En el verano de 2004, se estrenó la película "Mar Adentro", dirigida por Alejandro Amenábar, que recreaba la enfermedad de Ramón Sampedro, tetrapléjico gallego que solicitó repetidas veces la eutanasia. En torno a esta película se articuló un impresionante ataque mediático apoyado por el gobierno y todos los progres oficiales reclamando la legalización de la ayuda al suicidio. Buscando por internet, el lector podrá averiguar que Sampedro sufría una lesión que no era ni algo degenerativo ni terminal, y que podría haber llevado una vida relativamente normal, incluso podía haber conducido un coche. Él prefirió quedarse postrado en una cama y reclamando la eutanasia. No es mi intención juzgarle, pues entiendo que su situación era difícil y grande su sufrimiento. Lo que pretendí con esta carta era responder a la campaña mediática basada en sensiblerías y muchas falsedades que pretendían presentar como algo bueno lo que no es mas que un ataque frontal a la dignidad humana.


Sr. Director:

Con ocasión del festival de cine de Venecia, he podido leer unas declaraciones de Alejandro Amenábar en relación a la polémica sobre la eutanasia surgida a raíz de su película "Mar adentro" en las que decía que el tema es "muy delicado". Decía el señor Amenábar que "queríamos ser responsables y no herir la sensibilidad de nadie, pero sí posicionarnos y tomar partido, que en este caso es defender la libertad de elegir".

Es muy dueño el señor Amenábar de tener la opinión que prefiera sobre cualquier tema, incluida la eutanasia, como son muy dueños todos los miembros del gobierno y la práctica totalidad de medios de comunicación españoles, con contadas y honrosas excepciones, de decir "Amén" como único comentario a lo que haga este director. Pero no se puede, o al menos no se debería, aludir a la intención de "no herir sensibilidades" y a la vez tomar un beligerante partido por una posición, deformando además la alternativa a esa opción, como hace el director en su obra.

El alegato en defensa del suicidio asistido de Amenábar consigue su propósito final: Todos nos hemos puesto a discutir sobre la eutanasia, y los defensores de ésta, encantados porque de esa manera no se debate ni se avanza por el camino de los cuidados paliativos y la verdadera atención a los enfermos que lo necesiten para vivir el tiempo que les quede con los medios que necesiten. Y resulta que la gran, la inmensa mayoría de gente que está en situaciones parecidas a la del señor Sampedro lo que quiere es vivir y disfrutar de la vida. Pero ¡ah! es mas caro cuidar un enfermo terminal o a un tetraplégico que administrarle una dosis de veneno. Y es que al final, la pela es la pela.


Agradezco todo tipo de comentarios, no tienes mas que escribirme:

 

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