31 de
julio de 2006
Sr.
Director:
Hace
unos días se informaba en todos los medios de
comunicación, y con especial énfasis en los
locales y regionales, de que en el Hospital Virgen del Rocío
de Sevilla había nacido una niña "libre de taras
genéticas" gracias a las nuevas técnicas
médicas de las que Andalucía se presenta como
abanderada. Pude leer en algunos medios que estas técnicas
habían curado a la niña y permitido su feliz y
sano alumbramiento.
Sería oportuno aclarar la noticia y justo reclamar al menos
un mínimo rigor a los medios, e informar de que a esta
niña -de cuyo sano nacimiento todos nos alegramos- no ha
sido curada de nada por ningún médico. Esa
avanzada técnica de la que algunos presumen consiste en
observar un determinado número de embriones -es decir, de
seres humanos en su primera etapa de vida- para escoger aquel que
cumpla determinadas características -en este caso carecer de
una tara genética, en otros en función de su sexo
u otra condición- y desechar el resto. Al sano no se le
practica ninguna cura, ningún tratamiento. Simplemente se le
escoge por ser mejor que sus hermanos, a los que se sentencia a muerte
por no ser "apropiados".
O dicho de otra manera, una simple y clara eugenesia: La
destrucción del imperfecto para quedarnos con el mejor. Lo
que cuando se trata de seres humanos me resulta escalofriante.
Una niña sana ha nacido. Bienvenida sea. Unos supuestos
médicos y científicos con sueldos a cargo de
nuestros impuestos han sido los encargados de elegirla a ella y
exterminar a sus hermanos. ¿En nombre de qué
progreso? No en mi nombre.
Atentamente,
Gonzalo
García Yangüela.
Agradezco
todo tipo de comentarios, no tienes mas que escribirme:
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