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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

 

Cine

Al punto y en coma

Como si fuera cierto presenta a Reesee Whiterspoon en una comedia ligera y entretenida con algunos clichés de rigor. Los romances fílmicos entre el más allá y el más acá siguen, pues, vigentes.

Just Like Heaven
Reese Whiterspoon, Mike Ruffalo, Ben Shenkman
Dirigida por Mark Waters
Universal, 20050

FEBRERO, 2006. Al ver a Reese Whiterspoon en pantalla nos preguntamos si ella ha hecho, en mucho menos tiempo, lo que Meg Ryan ha buscado durante buen rato, esto es, saltar de papeles serios a la comedia sin que la taquilla resienta el brinco. Así pues, esta rubia que vimos en Legally Blonde, más tarde como June Carter, la esposa de Johnny Cash, y después como una líder sindical en la Minnesota de los años 70, la tenemos de vuelta en el cine ligero con Just like Heaven, la cual muestra el lado amable y ligero de quienes "ven gente muerta", o en este caso, semimuerta.

Whiterspoon encarna a Elizabeth Masterson, una doctora que recibe la noticia de su ascenso como recompensa a sus interminables horas en el hospital, pero a los pocos minutos que su hermana le confirma una cita, sufre un accidente automovilístico. Al poco tiempo conocemos a David Abbot (Ruffalo), un tipo que enviudó recientemente y quien busca un departamento confortable en San Francisco. Cuando descube que Masterson también habita ahí comienza una historia, cierto, cliché de Hollywood: tras el odio inicial los dos comienzan a enamorarse aunque no se pueden tocar; es más la identificación espiritual la que los atrae.

Sin embargo Masterson no está muerta; se encuentra en coma, razón por la que solamente Abbot puede verla. Es un semifantasma que está en peligro de morir en definitiva si su hermana firma los papeles para desconectar los aparatos que la mantienen viva artificialmente. ¿Cederá su hermana a la presión del médico, quien ocupó el puesto que le correspondía a Masterson y, por tanto, le curge que ya desconecten a la chica?

Si vale mencionar un aspecto irónico de esta cinta, es que se rodó mientras en el mundo real existía un fuerte debate en torno a la conveniencia de mantener viva a Terri Schiavo quien, como se sabe, finalmente murió de inanición. De haberse estrenado en aquellos momentos, Just Like Heaven habría enfrentado, sin sitio a dudas, grandes controversias.

Pese al argumento sólido (no cae en el humor agridulce de Ghost, y no, Masterson tampoco es un fantasma como Bruce Willis) hay una recurrencia a los gags utilizados incontables veces, entre ellos el sacerdote que arroja agua bendita para ahuyentar los espíritus y el infaltable desmayo de alguien al recibir una noticia inesperada, cliché del cual nos reímos ya como mero acto pavloviano. Pero si la llegan a ver no pierdan de vista Brett Ruston (Schenkman) el encargado de la librería esotérica, un dude de aspecto y ademanes hilarantes.

El título de esta película es también de un hit que The Cure tuvo en 1987. Como en el cielo es también la manera en que nos sentimos al ver el desenvolvimiento actoril de Whiterspoon en pantalla, ya sea en roles ligeros, como éste, o en aquéllos que le tiran a don Oscarín. En suma: Just Like Heaven, o Como en el cielo, no desperdicia su celuloide en infiernillos.