31 de octubre de 2005

 

Sr. Director:


Existen en España tres tipos de colegio a los que llevar a nuestros hijos.

Los privados, que tienen, en función de la entidad propietaria, un determinado modelo educativo (siempre dentro de las disposiciones legales, lógicamente), y que aquellos padres que deseen ese modelo para sus hijos pueden escoger siempre y cuando su economía familiar pueda permitírselo. Los públicos, cuyo modelo se fija en función de las disposiciones del ministerio o consejería del momento, y se ofrece a todos aquellos ciudadanos que lo deseen, garantizando así el derecho a la educación que ampara la ley. Y los concertados, que son centros creados y dirigidos por entidades u organizaciones de diverso tipo y sostenidos con fondos públicos pero con un coste al Estado inferior al de los centros públicos.

Dentro de estos últimos, los más importantes son los colegios religiosos, creados y mantenidos por instituciones u órdenes religiosas, que a su oferta educativa conforme a la ley vigente, añaden un ideario y un modelo educativo y moral concreto.

Algunos padres defendemos que tenemos derecho a elegir el modelo educativo para nuestros hijos, y que cada familia debería poder optar en igualdad de condiciones según sus preferencias. En mi caso, he elegido un centro católico concertado para la educación de mis hijas, y creo sinceramente que aquel que elija un centro laico, ateo, judío o evangélico debería tener derecho a ello.

Sin embargo, una corriente autodenominada progresista insiste en oponerse a ese derecho, exigiendo que el modelo educativo para mis hijas deben elegirlo ellos, y no mi familia. Para ellos, no existe derecho de los padres a elegir, a no ser, claro está, que la renta familiar permita elegir otra opción. Desgraciadamente, los ministros y consejeros sí pueden hacer frente a esta opción, y de hecho es habitual ver a sus hijos en centros privados. Pero para el común de los trabajadores españoles, esta es una opción difícilmente asequible.

En este sentido pretende avanzar la Ley Orgánica de Educación (LOE) que en los próximos días llegará al Congreso de los Diputados, que de aprobarse supondría una muy seria amenaza a la libertad de los padres a elegir modelo educativo para sus hijos y que comprometería muy seriamente a la enseñanza concertada y de iniciativa social en España.

Lo más triste es que este ataque frontal a nuestros derechos quiera, encima, ser disfrazado por el progresismo al uso de "defensa de la escuela libre".

Por eso espero que esta ley que atenta contra nuestra libertad pueda ser parada. Por eso animo a cuantos quieran defender la libertad de enseñanza a la manifestación que contra esta injusta ley se ha convocado en Madrid el próximo 12 de noviembre.

Atentamente,

Gonzalo García Yangüela.

 

Agradezco todo tipo de comentarios, no tienes mas que escribirme:

 

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