GONZALO VIDAL

“Oh! libertad que perfumas las montañas de mi tierra,
deja que aspiren mis hijos tus olorosas esencias.”

Nació en Popayán, Cauca, el 23 de noviembre de 1863.

Desde la edad de 11 años radicado con su familia en Medellín, donde adelantó sus estudios musicales con su padre, el importante músico caucano Pedro José Vidal, además de los profesores Daniel Salazar y Maria Luisa Uribe. Su madre fue Dolores Pacheco.

Medellín y Antioquia siempre lo acogieron como a uno de sus predilectos hijos adoptivos, entre otras cosas por el importante mérito de ser el compositor del Himno Antioqueño.

La letra del Himno pertenece al gran poeta de la raza Epifanio Mejía.

Gonzalo Vidal fue maestro de muchos de los grandes músicos de la época, dentro de los cuales vale la pena destacar al más grande compositor antioqueño de todos los tiempos, el maestro Carlos Vieco Ortiz.

Dentro de su obra musical se destacan dos misas de réquiem compuestas con motivo del aniversario de la muerte de su madre en 1895, una, y del fallecimiento de su hija María en 1912, la otra.

Su profesión alterna de la música fue la de litógrafo y a él se debe la primera publicación escrita sobre música colombiana, la “Revista musical”, una bien editada publicación de 40 páginas en la que divulgaba la obra de los compositores y autores de la época, incluyendo las partituras de los respectivos temas.

Aún cuando el maestro Vidal fue principalmente un compositor de música de la llamada “culta”, tiene a su haber muchos pasillos, ritmo que él consideraba “la más genuina expresión musical colombiana”. Dentro de éstos podemos mencionar a “Toros y Cañas”, “Luna de miel”, “A solas”, “Rayo de luna”, “Siempre viva”, “Blumen”, “Disloque”, etc... Es curioso, y no hemos logrado obtener información que nos explique los motivos, pero nunca compuso un bambuco.

A partir 1889 reemplazó a su padre como Maestro de Capilla en la Catedral Metropolitana de Medellín.

El Maestro Vidal murió en Bogotá en 1946 recibiendo el homenaje póstumo de la Asamblea Departamental de Antioquia consistente en una Ordenanza que disponía la publicación de la vida y obra del compositor del Himno Departamental. Lamentablemente, como suele suceder frecuentemente en nuestro país, la Ordenanza nunca se materializo “por falta de presupuesto”. Sigue pues Antioquia en deuda con el compositor de su hermoso himno.


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