LOS TURCOS EN ARMENIA

 

 

 

 

PRIMEROS TURCOS

 

Mientras en Cilicia florecía el nuevo reino armenio, el resto de la región cayo en manos de los turcos seljucidas, que establecieron su capital en territorio anatolio en Konya. Estas tribus se hicieron sedentarias y se comenzaron a mezclar con grupos de griegos y armenios que debido la presión, se habían convertido al Islam. Estos grupos fueron absorbidos por los turcos, que también llevaban en sus venas sangre de los arabes y persas con los que se mezclaron mientras se encontraban más al sur. De esta forma fueron desapareciendo en los invasores los rasgos mongoloides, para dar paso a la raza turca actual.

 

            De estos invasores, los Seljucidas fueron solo los primeros. En el siglo XIII llegaron más tribus turcas provenientes de Asia central, menos civilizadas incluso que los seljucidas. Estas tribus venían huyendo de los mongoles que en el año 1235 llegaron también a la región, causando terror indistintamente entre cristianos y musulmanes. Luego de que los invasores se hubiesen calmado, comenzaron a aparecer Khanatos turcos y mongoles en la zona. El más importante, derivado de los propios mongoles se estableció en Azerbaiján. Estos pueblos se convirtieron al Islam y absorbieron la cultura y sangre de los persas y arabes que poblaban la región antes de su llegada. Este reino comenzó a expandirse, llegando a incluir en su poder la zona oriental de Armenia. La zona occidental permaneció en manos de las distintas entidades derivadas del imperio seljucida. Este Khanato de Azerbaiján comenzó a fraccionarse generando a los sultanatos de Kara Koyunli y Ak Koyunli (oveja blanca y oveja negra).

 

OTOMANOS

 

            Mientras esto ocurría, los arabes (mamelucos) provenientes de Egipto, habían acabado con el reino de Cilicia. Muchos de los pobladores de este reino emigraron hacia Anatolia central huyendo de los arabes, y buscando refugio en los más desordenados sultanatos turcos. Una de estas tribus, conocida como los otomanos, había cruzado incluso el estrecho de los Dardanelos, estableciéndose en territorio europeo. Estas tribus absorbieron gran cantidad de griegos que se convirtieron al Islam, temiendo lo que iba a pasar. A mediados del siglo XV estos otomanos sometieron las regiones cercanas, tanto cristianas de Europa, como a los sultanatos turcos de Anatolia. El sello de estas conquistas fue puesto cuando el sultán Mohamed II tomo por asalto la ciudad de Constantinopla, acabando con el ultimo vestigio del imperio romano. A partir de ahí, esto turcos fueron indetenibles. Sometieron al resto de los sultanatos de la zona. Desaparecieron el último reino cristiano de Anatolia, el imperio de Trebizonda. Se expandieron por los Balcanes hasta el Danubio, sometiendo Bulgaria, Rumania, Yugoslavia y Grecia. Tomaron como esposas a mujeres cristianas, que muchas veces eran raptadas para ser incluidas en los harenes de turcos poderosos. Muchos cristianos se convirtieron espontáneamente al Islam, siendo absorbidos por los turcos. De esta forma se comenzó a formar el germen de lo que después serian los pobladores de la actual Turquía.

 

            La expansión otomana fue formidablemente rápida, se sometió en este periodo toda Armenia. En oriente se estableció una frontera con los Shah de Persia y hacia el sur desapareció el poder de los mamelucos. Los turcos llegaron a conquistar incluso Egipto. Un siglo después el imperio otomano era la nación mas grande de la época, aparte de las conquistas ya mencionadas, los turcos habían conquistado también Hungría y Ucrania, llegando incluso a las puertas de la misma ciudad de Viena.

 

            Con respecto a Armenia, los turcos habían cedido un poco a los persas, quienes habían conquistado los territorios mas orientales de Armenia, Yerevan y sus alrededores (la actual republica). Los armenios occidentales tuvieron en un principio buenas relaciones con los turcos. Comerciantes y colonias armenias se establecieron a lo largo del imperio. En Hungría, Rumania, Bulgaria, Grecia y Constantinopla se podían encontrar comerciantes armenios, que se había hecho muy ricos con el comercio con occidente. Misioneros católicos y protestantes trataron de ganar adeptos entre los armenios. Muchos de estos armenios cruzaron incluso las fronteras del imperio otomano, estableciéndose alrededor del siglo XVII y XVIII en lugares tan lejanos Prusia, actualmente parte de Polonia. Estos armenios fueron parte importante en la vida de Polonia y Prusia, donde fueron principalmente comerciantes. 

 

            Los misioneros católicos fueron un elemento importante para mantener el vínculo de los armenios con occidente. Escuelas, iglesias y diferentes misiones fueron fundadas por religiosos de todas nacionalidades, ingleses, franceses, rusos, alemanes y norteamericanos.

 

            Mientras esto ocurría en la Armenia occidental, la oriental se encontraba en manos de los persas. Estos iniciaron una serie de deportaciones de armenia hacia la ciudad de Ispahán. Una vez ahí los armenios se convirtieron en la clase dominante de la ciudad, siendo incluso un factor determinante en la vida política persa.

 

SITUACION DE LOS ARMENIOS

 

            En el imperio otomano los armenios también comenzaron a gozar de un muy buen nivel de vida, entrando en la vida política del imperio, pero siempre en amistad con los turcos. Arquitectos armenios construyeron prácticamente la mitad de los edificios de la ciudad de Constantinopla. Los armenios del imperio otomano tenían incluso un nivel de vida muy superior al del turco promedio, haciéndose muy numerosos en las grandes ciudades.

 

            Un viajero de la época que entraba en el imperio turco, desde Europa central encontraba armenios en todo su trayecto. Desde Filipolis (en la posterior Bulgaria), Adrianopolis, Tracia y Constantinopla. En estas regiones los armenios manejaban todas las empresas financieras, exportadoras y casas comerciales. Al cruzar el bósforo, en Anatolia occidental, observaría que la población armenia era numéricamente igual a la turca. Las costas del mar de Marmara estaban llenas de villas y monasterios armenios. Al cruzar los montes Taurus, en Cilicia, la población armenia se hacia mayoritaria en todos los sectores, ciudades, pueblos y villas campesinas. Luego encontrarían grandes urbanizaciones armenias en Urfa, Alepo y otras ciudades de la zona. Al ir mas al sur los armenios se hacian cada vez mas escasos a medida que se entraba en el mundo árabe. Si el hipotético viajero hubiera seguido hacia el este se habría dado cuenta que al avanzar hacia el este los armenios se hacian cada vez mas numerosos. Los armenios eran claramente mayoría en ciudades como Marsovan, Amasia, Zila, Sivas, Erzurum, Trebizonda, Diyarbakir, Kayseri, entre otras.

 

            Un nuevo elemento se incluyo en la Armenia tradicional en este periodo, estos son los kurdos musulmanes. Este grupo de nómadas fueron asentados en las regiones del sur de Armenia por órdenes de los turcos, esto con el motivo de disminuir el creciente poder de los armenios en la zona.

 

            Ya para comienzos del siglo XIX, el imperio turco se comenzó a derrumbar, principalmente debido a la influencia externa ejercida por los rusos, y por la presión interna que ejercía el creciente nacionalismo de los pueblos dentro del imperio otomano. En esta época Grecia nace de nuevo como estado independiente protegido por los británicos. Esto que despertó los deseos nacionalistas de Rumanos, búlgaros, servios y por supuesto armenios. En la parte mas oriental de Armenia los rusos habían conquistado los territorios de Yerevan y Garabagh a los Persas, y al igual que en los Balcanes, ejercían una fuerte influencia entre los armenios del imperio, quienes veían a los rusos como “hermanos”, con los que compartían la religión y buena parte de la cultura.

 

            En el siglo XIX surgiría una tendencia en toda Europa hacia el nacionalismo, que llevo a la unificación de Italia y Alemania. Este nacionalismo se expandió entre los pueblos cristianos de imperio otomano siempre impulsado por los rusos, quienes veían en la debilidad del imperio otomano un aspecto favorable para lograr la tan ansiada expansión hacia los mares calientes.