28 de octubre de 2004

Al ser designado el portugués Durao Barroso como presidente de la Comisión Europea, hizo lo que todos sus antecesores hicieron: Nombrar una serie de comisarios que conformen con él esa especie de "Gobierno Comunitario", más representativo que efectivo. Uno de esos comisarios era el político italiano Rocco Buttiglione. Inaceptable para algunos por ser católico, los progres en nómina se lanzaron a su degüello, alentados y jaleados por los medios de desinformación.

 

Sr. Director:

Se consumó. El designado presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, se ha visto obligado a retrasar la presentación de su equipo de comisarios por la oposición de buena parte del Parlamento Europeo. La causa: la inclusión en dicho equipo de Rocco Buttiglione. El problema con el candidato, en palabras de José Borrel, es que Buttiglione es "demasiado católico".

El asunto se ha visto rodeado de una manipulación mediática brutal, presentando declaraciones de Buttiglione absolutamente falseadas y sacadas de contexto. El mensaje que envía el parlamento es claro. El que tenga principios que se desvíen lo mas mínimo del pensamiento único impuesto por los progres de salón, no es digno de ocupar responsabilidades políticas en la UE. Al final, una cosa me queda meridianamente clara: La negación absoluta por parte del Parlamento Europeo de la libertad de pensamiento. El que manifiesta sus creencias y convicciones debe ser eliminado.

Esta es la Europa sobre la que nos preguntarán en referéndum dentro de unos meses. Una Europa que se niega a que un representante suyo sea católico y tenga principios. Un gesto esclarecedor que debe ayudar a algunos a elegir papeleta en el referéndum de febrero. Yo ya tenía decidido el "NO". Espero que esto anime a otros.

Atentamente,

Gonzalo García Yangüela.

 

Agradezco todo tipo de comentarios, no tienes mas que escribirme:

 

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