Diego Trujillo Ramos.

 

 
 
Esta página está hecha con todo mi amor para la personita que, durante su breve estancia en este mundo,
  me enseñó un nuevo significado de las palabras:
AMOR, FELICIDAD, SUFRIMIENTO , DOLOR Y SOBREVIVENCIA...
Hijito:  Gracias por tocar mi vida y cambiarla para siempre...
 Tu mamá:
Isabel Ramos de Trujillo.
 P.D.  Yo quería adornar tu recámara con muchos ositos... finalmente podré adornar TU ESPACIO con ellos.
 

 

 

Así era mi niño:

 
Su primera y única foto, en un ultrasonido a las 24.5 semanas de gestación.
 
 
Su historia.    
 Poema escrito a los 9 meses de su partida.   
  Dos años después.   
Tres años sin tí.
 Reflexión.
El legado de mi niño.
Mi sueño como mamá.
 
 

 
  

 La historia de Diego.

Aún es dificil hablar de él... Debo empezar en Octubre de 1994. Mi esposo y yo decidimos tratar de tener un bebé. Pasó un año y nada ocurrió. Fuimos al Ginecólogo, y ella me ordenó algunos estudios y un ultrasonido para verificar que todo estuviera bien. Al tener los resultados nos dimos cuenta que yo no estaba ovulando, así que empezé a tomar clomifeno. Pasó el primer més con mucho dolor a la mitad de mi ciclo. No hubo bebé. Pasó el segundo, igual, y el tercero. Tuve un pequeño sangrado en el día 24 de mi tercer ciclo, y me sentí muy enojada, y desesperada, porque pensé que la medicina no hacía ningún efecto. Pasó la fecha en que esperaba mi período y nada pasó. Entonces estaba enojada porque aún tomando drogas de fertilidad mi regla no llegaba a tiempo. Accidentalmente una semana después me hice una prueba de embarazo. Mi esposo y yo pasabamos momentos difíciles, pero cuando el resultado de la prueba fué positivo, nuestra felicidad fué completa. Llamamos a la familia completa, queríamos que todos supieran lo felices que éramos, pues finalmente ibamos a ser padres!!! Ese mismo día hicimos una cita URGENTE con mi ginecóloga, pues estabamos muy emocionados y queríamos que nos dijera si todo estaba bien. Ese fué el día más feliz de mi vida. Efectivamente todo iba bien, y debido a que estuve tomando drogas de fertilidad, comencé a tomar pastillas de progesterona, para ayudar a mi cuerpo a manejar el embarazo. Una semana después, mientras visitaba a mi abuela, comencé a sentir cólicos, y a tener un poco de sangrado. Inmediatamente llamé a mi doctora, quien me recetó reposo absoluto por 15 días. Fué tiempo dificil, pero me sentía tan felíz y con tanta ilusión con my nuevo bebé que el tiempo pasó rápidamente. A las siete semanas comencé a sentir ese dolor otra vez, pero esta vez era realmente fuerte. Llamé a mi médico, quien me citó en el hospital para hacer un ultrasonido del niño, pues debido nuevamente a las drogas de fertilidad, ella temía por su bienestar. Afortunadamente todo estaba bien, y hoy recuerdo ese día como el segundo más feliz de mi vida, porque tuve la oportunidad de ver un perfecto bebé de 7 semanas moviéndose en mi vientre, y escuché los latidos de su pequeño corazón como música divina. Yo estaba realmente asustada ese día, pero cuando todo confirmó el bienestar de mi hijo, mi felicidad fué completa.

Tuve un embarazo maravilloso, nunca tuve ningún tipo de malestar, sólo un poco de molestia en el busto. Lo único dificil era ese cólico que no cesaba. Pasé un mes más en cama. Al tercer més, comencé a sentir algo extraño dentro de mi. Pregunté a mi doctora, y ella me dijo que era mi bebé. Poco a poco esta extraña sensación fué cambiando y finalmente sus movimientos fueron claros. Realmente tenía un bebé activo!!! No me permitía dormir, o descansar sobre mi costado, y si yo hacía algún movimiento que no le gustaba, me pateaba tan fuerte que yo debía cambiar mi posición, o hacer lo que el quería. Disfruté ese tiempo como ningún otro en mi vida. Ahora estaba completa, íba a tener una familia, con mi amado esposo y mi perfecto y amado hijo. Un día, a las 23 semanas de embarazo, comencé a sentir un dolor diferente en mi vientre. Yo no sabía que era, porque era distinto a los anteriores. Una noche comencé a tener contracciones. Yo no sabía que ese dolor eran contracciones, pero cuando llamé a mi médico, ella lo supuso. Comencé a tomar medicamento para inhibir las contracciones, y todo estuvo bien de nuevo. Debería permanecer en cama una semana más, solo como precaución, y comencé a sentirme realmente bien. Por ese tiempo yo estaba tan hambrienta que solía comer todo el día, y parte de la noche.

En mi semana 24, hicimos una cita para un ultrasonido, para conocer el sexo de nuestro bebé, y para confirmar que todo estuviera bien. Fué una aventura para mi y la doctora que lo realizó. Mi bebé no estaba de humor para esas cosas, así que comenzó a patear de tal forma que era realmente dificil checarlo. Con mucha paciencia de parte de la doctora, y conmigo sonriendo, encontramos que era un PERFECTO BEBE VARON DE 24.5 SEMANAS. Este fué el tercer día más feliz de mi vida. Sorpresivamente él permitió al médico tomar una fotografía (con el ultrasonido), de su bello perfil, y mi felicidad fué completa con la primera foto de mi pequeño Diego. Dejamos el consultorio del ultrasonido sonriendo como un par de tontos, y mostramos el video del ultrasonido a toda la familia. El mismo día fuimos a la consulta con la ginecóloga y encontró los resultados del ultrasonido perfectos, y mi revisión de las 24.5 semanas fué casi perfecta. Tenía muchas contracciones de Braxton Hicks, y solo como precaución debería permanecer en cama 15 días más.

El 2 de octubre, mientras veía la TV, comencé a sentir ese extraño dolor otra vez. A las 2:30 de la tarde, sentí patear a mi bebé. En ese momento no sabía que esa era la última vez que iba a sentirlo. Mi esposo llegó de trabajar casi a media noche. Yo estaba un poco intranquila. Había algo raro, pues yo no sentía el movimiento del niño desde las 2:30. Era muy extraño, pues mi hijo era demasiado activo. Finalmente me quedé dormida a las 2 de la mañana. A las 5:30 desperté desesperada. No sabía porqué, pero estaba histérica. Me quedé en cama una hora, movía mi vientre, hasta lo empujé, me recosté sobre él, y no había movimientos. Me levanté y fuí a otra habitación, a leer mi libro de embarazo, buscando algo acerca del movimiento del bebé. Leí que si no sientes los movimientos durante 24 horas debes llamar inmediatamente al médico. Aún no habían pasado 24 horas, pero yo sentía que algo andaba mal. A las 8 de la mañana desperté a mi esposo, y le conté lo que sentía. El me dijo que no pensaba que algo estuviera mal con el niño, que quizás estaba dormido. Le pedí que llamara al médico mientras yo tomaba un baño. Después yo la llamé otra vez. Yo no estaba bien. Después de insistirle mucho, me dijo que fuera al hospital. Ella estaría ahí para tranquilizarme. Entonces, en la sala de Emergencias, enfermeras y doctores buscaron los latidos del corazón de mi hijo. No los encontraron. Tuve un ultrasonido. Mi pequeño bebé murió a las 25 semanas. Me indujeron el parto. Tuve 36 horas de trabajo de parto, vía natural, y mi bebé nació muerto a las 7:15 de la noche del 4 de Octubre de 1996. Dejé el hospital al día siguiente. No quería permanecer allí. Mi familia fué a casa. Finalmente todos se fueron. Mi esposo y yo finalmente afrontamos la muerte de nuestro primer hijo.

Han sido días dificiles desde entonces. Mi cuñada tuvo un hijo que sería mayor que el mío 15 días. Llegó la navidad. La supuesta fecha de su nacimiento. Días dificiles. Día de las Madres. Pronto vendrá el Día del Padre...

Es una pesadilla en nuestra vida. Cada vez que entro a la habitación que sería para él, cada vez que veo las cosas que eran suyas, cada vez que veo a mi sobrino, cada vez que veo su fotografía del ultrasonido, cada vez que veo una mujer embarazada siento el mismo dolor que sentí cuando murió. El dolor no termina. El dolor solo cambia.

Mi pequeño hijo murió debido a una enfermedad traicionera y silenciosa: TOXOPLASMOSIS. Nunca sabré dónde la contraje. Lo único que sé es que mi bebé no estará aquí. Nunca lo conoceré. Pero siempre lo amaré.

Mi pequeño bebé: aún me haces falta.

Escrito por su mamá, Isabel Ramos de Trujillo,  en mayo de 1997.

 


 

 

Flores blancas para mi niño muerto.

Poema escrito a los 9 meses de tu partida...

 

Aún te extraño como el primer día,
creo que siempre me harás falta,
Y es que aunque la gente no lo vea,
parte de mi alma son cenizas.

Son ya 9 meses sin tu vida,
son ya 9 meses sin mi alma,
aún no encuentro mi ilusión y mi alegría,
hoy se que las perdí en aquel día.

Pequeño niño, se que también tu padre,
parece que no, pero es mentira,
yo se que también tu padre,
siente lo mismo desde aquel día.

Hoy después de 9 meses, esa cuna está vacía,
solo en Dios, en 9 meses, vuelva a casa la alegría.

Hoy yo quise regalarte algo lindo de la vida,
algo que al mirar me recordase tu bondad,
algo para agradecer lo que diste a la familia,
encontré unas flores blancas, reflejaron tu inocencia,
es por eso, que hoy mi niño, mamá trajo flores blancas,
solamente para tí, mi niño muerto.

Hoy doy gracias a la vida por habernos regalado,
aunque sea por poco tiempo la alegría en nuestros días,
y por dejarme saber que alla arriba,
hay un angel, o una estrella que nos cuida.

A mi hijo Diego, a 9 meses de su muerte.
Hijito, papá y mamá te extrañan mucho, y te amarán siempre.
Julio 2, 1997.


 

Para Diego, dos años después.

Hijito:  mi dolor ha cambiado...

aun te extraño, pero empiezo a ser feliz...

 

 

Octubre 2, 1998.

 

Querido hijo:

Apenas puedo creer que ha pasado tanto tiempo desde que dejaste mi vientre para ir al cielo.


Parece que ayer sentí tus movimientos y tus juegos.

 El dolor sigue aquí, pero ha cambiado.

 Hoy, la mayoría de las veces que pienso en tí, soy capaz de sonreir, aunque cuando pienso que podrías estar jugando con tu hermano Jorge, enseñandole a reir, siento una tristeza profunda, tan profunda como aquella cuando descubrí que te habías ido.


Cada día es una lucha para recordar solo lo bueno que nos regalaste, como uniste a la familia, como nos ayudaste a crecer como pareja, y como nos enseñaste lo que significa ser padres.

Hoy deseo decirte que aún te extraño, pero he comenzado a aceptar que tu misión concluyó hace tiempo, y espero tus lecciones nos duren por siempre.

Papá y yo seguimos juntos, y entendimos tu mensaje. Hoy disfrutamos más de la vida, y las cosas importantes.

 Sé que puedes ver a tu hermano, tan sano y hermoso, y también sé que cuidas de él desde el cielo, pues aunque su embarazo y nacimiento fueron difíciles, siempre salió bien librado.

Hé tratado de recordarte con alegría, pero algunas veces no lo logro. Y no estoy triste por tí, pues estoy segura estás junto a Dios, sino por nosotros, porque siempre nos harás falta.

Podría seguir diciéndo todo lo que significas para mí, y lo mucho que te extraño, pero creo que eso ya lo sabes, por eso, solo te doy las gracias por habernos permitido, aunque sea por poco tiempo, ser tus padres y tu familia.

Te quiere,

Mamá.

 


 

Tres años sin ti... pero sobrevivo...

 

Domingo 3 de Octubre, 1999.

 

 

Reflexión...  Han pasado ya cuatro años.

 

 

Octubre 3, 2000.

Hoy quiero compartir que casi sin sentirlo han pasado ya 4 años de la partida de mi hijo... parece que fuese ayer... aún lo extraño, no he podido evitar pensar lo que pasó cada hora de esos días tan dificiles...


Lo he recordado con lágrimas, pero menos que otras veces... no es que no me duela ya, lo extraño demasiado, pero ahora es distinto, pienso en él y sonrio recordando el maravilloso tiempo que compartimos... me duele que no esté conmigo, me duele no tener tres hijos en mis brazos, me duele no haber podido conocerle, me duele no haber podido abrazarle, me duele que la gente no haya tenido oportunidad de amarlo como yo...

Pero agradezco el tiempo que tuvimos juntos, agradezco la manera en que me hizo crecer como ser humano, agradezco que me haya enseñado por primera vez lo que es el amor de madre, agradezco que haya brindado su vida para permitirme ayudar a otras personas que sufren lo que yo.

Doy gracias a Dios por hoy poder escribir todo esto sin llorar...

Isabel.

Hijo: Hoy te extraño, Hoy te recuerdo, pero también puedo decirte que HOY SOY FELIZ DE NUEVO.
Fué muy dificil, pero espero que estés orgulloso de lo que he logrado.
Hasta que nos reunamos de nuevo, recibe todo mi amor.

Te quiere, mamá.

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El legado de mi niño:

 

Gracias a otras maravillosas mamás con niños en Brazos del Señor, hemos construido un sitio lleno de amor para ayudar a familias en la misma dificil situación.

Mi interés personal en Fundación Esperanza (Ayuda a Padres con Pérdidas Perinatales y Neonatales, A.C.), es que otras madres que han perdido un hijo durante el embarazo, encuentren de una manera más fácil y pronta que yo,  la ayuda necesaria para sobrevivir y atravesar esa pesadilla en sus vidas.

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Mi sueño como mamá:

 

Diego y los niños de Fundación Esperanza jugando en un lindo jardín, al abrigo del Señor, siempre felices, cuidando de sus familias, hasta el día en que volvamos a reunirnos.

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¡Gracias por los gráficos para decorar la página de mi bebé!