ALEJANDRO WILLS

"Qué hay de Cuchipe, qué hay de Cuchipe, qué hay de dolores..."

Nacido en Bogotá el 24 de junio de 1884 es una de las grandes glorias de nuestra música.

Discípulo de Pedro Morales Pino, fue integrante de diversos grupos en Bogotá, tales como la “Lira Colombiana”, la “Lyra Arpa Nacional” de Jerónimo Velasco, dueto con Arturo Patiño, el cuarteto “Los Llaneros” con el que interpretaba la música del llano colombiano, de la que era fervoroso cultor, de la “Estudiantina Murillo” en la cual actuaba como cantante y guitarrista, y otros más.

Pero fue realmente a partir de 1915, con la conformación del dueto “Wills y Escobar”, con uno de los grandes tiplistas de la época, Alberto Escobar, cuando vinieron los mejores triunfos de Alejandro Wills a nivel nacional e internacional en más de veinte países.

Como compositor es bien amplia y exitosa la producción de Alejandro Wills. Podemos citar sus joropos “Galerón Llanero”, “El voluntario” y “Amo los llanos ardientes”, los bambucos “El Boga”, “Ojeras”, “Beso robado”, “Hasta mañana”, “Copetón”, “Pobre amor”, “En la Romería”, “Corazón que estás dormido”, “Porque le temo a tu tío”, “Quereme chinita” y “El carbonero”, además de muchas obras en ritmo de danza, vals, torbellino, etc…, como “Tiplecito de mi vida”, “Ojeras”, “Arrayanes”, “Ruiseñor”, “La india se largó con otro”, “El cuchipe”, “El guatecano”, etc…

Por su exquisita voz, su gran inspiración como autor, y su virtuosismo como ejecutante de la guitarra es que el Maestro Alejandro Wills es reconocido como una de los grandes glorias de nuestra música colombiana.

Cuenta Jorge Añez que cuando Wills estaba ya enfermo de muerte lo visitaron en su casa algunos amigos entre los cuales se encontraba la cantante Berenice Chaves, quien le cantó su bambuco “Hasta mañana”, cuya letra pertenece a Víctor Martínez Rivas. Emocionado por la belleza de la interpretación Wills le dijo a Berenice: “Cántamelo cuando me muera o te jalo las patas”. El día del entierro del maestro, en Girardot, el 10 de febrero de 1943, su viuda Cochita de Wills le recordó a Berenice la petición de su difunto esposo diciéndole que “los muertos también cobran sus deudas”. Ahogada en llanto, atorada su garganta por el dolor y el sentimiento, Berenice fue incapaz de pagar su deuda.

Los restos de Alejandro Wills reposan en un mausoleo en el Cementerio Central de Bogotá junto con los de su compañero de muchos años e inseparable amigo Alberto Escobar.


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