La música siempre ha tenido un papel muy importante dentro del desarrollo del los pueblos alrededor de todo el mundo, y al mismo tiempo ha servido como dato para poder apreciar este desarrollo.
En el México del Siglo XIX, un México que comenzaba su vida propia, y terminaba un ciclo en el que el arte estuvo muy afectado por la Europa reinante, que mantenía a la Colonia en la Nueva España como un nueva vitrina de expresión, pues el arte, la vida, la cultura, y las ideas generales estuvieron en una constante combinación que lograba mezclar una visión del México precolombino (y en cuanto a conquista, precortesiano), con una nueva ideología, directa de una Europa con un desarrollo en cierta forma más tecnologizado que el que se tenía en occidente; y en este caso la música no pasó fuera de dicho proceso, el cual no solo la influyó fuertemente, sino que la cambió completamente, y la fragmentó estratificandola en diferentes tipos de acuerdo a la clase social donde se manejaba en su mayor parte, esto creo una variante en la que la música entonces mayor apreciada fue la erudita, es decir la de la clase alta, la traída de Europa, a diferencia de la música que antes se oía en el pueblo, que apartir de ese momento pasó a niveles más bajos, la semi-erudita o popular, campesina o mestiza y la indígena.
Tenemos entonces una sociedad en donde el arte que se practicaba era juzgado por los canones de la Europa, y teniendo entonces una combinación como la que se formó no fue tan facil salir de estos estilos europeos, que aunque cambiaban entre sí, produjeron en México una época artistica musical con una producción falta no tanto de carácter propio mexicano, sino de una tendencia definida, lo que no se dio sino hasta fines de ese siglo alrededor de 1870, con lo que entonces si floreció un arte nuevo y fecundo desde principios del siguiente siglo (S. XX). |