parte de las fuerzas políticas y sociales y a fuerzas
militares irregulares y ojalá también regulares, que estén contra la dictadura.
Se trata de llevar a un estado de rebelión generalizada, que
logre la paralización real del país; con alzamientos populares en
los principales centros urbanos, fundamentalmente en las
poblaciones, con participación decidida del proletariado industrial, de
los estudiantes, de las capas medias y del campesinado. Tales
acciones se verían fortalecidas por golpes efectivos a las vías de
comunicación en apoyo a la paralización y por golpes más contundentes a
las fuerzas represivas, que ayuden a acelerar el desmoronamiento
político moral de las FF.AA. La culminación de este proceso
debiera ser el copamiento por las masas de los principales centros
políticos del país". A partir de estas definiciones
generales, que se transformaron en el elemento rector de la
política militar del PC. La SN. abrió un mayor espacio en la
implementación del trabajo militar, a través de las fuerzas Operativas
Territoriales y las Milicias Rodriguistas. Fue sobre todo a partir de
este momento (1985) que el grupo fundacional, con sólida
preparación política y militar, fue prontamente enriquecido con
el poblador y la pobladora, el joven cesante, el estudiante
rebelde, el obrero explotado, compañeros tal vez sin gran experiencia
militante pero que expandieron las fronteras del Frente hacia el pueblo
con solidaridad, capacidad de renuncia, arrojo, sentido de clase,
elementos insustituibles para la construcción de una
organización revolucionaria. En los años 85 y 86 se dio
la etapa más aguda de la lucha antidictatorial, con
continuas jornadas de protesta y enfrentamiento contra la dictadura, la
lucha callejera, la audacia y sorpresa en el accionar operativo, que
estimulaba los combates populares, desgastaban contantemente a
las fuerzas represivas de la dictadura, que recurrió al terrorismo
de Estado, siendo una de sus expresiones más brutales el asesinato
por degollamiento de 3 profesionales comunistas, Manuel
Guerrero, José Manuel Parada y Santiago Nattino. Los allanamientos masivos
que realizaban el Ejército, Carabineros y la Central Nacional de
Informaciones (CNI). en las poblaciones más combativas, como La Victoria,
La Legua, Villa Francia, Pudahuel, entre otras, eran
tenazmente resistidos por los pobladores, que se organizaban por manzanas,
calles o pasajes. El Frente logró una y otra
vez asestar golpes a la dictadura y sus aparatos represivos dándole
al pueblo la confianza de que el enemigo no es invencible y que el
monopolio del poder de las armas puede ser sobrepasado con ingenio y
audacia, y con la inmensa superioridad moral que otorga luchar por
una causa justa, el factor moral, como otro de los elementos para
medir el estado de las fuerzas en un enfrentamiento, estaba
abrumadoramente de lado de las fuerzas populares, entre las cuales
el FPMR ocupó un lugar de vanguardia ganada en la práctica. Una ejemplar demostración
de lo anterior se dio en 1985, en el marco de la campaña "Contra
la Tiranía, el Pueblo pasa a la Ofensiva", cuando se realiza la acción
de mayor relevancia de ese año : la operación de rescate desde
su lugar de encierro del hermano Fernando Larenas, que no sólo es
demostración de capacidad operativa, sino de la moral y ética de los
revolucionarios, valores que los aparatos represivos y los políticos
de la clase dominante no conocen . En la esfera
internacional, comenzó un trabajo de una calidad y amplitud muy superior, cuyo
objetivo central era la logística. De a poco, se fueron ocupando
espacios político-diplomáticos propios, viéndose obligado a asumir
responsabilidades que cada vez iban más allá de las que le
corresponde a un aparato militar. Las exigencias cada vez mayores obligaban
a una ofensiva en la preparación combativa y política, organizando la
instrucción a todos los niveles, en el plano interno y externo. EL
FPMR, EN LA DERROTA DE LA DICTADURA Desde el punto de vista
político-ideologico el Frente que había nacido para asumir la
Estrategia de la Rebelión Popular, con el objetivo de derrotar a la
dictadura y abrir paso a la creación de un gobierno provisional de
unidad nacional, desarrollaba su estrategia dialécticamente con la
política partidaria, incorporando a su concepción los elementos de
la Sublevación Nacional, cuyo objetivo principal era el
desmoronamiento político-moral de las FF.AA. En algunos aspectos esta
estrategia contemplaba la lucha con carácter insurreccional, previendo
que los combates decisivos estarían vinculados al levantamiento
popular en los grandes centros urbanos. El proyecto permitía
contribuir acertadamente en los objetivos de lograr la caída de la
dictadura y darle una salida popular, sin embargo, esto último no
estaba inscrito en las definiciones de poder del PC. La SN. no había sido
concebida como una derrota militar del enemigo, sino como su derrota
política y moral. Estas limitaciones, que se expresaban en rigurosas
medidas políticas y controles orgánicos en los distintos niveles
partidarios, esterilizaba la iniciativa, y frenanaba el accionar
armado lo que, en definitiva, se tradujo en una mediatización del trabajo
militar. El trabajo militar del PC
no formó parte indisoluble de su política, sino que constituyó un
elemento más de ella, regida y limitada por una estrategia parcial. Al
no ser una estrategia de poder, la construcción y desarrollo
del trabajo militar tuvo sólo un contenido operativo, en función de la
acción armada como elemento de presión y no de la guerra. La última
protesta nacional del 2 y 3 julio del '86, que sobrepaso a la
conducción, ponía en evidencia la maduración acelerada de una crisis
nacional revolucionaria, que permitía traspasar los umbrales de
la revolución en nuestro país. Sin embargo, el uso del material técnico
necesario para implementar los planes militares del FPMR, que ya
había ingresado por Carrizal ,para enfrentar exitosamente ese
momento crucial de nuestra historia, no fue autorizado por la
dirección del PC., quien tenía el control político de su empleo, lo
que fue determinante en los resultados obtenidos. Hemos descrito y expuesto
las líneas que una dirección partidaria delineaba, pero la práctica
concreta la desarrollaron personas que al calor de la lucha
sobrepasaron esos planteamientos teóricos, acumularon experiencias,
espíritu de cuerpo, una mística que impregnaba cada labor
desarrollada, desde la operación de alta complejidad y notoriedad
pública hasta el anónimo trabajo de aseguramiento, el contacto
cotidiano con la gente del pueblo, el rayado, etc. todo ello
formó un patrimonio que hace del Rodriguismo un fenómeno real en la
sociedad chilena. En el país existían
condiciones objetivas para dar un paso superior en la disputa por el Poder.
El gobierno norteamericano, que había promovido el golpe militar,
advertía los graves peligros a que se enfrentaba la dictadura,
tras la amenaza de una salida revolucionaria. Por ello se
aceleraban las conversaciones entre EE.UU., la Social
Democracia Mundial y la Democracia Cristiana internacional, quienes
jugaban un rol determinante en la salida negociada y pacífica de la
dictadura, que impidiera "desbordes" populares. En un esfuerzo superior, en
Septiembre de '86, considerado como el "año decisivo",
un comando del FPMR., emboscó al Tirano y su comitiva en el sector de "La
Obra" en el camino al Cajón del Maipo, poniendo en acción la
"Operación Siglo XX", dirigida por José Joaquín Valenzuela Levy
"Comandante Ernesto". Pinochet sobrevivió este atentado, tras haber
recibido 46 impactos de balas M-16 en su auto blindado y haber fallado 2
lanza-cohetes Low de los 4 disparados en su contra. Este intento de
ajusticiamiento del tirano, política y moralmente justificado, fue
llevado a cabo con gran arrojo por combatientes RODRIGUISTAS
que encarnan la memoria del guerrillero heroico, muerto en Tiltil.
El acto en sí, fue un gesto de dignidad y patriotismo de un pueblo
que no se dejaba avasallar. El Departamento de Estado norteamericano
impuso la política de buscar una transición pactada de la dictadura,
que pudiera derivar en un gobierno encabezado por la oposición
de centro, a condición de que se rompiera toda relación con las
organizaciones y Partidos revolucionarios, trasladando la movilización
desde la calle hacia las urnas. La llamada "oposición
democrática", democristianos y renovados de izquierda, se jugaron con
todo para bajarle el perfil a las protestas nacionales, a fin de poder
desenganchar al pueblo de la movilización. Con sus aciertos y errores,
el FPMR fue determinante en la aceleración de la salida
del régimen de Pinochet, y demostró al mundo la legitimidad que tienen
las armas en mano del pueblo, cuando son usadas en una coyuntura
histórica concreta de la lucha de clases. Además, contribuyó o fue
parte de la creación de una memoria histórica en el terreno de
la lucha popular, memoria o caudal de experiencia que se
manifiesta hasta hoy día, las expresiones de movilización, y autodefensa
de masas de la actualidad , aunque no tengan todas ellas
conducción política tienen sus raíces en la lucha antidictatorial. LA
CRISIS EN EL PARTIDO COMUNISTA El PC constata la compleja
situación que se produce en los últimos meses del 86. Su situación objetiva
de aislamiento se unía al del resto de los partidos del
Movimiento Democrático Popular (formado por el PC, PS-Almeyda y el MIR)
con respecto a los partidos impulsores del proyecto burgués. Las
movilizaciones decayeron y el centro del debate se desarrollaba
lejos de la influencia de la izquierda. Paralelamente a los
acontecimientos chilenos, el proceso de la Perestroika en la URSS,
iniciada en 1985 comenzaba a estremecer las estructuras políticas de
los Partidos Comunistas en el Mundo. Que daba paso al
desmoronamiento del sistema socialista real. La conducta seguida ante
este panorama fue el abandono paulatino de los componentes militares
de la PRP, reacomodar el quehacer y recomponer el cuadro de
alianzas en interés de crear las condiciones político-sociales para
derrotar a la dictadura. En diciembre de 1986, el PC en declaración
pública conjunta con otros partidos de izquierda llama entre otras cosas a
"no militarizar la política", no rechaza la propuesta del proyecto
burgués de elecciones libres sino que intenta darles un carácter
distinto. Se da el primer paso en el abandono de la opción rupturista,
entrando a validar el escenario electoral que se iba imponiendo. El PC. chileno iniciaba un
giro estratégico de su política, para lo cual debía desperfilar la
política de RP y su estrategia de SN. y desmontar su Aparato
militar. Con el pretexto de analizar el fracasado intento de ejecutar
al tirano, a comienzo del año '87 la Comisión Política del PC.
determinó iniciar una discusión en el seno de la Comisión Militar, con
el propósito de desprenderse de aquellos miembros del FPMR que
resistían el giro estratégico de su política. Política, que por lo demás,
como ha quedado demostrado, nunca se caracterizó por un
involucramiento decidido en la lucha revolucionaria. El FPMR se
resistió al curso de los acontecimientos, pero la Comisión Militar
fue intervenida así como la Dirección Nacional del Frente, y se
intentó sin éxito revertir la situación interna del partido,
exigiéndose infructuosamente una discusión política. La separación del
FPMR se produce formalmente en julio de 1987, cuando éste se niega
a aceptar la completa reestructuración de sus direcciones, que
implicaba la dispersión. Esta división se puede
definir como una crisis político-ideológica, que tiene su origen en
visiones históricas pero contradictorias acerca de la realidad chilena, con
distintas tesis acerca de las formas de lucha y los
caminos para llegar al Socialismo (lucha armada, lucha electoral,
reformas o revolución). Estas contradicciones se
manifestaron agudamente ante la coyuntura política el 86-87, que como vimos,
el partido pretendió resolver por la vía de disminuir el carácter
violento del enfrentamiento para lograr recomponer el cuadro
unitario. Hay que tener en cuenta que
los estrechos marcos que la línea política del Partido daba
al Frente, eran más que nada definiciones, fórmulas, o recetas que
debían ser implementadas por hermanos con profunda convicción y
formación revolucionaria, que aspiraban para nuestro país algo superior
a un recambio democrático, conscientes que el nivel de lucha y
sacrificio del pueblo en su lucha antidictatorial merecía mucho más que un
mero cambio de ocupante en el sillón de La Moneda. Esos sentimientos
se entrecruzaban en el terreno de una discusión política
ideológica, en medio de una implacable persecución, que desembocó
en la muerte de 12 jóvenes en la Operación Albania (como fue llamada
por la CNI) en junio del 87. Ese contexto obligaba a definirse , a
tomar posiciones, a jugársela por una opción considerada justa a pesar
de las adversidades, incluso con el riesgo de quedar aislados, esa es
una decisión que no siempre se encuentra en los libros o en la
teoría o no la entrega por sí sola una línea política , ese factor
subjetivo lo encontramos en muchos de los momentos más
trascendentales de la historia de la organización. ¿Qué es lo que empuja a
Julio Guerra Olivares, Wilson Hénríquez Gallegos y Juan Henríquez
Araya a dar su vida combatiendo para proteger la de sus
compañeros, durante la operación Albania? ¿En qué radica la decisión de
contener a un enemigo inmensamente superior, sabiendo quizás que no hay
posibilidad de sobrevivir? Esos factores invisibles pero muy
presentes en la práctica son los elementos que han forjado nuestra
historia, esos principios son los que queremos rescatar, son los que han
sostenido al Frente a pesar de los momentos difíciles. Porque si bien
es útil conocer los documentos, los planteamientos o análisis
políticos, nuestra historia no estaría completa y quizás hoy día
no existiríamos si no es por ese factor invisible que tiene que ver
con compromisos y convicciones , que son necesarios tanto para tomar el fusil como
para el trabajo arduo y cotidiano en la base
popular. Los 12 hermanos caídos en
junio de 1987 no son superhombres o supermujeres, son
pobladores, pobladoras, obreros, esposas, madres e hijos como cualquier otro
chileno, la única diferencia, lo que los hace especiales , es que
asumieron una opción de ideales y de vida que llevaron hasta las
últimas consecuencias, no exaltamos la muerte, exaltamos y reivindicamos
cómo ellos vivieron, a hermanos como ellos, de hoy y mañana, los
queremos aportando en la plenitud de la vida y la libertad que entrega la
lucha, por eso buscamos superarnos en pensamiento y práctica. En todo caso, como toda
construcción humana o incluso material, se requiere de una serie de
componentes para que ésta sea sólida, la vida del Frente atravesó
por carencias en el terreno de concepciones para analizar la realidad
en su totalidad y estar más atento al desarrollo global de los
hechos más allá de nuestro entorno inmediato, se carecía de
las herramientas necesarias para enfrentar la lucha en su
integralidad, la misma estructura o sistema de funcionamiento, cuando se
convierte en un fin en sí mismo, puede provocar visiones erradas o
incluso soberbias, empujadas por la voluntad y no por la
objetividad, o hacer brotar vicios o desviaciones en los
hombres, esos elementos también son parte de nuestra historia y debemos
aprender de ellos. VIDA
INDEPENDIENTE Los primeros pasos del
FPMR., en su calidad de organización independiente fueron
difíciles y complejos. La formación política de sus cuadros y la rígida
compartimentación del trabajo clandestino, obstaculizaban el
desarrollo de las nuevas tareas políticas que debía realizar, para cumplir la
responsabilidad asumida por sus principales cuadros, de darle
continuidad a la política de Sublevación Nacional que para nosotros estaba más
vigente que nunca. A partir de una conducción
operativa, intentamos entrar a la lucha política, no sin antes
validar al FPMR. como ente independiente. En este contexto, se inscribió
la "Operación Príncipe", secuestro del coronel Carlos Carreño,
subdirector de FAMAE, desde su casa en la comuna de la Reina, llevada
a cabo el 1 de septiembre del '87, y liberado 92 días después en
Brasil, a la vez que se distribuían alimentos, ropa y juguetes
en poblaciones de Santiago como aporte de las condiciones del rescate
,lo que contribuyó a elevar la moral combativa y nuestro
prestigio ante distintos sectores de la opinión pública nacional e
internacional, y también tuvo como efecto el debate o toma de posiciones
políticas dentro de la izquierda chilena en el marco de la
transición conducida por la dictadura. Simultáneamente se llevaba
a cabo una reestructuración orgánica interna, incorporando
nuevas direcciones de trabajo. Se trataba de que el contenido y forma
del trabajo de la Dirección Nacional permitieran ejercer una
conducción política integral, con miras a transformar al FPMR de
aparato en organización político-militar, concibiendo ahora a la
Sublevación Nacional como estrategia de Poder, proyectándola más allá de
la dictadura. De ahí surge el cambio en nuestra concepción hacia
las FF.AA.., pues ya no se "desmoronarán política y
moralmente", sino que hay que "derrotarlas política y militarmente". Esa nueva apreciación
modificó la esencia misma de la estrategia de sublevación,
transformándola en una "guerra de todo el pueblo y en todo el territorio",
para implementarla adoptamos cambios orgánicos, considerando que lo
fundamental era hacer del FPMR. una fuerza material, "un
instrumento orgánico" capaz de expresar la alternativa patriótica en la senda de
la revolución. Es decir, intentamos realizar un cambio político
de fondo mediante vías orgánicas. Ya por aquel entonces,
abril del '88, se hacían más evidentes los cambios en la estructura
social y política del país, que se caracterizaba por acelerar
una salida negociada de la dictadura, y de una izquierda que ante el
temor de quedar aislada, comenzaba a replegarse
desordenadamente. La negociación dio como resultado la convocatoria al plebiscito
de octubre del '88, que pasó a ser el centro de la actividad
política. Las masas también fueron arrastradas hacia la carrera electoral. Sin embargo, en esa época, nosotros
llegábamos a las siguientes conclusiones: "se ha
generado en nuestro país en estos últimos años, una situación potencial de
lucha, que permite afirmar que es posible lanzar a las masas a la
calle a combatir y "levantarse en armas", y se agregaba: Las masas
exigen de la (s) vanguardia (s) que muestre (n) una alternativa clara y
viable. Exigen presencia y calidad militar superior para
incorporarse a la lucha". La elaboración de este pensamiento se
,traduciría posteriormente, en la Guerra Patriótica Nacional (GPN). De otra parte, -se afirmaba
que-, la oposición tradicional, (que hoy encarna la Concertación),
no es claramente una alternativa para ello. Incluso se ve en las masas
rechazo al "partidismo" que le ha decepcionado".
"El FPMR, a pesar de los esfuerzos enemigos por destruirlo, y los intentos
de la oposición (incluidos los partidos de izquierda), de
descalificarlo ante el pueblo, ha sido la única expresión clara de lucha y
puede llegar a constituirse en la alternativa que las masas
reclaman". EL
REDISEÑO POLITICO INTERNO Estas conclusiones
constituyeron la base del FPMR. en su desarrollo posterior, lo que en lo
inmediato se expresaron en el "Rediseño político interno",
cuyo objetivo principal fue intentar "evolucionar de un esquema de
sublevación a una estrategia de guerra patriótica en todo el país. A través del Rediseño se pretendía
transformar aquellos aspectos de la
vida del FPMR. y de sus militantes an concebidos como la traba
más importante para construir la organización
político-militar de vanguardia, tales como: excesivo centralismo, ausencia de
democracia, ausencia de trabajo colectivo, erosión de valores
ideológicos y morales, falta de transparencia, inexistencia de órganos
político-militares a diferentes niveles, funcionamiento irregular de
estructuras de base. insuficiente trabajo político-ideológico. Se pensó que estos
problemas se podían enfrentar mediante la sola toma de conciencia y
voluntad de los militantes. Partíamos de la premisa que el cambio de la
mentalidad, traducidas en métodos, formas y estilos de funcionamiento
-que por años fueron la base de la formación de los cuadros-,
era posible sólo apelando a factores de carácter subjetivo. De ahí
que una parte importante del FPMR asumió y redujo el Rediseño a un mero
asunto de conducta individual. Pero el error central
estuvo en pretender transformar al aparato en una organización
político-militar, con la mera incorporación formal de principios y normas de
funcionamiento leninista. Es decir, sin tener en cuenta que para que éstas
desarrollen su plena expresión, se requiere que dichas normas
tengan una base orgánica y humana específica, que la vida de
aparato no permite desarrollar. Así como ésta concepción
fue plenamente válida en los marcos de la política de rebelión
popular y de Sublevación Nacional, al plantearnos la necesidad de
una nueva forma de organización nos obligaba, en primer lugar,
a generar un nuevo proyecto revolucionario y no seguir con la vieja
concepción. En consecuencia, siendo el Rediseño justo en su
contenido, circunscrito a esta realidad se hizo inaplicable. Debido a su
limitada aplicación sólo contribuyó a fortalecer al aparato. El
principal objetivo del Rediseño Político Interno fue evolucionar de
un esquema de sublevación nacional a una estrategia de Guerra
Patriótica Nacional. NUESTRO
ANALISIS DE LA REALIDAD Los análisis de nuestra conducta
política, nos demuestran que, por aquel entonces, -año
'88-,trasladamos mecánicamente los factores potenciales de lucha del
año '86, basados en factores puramente subjetivos, reteniendo
aquellas experiencias como algo estático y no como un fenómeno
dialéctico, al señalar " que el ánimo y combatividad de las masas está en estado
latente", en circunstancias que nunca más volvieron a repetirse, en
calidad y cantidad, las jornadas nacionales de protestas, que alcanzaron
su mayor expresión en julio-86. Lo que sí quedo en evidencia fue
que mientras nosotros íbamos en una dirección el pueblo lo
hacia en otra. La segunda apreciación
errada, consintió en creer que el Plebiscito del 88, se convertiría en
un fraude por parte del régimen, con el fin de perpetuarse en el poder.
Tal fraude no existió y por el contrario los votantes del
"NO" convirtieron el triunfo electoral en una gran fiesta popular. No obstante, el FPMR
ratificaba y precisaba algunos elementos relativos al carácter de la
GPN. definida como "un proceso global e integral de lucha, que
combina lo militar, lo político, la movilización social, toda
expresión de lucha y en la que tienen lugar todos los patriotas que se
proponen la derrota del enemigo, mediante la combinación de golpes en
todos los frentes, siendo el accionar militar el factor principal
para ganar la guerra pues éste será decisivo en el desgaste
físico y moral del enemigo". Lo anterior dio paso a la elaboración de
un Plan de guerra con una opción clara:
"desarrollar el proceso de acumulación de fuerzas recurriendo a la acción
militar". Poniendo lo militar como el elemento principal por el
cual nuestro proyecto se abriría paso, y por tanto, el quehacer
general de la organización sería visto en función de esa óptica, lo
que le daba un rol secundario a la actividad política y
social, y aún cuando no existía una idea única sobre éstos aspectos
políticos, y las condiciones objetivas en el país no eran favorables,
igual se planificaron las acciones de cuatro poblados rurales: Los
Queñes, Pillipillahuén, Las Moras y Aguas Blancas, en octubre del
'88. La misión principal consistía en lograr la toma y control temporal
de territorios, hacer propaganda y agitación a la población,
así como neutralizar las fuerzas vivas del enemigo, destruir sus
instalaciones y recuperar medios. En la toma de "Los Queñes"
perdieron la vida Los Comandantes del FPMR, Raúl Pellegrín, (José Miguel) y
Cecilia Magni, (Tamara), un alto costo humano y político militar
para la organización. Con la distancia que dan
los años hoy día podemos hacer una evaluación política crítica
que incluso puede pecar de frialdad, pero lo que queremos resaltar
hoy es que en nuestro proceso de reorganización hemos
definido como criterio el rescate íntegro de nuestra historia, lo bueno
y lo malo. La presencia de José Miguel y Tamara en las operaciones
gráfica la convicción por la opción asumida, la coherencia
entre el discurso y la práctica, la preocupación por los
combatientes, aspectos que en la actividad política, militar , así
como en la cotidianidad de las relaciones humanas son demostración
indesmentible de la energía, la firmeza ideológica y la
sensibilidad que caracteriza a los revolucionarios auténticos. El año '89 fue
fundamentalmente de reorganización. La conducción del FPMR, fue ejercida
por un secretariado. Este proceso se vio seriamente afectado,
entre otras cosas por los hechos ocurridos en la acción
realizada en agosto en Tobalaba,donde perdió la vida Roberto
Nordenflicht "Comandante Aurelio", en el contexto una continúa declinación de la
organización y movilización del mundo popular. En el plano del trabajo de
masas, el Frente desarrolla por primera vez experiencias que
buscaban hacer política en el mundo social, construyendo los llamados
referentes patrióticos: el Movimiento del Pueblo Intransigente, el
Movimiento Dignidad y Justicia y la Juventud Patriótica. Estas
instancias fueron un esfuerzo por aglutinar e interpretar las demandas y
reivindicaciones juveniles y populares así como los derechos humanos.
Las indefiniciones en cuanto a carácter , forma y objetivos de estas
instancias más el evidente reflujo del movimiento social hicieron
que tuvieran una corta vida, pero fueron las primeras manifestaciones
de la búsqueda de hacer política en el seno del pueblo. Los cambios políticos que
operaban en el país, van logrando en breves plazos lo que la dictadura
no obtuvo : neutralizar la movilización del movimiento social, el
rechazo al partidismo y la apatía, en medio de un "floreciente
crecimiento económico", y el bombardeo masivo de antivalores como el
consumismo y el individualismo. Al mismo tiempo se producía
un cambio en la correlación de fuerzas a nivel mundial, derivado del
desmoronamiento del sistema socialista de Europa del Este,
repercutiendo en nuestra realidad. Sin embargo, evaluábamos que al FPMR,
por sus "características particulares" no lo afectaría y que mientras
otras orgánicas entraban en crisis de carácter ideológico, la
nuestra era una crisis orgánica. Durante ese período ('91), se hizo más
evidente el bajo perfil del FPMR. en todos los planos y se abrió una
brecha mayor entre la idea y la acción, lo que fue creando un cuadro
de insatisfacción, que contribuyó a que varios compañeros se
restasen paulatinamente al trabajo, al no ver respuestas concretas que
permitieran superar la situación creada. Consciente de los problemas
existentes la Dirección Nacional (DN) impulsa un proceso de
discusión, que involucraba a la mayoría del FPMR., la que concluyó con
la Consulta Nacional de marzo del '91. Esta tuvo como principal
objetivo analizar aquellos aspecto que impedían la transformación
del FPMR en una organización revolucionaria. Si bien es
cierto que ese evento permitió detectar mejor los problemas
existentes, estuvo lejos de superarlos. Caracterizamos el momento
que vivía el FPMR como una "crisis de desarrollo", cuadro
que estaba muy lejos de representar la situación en que nos encontrábamos a
de carácter política e ideológica. Para nosotros, este momento
de crisis se manifestó en la práctica, y nos golpeó con la pérdida
de valiosas vidas a manos del régimen civil, que perfecciona los
mecanismos de represión y aniquilamiento de los revolucionarios. Una
vez más se manifestó la inmensa generosidad de los jóvenes
del pueblo cuando liberan sus conciencias y se organizan por liberar
a la sociedad entera: Emilio González, Mauricio Cancino, Juan
Fuentes, Alex Muñoz, Fabián López, cayeron en combate entre diciembre del
91 y enero del 92. Asimismo no olvidamos a Mauricio Arenas Bejas,
"Comandante Joaquín", quien también puso "tan alto como la
cordillera de Los Andes" los valores del Rodriguismo ya que a pesar
de su fatal enfermedad, secuela de la represión, no dudó en
seguir entregando sus mejores esfuerzos a la lucha. La vida del Frente ha
contemplado muchos ejemplos como los mencionados, sin embargo
ellos no significan una historia de derrota , todo lo contrario, sería
derrota si con el pretexto de los costos en vida y libertad de
muchos compañeros renegásemos de nuestros principios revolucionarios,
o si nos acomodáramos al nuevo orden mundial o a las
transformaciones estructurales de la sociedad , y los usáramos como justificación
para el abandono. El sacrificio ha sido bastante pero los
rodriguistas jamás lo interpretaremos por la vía de la renuncia o pensar en la
inviabilidad de la revolución, el ejemplo y testimonio de vida de los
hermanos caídos nos comprueban que sí es posible cambiar esta
sociedad, que el ser humano es capaz de transformarse, que el
pueblo es dueño de su destino cuando se convence de su propia
fuerza. Esa fuerza subjetiva se ha
materialidad también en demostraciones contundentes de la defensa
de la dignidad popular y la lucha por la justicia que el sistema
niega. La población recibió con satisfacción las operaciones de la
campaña "NO A LA IMPUNIDAD", que ajusticiaron a enemigos del pueblo como
Roberto Fuentes Morrison , "El Wally ", jefe del siniestro Comando Conjunto
(1989) o a Luis Fontaine Manríquez, de la DICOMCAR, culpable del
asesinato de los tres compañeros comunistas , (1990), Víctor Valenzuela
, de Inteligencia del Ejército y ex CNI. Además, se atentó contra
Gustavo Leigh Guzmán, ex miembro de la junta militar, quien prometiera
en 1973 extirpar el "cáncer marxista", lo que significó la muerte y
la desaparición de miles de chilenos, pero no sólo no logró extirpar
ese supuesto cáncer sino que él mismo estuvo a punto de ser
extirpado. Asimismo, en 1991 también
se hizo justicia en el caso de uno
de los principales ideólogos y responsables intelectuales
del golpe militar, la constitución del 80, el modelo económico y
social impuesto por la dictadura, como lo fue Jaime Guzmán, cuya muerte
evidentemente fue sentida por la clase política chilena, pero
asumida como justa y válida por la gente pobre y explotada que sufrió y
sufre las consecuencias de la obra e ideología de este enemigo
de clase. Estas acciones se
desarrollaban en general dentro de una tendencia de debilitamiento que como
vimos fue constatado en la Consulta Nacional, y que nos impidió
capitalizarlas políticamente, prever los alcances de éstas y asumir en
mejores condiciones la nueva situación política que generaban. PROCESO
DE DISCUSION INTERNA En 1992, ante la pérdida
progresiva de incidencia y capacidad política y operativa, sin
lograr una homogeneidad en cuanto al análisis de las causas de
fondo ,y en medio de graves problemas de seguridad, se inició un
intenso proceso de reflexión y autocrítica de toda nuestra historia, que
tuvo varias etapas y no pocas dificultades en su realización. El
tiempo transcurrido es producto de la intensidad y las
dificultades de la búsqueda de soluciones que no implicaran la renuncia, el
desarme ideológico o el transformarnos en una secta encerrada en sí
misma. Finalmente, las principales
conclusiones del PROCESO , ratificadas en el reciente Primer
Encuentro por la Reorganización del Rodriguismo, señalan que como
consecuencia principal de la crisis política-ídeológica de la
organización, se produjo la derrota de nuestro Proyecto Político
GPN (el cual no era un Proyecto Revolucionario propiamente
tal) que se desarrolló en el contexto político nacional de
dictadura militar y al que le dimos continuidad durante los primeros años
del gobierno civil. Ese Proyecto se sustentaba en una
Concepción de organización que tenía como forma un Aparato Armado, y donde el
pueblo era concebido como cantera de futuros combatientes,
asignándole a las masas un rol de objetos y no de sujetos protagonistas de
la transformación social. Todas las políticas del FPMR fueron
coherentes con esta concepción política-ideológica, y en
ese sentido fue un proyecto integral. La Guerra Patriótica Nacional
fue una sumatoria de acciones armadas, una implementación operativista; y representa un
enriquecimiento de la política de Sublevación
Nacional del PC., a la que se le añade la intencionalidad de poder.
(de las conclusiones y resoluciones del Primer Encuentro por la
Reorganización del Rodriguismo, El Rodriguista Nº 68). La capacidad crítica y
autocrítica de una organización es un buen barómetro de sus
potencialidades, los rodriguistas hemos ejercido esta práctica con
profundidad, sin recetas, descubriendo en la práctica las formas necesarias para la
superación, pero con las coordenadas y las
herramientas del marxismo-leninismo y el espíritu Rodriguista que hemos
querido rescatar en este ensayo. EN
QUE NOS ENCONTRAMOS HOY Hoy nos encontramos en una
nueva etapa de reorganización del RODRIGUISMO, esto no es
espontáneo ni menos la contra parte de un proyecto fracasado, sus
raíces se encuentran en el desarrollo del FPMR, el cual reivindicamos
y nos hacemos responsables de sus aciertos y errores en un
contexto histórico concreto diferente al actual. Estando conscientes que la
construcción de una alternativa de lucha popular, es lenta, compleja
y su desarrollo está en intima correspondencia con la
acción práctica, inmersos en los problemas que afectan al pueblo, donde la
inserción política desde afuera por buena que sea no es un recurso
válido para nuestras expectativas, es que nuestros esfuerzos tratamos
de dirigirlos y hacerlos prácticos en la base. Nuestro trabajo de masas,
en este período, se orienta a la inserción social en los territorios,
los sindicatos, Liceos y Universidades, etc. extrayendo desde allí
las experiencias necesarias que nos permitan fortalecer y
desarrollar tanto nuestra construcción política como las organizaciones
sociales en la base. El RODRIGUISMO, que se
interrelaciona con la organización del pueblo y sus problemas, tiene como
opción aportar en teoría y práctica a la construcción de un
movimiento popular de base, construido de abajo hacia arriba. Todo esto
será más rápido si contamos con RODRIGUISTAS preparados, sólidos en sus
principios , pero con flexibilidad y humildad en el trato con
nuestros pares, con afán de aportar y emprender la tarea de
elaborar nuestro proyecto político, de una línea política, de
políticas particulares, de definiciones que tracen un camino por donde
transitar hacia la revolución . Este camino requiere la misma decisión y convicción
demostrada en otros momentos de nuestra historia,
requiere la ruptura de las viejas fórmulas, y ponernos en nuevos
escenarios tal vez desconocidos, como ocurrió en 1987, pero con la brújula
clara, sin perder el norte de la transformación radical de
la sociedad. Como dijera Salvador,
nuestro principal dirigente, la crisis no ha sido del todo inútil, sino
que es el soporte para la maduración del pensamiento que,
independientemente de cualquier consideración, en ella se condensa una
incuestionable voluntad de sobrevivencia política ante tanta
debilidad, abandono y confusión de importantes segmentos de luchadores
populares. Con éste espíritu damos comienzo a nuestra reestructuración
política y orgánica, poniendo en el centro el espíritu RODRIGUISTA
que, consciente de sus limitaciones del presente pero con optimismo
inquebrantable, continúa su historia, vinculado estrechamente con
los interés permanentes de nuestro pueblo y sus organizaciones, en la
lucha emancipadora de nuestra Patria de la colonización capitalista
y neoliberal. Al terminar nos permitimos
citar las palabras , que son un legado para todos los chilenos
progresistas, del padre de nuestro comandante Rodrigo, también llamado
Raúl, quien nos propuso una forma de avanzar poco antes de fallecer: " ¿Qué Hacer? pregunta
clásica, Primer paso: comprender actuando. Segundo paso: actuando,
comprender. En mi opinion es debe trabajar en múltiples sentidos. Seamos
como los girasoles ¿Cómo son los girasoles?
Son organismos que se nutren de la vida , de sus raíces, del agua, de la
tierra y del sol; se mueven constantemente para
asimilar mejor la energía y la alegría. Los girasoles son generosos,
lanzan al viento sus semillas para fecundar más vida. Y lo más
importante, los girasoles no pierden nunca el norte. Saben hacia dónde
camina la vida. Aunque nos sintamos solos, aunque nos asalte la
desesperanza, aunque los plazos nos parezcan muy largos, seamos cada uno un
girasol activo. Tenemos mucho que entregar. En este mundo hay
muchos girasoles, acerquémonos a otros y formemos ramilletes de
girasoles. Cuando estos ramilletes se desarrollen, echaran a
andar, formando un torrente que abrirá una vida nueva... " ¡¡¡¡POR LA
MEMORIA Y RECUERDO DE NUESTROS HEROES,
HAGAMOS DEL RODRIGUISMO UNA ALTERNATIVA
DE LUCHA POPULAR!!!! (*) NOTA.- Este documento empieza
a circular en la red en enero de 1998. Para su difusión. Se reproduce en Mayo del 2003. Documento
difundido por el Grupo de Trabajo y Propaganda “Amanecer
Comunista Será”. |
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