El Observatorio de Barlovento

Volumen 1, Número 2

Julio 2000

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Jackson Pollock.-

por Arambilet/OB.

Estrella Fugaz, 1947
Óleo sobre barniz industrial sobre tela, 99 x 61 cms
Propiedad del Instituto Di Tella, 1973

El atormentado

Jackson Pollock es un buen ejemplo de lo que puede conseguir la persistencia y la búsqueda intransigente de una identidad como artista. Ante una obra del maestro, se respira la restitución de un relato heroico: Pollock como el primer americano capaz de llegar a las cima más alta del arte moderno.

Pollock, de quien en principio se decía que no estaba especialmente dotado para la práctica del arte.

La pintura de Pollock es conocida por sus grandes cuadros en los que dejaba gotear la pintura directamente de la lata o desde un pincel sobre la tela. La técnica consistía en gotear y salpicar la pintura sobre una tela sin tensar colocada en el suelo, por medio de palos y cucharas, en lugar de los tradicionales pinceles. Esta modalidad, vinculada a la teoría del automatismo surrealista, implicaba una nueva relación entre el artista y sus obras: la tela era pintada con el cuerpo entero --no sólo con la mano-, y el artista no la tenía ante sí, por lo cual podía "sumergirse" dentro del lienzo. Estrella fugaz, pertenece al comienzo de este ciclo central de Pollock, que termina en 1953, tres años antes de morir, y en ella se advierte la aplicación gestual de la pintura y la nueva noción de espacio pictórico generado por la enérgica acción del artista.

Esta técnica aparentemente sencilla le permitió jugar con una amplia variedad de formas y composiciones. Lejos de ser similares entre sí, las telas de esta época (1947-50) permiten observar una extraordinaria variedad de arreglos espaciales, superficies y colores. Kirk Vernedoe, afamado curador y crítico, afirma que para describirlos se necesitarían tantas variaciones de la palabra "línea" como las que tienen los esquimales de la palabra "nieve".

Paul Jackson Pollock (1912-1956) nació en Wyoming e inicia su formación de pintor en Los Angeles, en 1928 y ya afincado en Nueva York, en 1930, sigue los cursos de Thomas Hart Benton en la Liga de Estudiantes de Arte. Es entonces cuando se entusiasma por el muralismo mexicano, al conocer una obra que realizan Clemente Orozco y Benton en Nueva York.

Entre 1935 y 1941, trabaja en el Proyecto Federal de Arte, programa de subsidios creado por el Gobierno Roosevelt. Ya en el 1943, Pollock hace su primera muestra en la galería neoyorquina Art of this Century, de la filántropa Peggy Guggenheim.

La presencia de los surrealistas exiliados (Ernst, Tanguy, Masson, Matta) en Nueva York durante la guerra; la labor del alemán Hans Hofmann y el armenio Arshile Gorsky, y los esfuerzos teóricos y organizativos de Robert Motherwell, desatan el movimiento de la AbstracciónExpresionista (o Pintura en Acción), del que Pollock será emblema, tanto en los Estados Unidos como en Europa. Trabajó brevemente con el gran muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, quien probablemente influenció en la dimensión de sus monumentales cuadros.

En 1945 y 1946 completa dos nuevas series: Una figurativa, "Accabonac Creek" y otra abstracta, "Sounds in the Grass".

El revolucionario estilo del goteo de pintura causó una verdadera sensación en Estados Unidos, hasta el punto que Pollock fue portada de la revista Time, que lo bautizó como Jack the Dripper. Su fama creció todavía más gracias a un reportaje de la revista Life de los años 50, en la que el fotógrafo Hans Namuth documentó durante seis meses la forma de trabajar de Pollock en su estudio de The Springs (East Hampton, NY). Las fotos, muestran a un Pollock irreverente en blue jeans, y fueron un elemento importante de la imagen y popularidad del pintor.

"La imagen mítica de Jackson Pollock como un pintor problemático, rebelde y bebedor ha oscurecido algunas veces su propia obra", afirma el especialista Varnedoe. La muerte del pintor contribuyó todavía más a acrecentar su mito. Separado de su mujer, la pintora Lee Krasner, Pollock falleció en 1956 en un accidente de tráfico mientras conducía ebrio, al igual que una de las dos mujeres que iban con él en el automóvil.

La figura de Pollock combina una gran fuerza artística y una celebridad inusual para un pintor de esa época, que anticipa la que luego alcanzarían artistas como Andy Warhol y Franz Kline. Sus pinturas muestran una violenta intensidad, y una experimentación constante y simultánea con estilos y técnicas diferentes. Pero las intrincadas redes de múltiples colores y formas que Pollock tejió dejando gotear lentamente la pintura sobre los lienzos, entrelazando líneas y puntualizando la composición con manchas de color, son imágenes complejas y excepcionales, una muestra de su genio.

Identidad

El punto de partida es el problema de la identidad. No en vano la primera pieza en la última exposición retrospectiva del MOMA en febrero del 1999, es un pequeño autorretrato que nos muestra una errática mirada persiguiendo un sí mismo en el espejo: «¿Quién soy yo?». Una pregunta que busca la respuesta del artista y que se desplaza a través de la confrontación con la naturaleza en sus paisajes iniciales, hasta planteamientos simbolistas próximos a los de los muralistas mexicanos, estimulados, sin duda, por el contacto de Pollock con Siqueiros en los años 30.

Pero en la transición de esa década terrible, en la que germinan todas las guerras, Pollock se acoje al influjo del surrealismo y particularmente a Picasso. La búsqueda de un automatismo primordial coincide con el eco conmovedor del Guernica y en los dibujos que lleva a discutir, cuando visita a su sicoanalista. Jackson Pollock: El torturado, alcohólico, mujeriego, individualista.

Finalizando la primera mitad la década de los 40, el apoyo de Peggy Guggenheim, y el matrimonio con la pintora Lee Krasner coinciden con la maduración de Pollock como artista. Profundizando en una expresividad no figurativa, llegará hasta el límite último de la pintura, una especie de grado cero: gotear [dripping] y verter o chorrear [pouring] directamente desde la lata, la brocha o el bastón, sobre el lienzo dispuesto en el suelo.

La broma fácil: «Cualquiera es capaz de hacerlo, empezando por un niño», habitual en aquellos años, ignora la tremenda entrega personal; el despojamiento requerido para dar libre curso a esa forma extrema de la expresividad individual. Por fin, en pintura, llevar al límite el sueño romántico de la creatividad sin límite alguno.

El museo neoyorquino (MOMA) mostró en febrero del 1999 la más importante retrospectiva del artista, llamado el padre del expresionismo abstracto norteamericano, lo que no sucedía desde 1967, dada la dificultad, entre otras cosas, de transportar sus lienzos de tan enormes dimensiones, así como frágiles.

La muestra recogió 105 lienzos, 49 obras en papel y 3 esculturas de un artista que encontró prematuramente la muerte a los 44 años y que lleva el estigma de "rebelde, problemático y alcohólico".

En las tres grandes obras maestras realizadas en el verano de 1950, uno llega a percibir la retícula infinita, el complejo universo de articulaciones luminosas y corporales que constituyen el sustrato de la pintura. Líneas, manchas, pastosidad, sedimentaciones espaciales, un intenso ritmo interior, luz. Pintura, pintura, pintura, hasta el límite extremo.

Figuración

Desde su obra anterior, deriva a una serie nueva, aunque cercana, en 1951: Las pinturas negras. Negro sobre lienzo, con algún retorno figurativo. El divorcio perturbador a los «no objetivistas», y a «los niños que piensan que es simple salpicar un Pollock», como escribía en una carta el propio artista.

Después de ese momento de plenitud, algunas obras notables no evitan la sensación de decadencia, unida al descenso en la producción, al aproximarse a los últimos años de su corta vida. Después del tenebrismo total, un año sin pintar ni una sola obra, muere en la carretera bajo el influjo del alcohol.

Jackson Pollock está considerado uno de los artistas más influyentes del siglo XX pero, sobre todo, como el primer artista norteamericano que fue capaz de competir en originalidad y fuerza con los grandes monstruos europeos como Picasso o Braque. Pollock, es quien permite que el arte norteamericano alcance su mayoría de edad; es, hasta cierto punto, el primer pintor moderno norteamericano. El propio Willem de Kooning, creador del expresionismo abstracto, manifestó que "Jackson rompió el hielo".

El final trágico: Un aparatoso accidente de automóvil, ebrio de soberana farra, acompañado de dos mujeres, cerrará el bucle de la leyenda heroica. El estigma de fatalidad que acompaña con frecuencia a los grandes artistas.


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