Naciste del amor en primavera
llorando en los vestigios de la aurora
y fuiste la conciencia redentora
del sueño que pusimos en tu espera.
Tus ojos llenan hoy de fe sincera
el vivir de una madre que te adora
y el orgullo de un padre que atesora
el sentir de tu mente aventurera.
Te deseo que ese bien que hoy añoras
afirme la justicia en tu sendero,
que entiendas el sentido verdadero
de la vida que vives y valoras
y que nunca tus manos soñadoras
te obliguen a sentirte prisionero.
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