Capítulo 12



PITIWE

Existe en el territorio mapuche un pájaro, de los llamados "carpinteros", que guarda un profundo secreto. Secreto que celosamente comparte con los renü (sabios y sacerdotes mapuche): la planta que disuelve la piedra y el hierro

P’chiu; pitiu o pitiwe es el nombre de este ave mapuche.

Los criollos la conocen por pitihue; pito o pitio.

Los aymara la llaman yarakaka y los kechwa: akkakllu.

Los científicos la denominan Colaptes pitius y la clasifican dentro del orden de los Piciformes, familia Picidae.

 

El Pitiwe es un pájaro de tamaño similar al de una paloma (34 cm de longitud aprox.).

Su frente, corona y nuca son de color gris pizarra; y lados de su cara y garganta de color leonado. Su cuerpo muestra barras café negruzcas y café amarillento por encima, y blanco sucio con barras pardas por debajo. El lomo y abdomen son color amarillento. Su iris es amarillo y su cola negra.

Habita en montes, bosques y matorrales, en faldeos o campos escasamente arbolados, pero huye de las extensiones plantadas con árboles exóticos.

Come insectos que habitan en los árboles autóctonos y construye su nido en los huecos de los árboles. Examina los troncos, da varios picotazos poniendo el oído para sentir los movimientos de los insectos ocultos y si lo considera adecuado se arroja sobre su presa.

Es un ave trepadora que anida desde el valle del Huasco a Llanquihué por el Pacífico, y también la región andino patagónica argentina.

Su nombre mapuche, del que derivan los nombres criollos, proviene del pitido agudo que emite. Este pitido suena a los oídos mapuche claramente como:

¡Pitiwe! ¡Pitiwe!

o

¡Pitíu- pitíu!

En septiembre, cuando es la época de celo, varios machos cortejan a una misma hembra. No luchan, sino que abren la cola en abanico y se pasean contoneándose, erizando en corona las negras plumas de la nuca.
La hembra elige su preferido con un arrumaco, y los demás parten en busca de mejor suerte.

Antaño en Chile, los criollos contrataban niños espantapájaros, para que no dejaran posarse a estos pájaros en los sembrados, sobre todo cuando el trigo estaba nuevo, a pesar de que los mapuche aprecian gustosamente su carne.

Si se para en un árbol y canta durante tres o cuatro días seguidos, se considera anuncio de muerte para los enfermos de alguna casa vecina.

Cuando grita cerca de una casa, anuncia visita de una persona que llega por primera vez (Cautín-Chiloé).

Pitihue, se le dice en Chile a los niños pequeño y flacuchos; y Apitihuado es sentirse con el corazón oprimido, abatido.

Entre los williche de San Juan de la Costa - nos dice Viviana Lemui- cuando el Pitiwe viene volando desde muy lejos y viene a posarse en una casa: es señal de visita que viene de lejos.

También dice la gente que, cuando llega una visita de repente se asombran y le dicen:

"¿Por qué no mandaron su Pitiwe?"

Cuando el Pitiwe viene a llorar cerca de una casa es señal de que esa familia va a morir pronto, de igual manera, cuando el Pitiwe pasa llorando en la noche, frente a una casa, pronto va a morir un miembro de la familia.

En la medicina mapuche y en la popular criolla figura como remedio su lengua. Este órgano es eficaz para que las guaguas hablen temprano y claramente, y a tal fin se les dan las lenguitas asadas (Cautín).

También el caldo de Pitiwe es empleado como galactogogo (aumenta la secreción láctea de las madres).

Ya hemos presentado al protagonista de este misterio, veamos ahora su relación con un vegetal maravilloso.

En Talagante, se dice que si se le obstruye con una piedra la entrada de su nido, que ha construido en el interior del tronco de un árbol, buscará en el campo una hierba y con ella destruirá prontamente el obstáculo.

Diego de Rosales en su obra "Historia General del Reyno de Chile"; describiendo las plantas medicinales mapuche, habla de una hierba llamada Pito que es de las más raras encontradas en todo el mundo y tiene gran valor medicinal. Dice que esta planta, pequeña de tamaño y que crece pegada al suelo, recibe su nombre de un pajarito que los los mapuche llaman Pito porque come la planta.
Los españoles le dieron el nombre de Pájaro Carpintero. La planta pulverizada disuelve el hierro.

«Algunos presos han usado esta propiedad de la planta para huir de la prisión.

«Hay otros pájaros carpinteros, que llaman: Pito, del cuerpo de un tordo: son pintados de negro, blanco, y burilado y de ellos se derivó a la yerba el nombre de la yerba del Pitu, porque usan mas de ella, que los otros pájaros.

«Tienen el pico tan fuerte, que rompen, y barrenan cualquier árbol, así para sacar y comer los gusanos, que se crían en sus entrañas, como para edificar sus nidos, abriendo una concavidad, en que se alojan con toda su familia.

«Se han hecho célebres por la yerba, que con natural instinto hallaron, para que se quebrante, y desmenuce el hierro, en que se han hecho muchas experiencias, y adquirido su conocimiento con notable maña.

«Porque advirtiendo cuando sacan sus polluelos y salen a buscarles de comer, les cierran con una plancha de hierro la puerta del nido los que quieren hacer experiencia de la virtud de la yerba del Pito, y llegando el pájaro carpintero, y hallando cerrado el nido, y que sus polluelos pian dentro, y que no puede entrar, y al punto revuelve a buscar la yerba, que llaman: pitu, y refregando con ella la plancha, la rompen, y deshacen como si fuera de papel, que es de las raras virtudes, que se conocen de yerbas, y maravilloso el instinto de este pájaro.»

 

Oreste Plath en su clásico libro "El Lenguaje de los Pájaros Chilenos" anota lo siguiente:

«Botánicos analizan la planta kechuca, que produce un jugo que hace gelatina las piedras. Abunda allá en el Perú, Cuzco, por encima de los 4.500 metros.

«Un dibujo en un huaco, es decir, la repetición de una ramita graficada en los cántaros de arcilla, llevó al antropólogo a descubrir que la kechuca era la rama que portaba el pájaro jakkacllopito, el que anida en pequeñas oquedades de las rocas y le da forma a su nido con esta yerba, la que con el calor del cuerpo produciría una secreción que tiene fuerza excavadora.

«Y hay otra planta llamada el punco-punco, (¿Pinko-pinko [Ephedra andina]?.Nota de Aukanaw) a la que también se atribuye el poder de disolver piedras, que crece más arriba, a 5.000 metros. Se parece a la caña brava. Animales que la comen o la confunden con la caña brava se hinchan y sus huesos se ablandan hasta hacerse una masa amorfa.

«La antropología dirá si en los grandes templos del incanato, sus gigantes piedras fueron alisadas con estas pastas o jugos que permitieron los ensambles y ajustes; y los investigadores de la botánica y de la medicina informarán qué empleo reductor, fundidor, tendrá el futuro medicamento. »

 

Anotemos otras referencias interesantes:

Existen en Bolivia, en el museo de Cochabamba, "piedras amasadas". Es decir, rocas generalmente graníticas, en las que los inkas podían, por simple presión, imprimir la huella de sus manos o de sus pies, como si el granito hubiese sido tan blando como la manteca.

Tales improntas se encuentran en los roquedales de las montañas del Perú y también en Tahití donde, según la tradición, el dios Hiro, había puesto su pie.

En la tradición Mapuche el Mareupuantü y los werken sagrados (mensajeros) han dejado sus huellas impresas en la piedra en muchos lugares, por ejemplo en la "Piedra Santa" (paraje El Morado, dpto. Ñorkín, Neuken); en el valle del río Uco (Mendoza), etc., etc. (Véase para más datos el capítulo "El Divino Maestro Mapuche")

Otro fenómeno en correlación con el precedente es el de los enormes bloques de piedra que forman las murallas de las ciudades fortificadas de los inkas, principalmente Saksawaman, cerca de Cuzco.

Estos bloques están tan sabiamente tallados y ajustados entre sí, a veces con rebordes, que se ensamblan exactamente unos en otros, lo cual hace pensar que los constructores no tallaban la piedra, sino que la trataban químicamente para poderla amasar a continuación como arcilla.

En junio de 1967 se sabía que un sacerdote católico peruano, Jorge Lira, había descubierto el procedimiento de los inkas, que consistía en un zumo de una hierba capaz de convertir aquel duro material en substancia maleable a voluntad.

Lira había efectuado con éxito experimentos macerando piedrecitas en el líquido extraído de la maravillosa planta, planta de la que todavía no se conoce el nombre.

En París hace ya algunos años atrás residía un mitómano, o farsante, llamado Beltrán García que empleaba el seudónimo "Gregori B.", y decía ser descendiente de Garcilaso de la Vega y liderar la "religión del Sol Inca". Este sujeto pasa por ser poseedor del secreto de la planta, pero con tres variedades de vegetales.

Son muy interesantes las aplicaciones que los antiguos mapuche solían darle a esta plantita, y especialmente por sus fines medicinales. La capacidad de poder ablandar temporalmente la materia ósea, tiene posibilidades insospechadas en el tratamientos de fracturas, especialmente craneanas, muy habituales en los combates precolombinos.

Un misterio que se devela deja de ser misterio y en consecuencia pierde su encanto, ya hemos dicho demasiado...

Estos secretos son amigos de los espíritus simples y a la vez son esquivos para las complicadas mentes modernas.

Por eso amigo si quieres saber más sobre esta hierba, y si tus oídos están preparados para escuchar la voz de la Ñuke Mapu (Madre Tierra), no dudes en preguntarle a su guardián, el sabio pájaro Pitiwe, y él sabrá responderte con su acostumbrada claridad:

¡Pitiwe! ¡Pitiwe!

Aukanaw

 

Nota de los Recopiladores:
Sobre este tema existe un interesante y extenso trabajo de investigación
que apareció en la Revista Vivat Academia (Universidad de Alcalá, España), Sección Docencia e Investigación, Junio 2003. Nº 46 donde se cita profusamente al maestro Aukanaw.

Las piedras de Plastilina por Carlos Gamero Esparza Diario OJO. Lima (Perú)


a continuación: Capítulo 13Ornitomancia Mapuche

 

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Mallín de los Brujos - Los Riscos - Ruta 26 km.16
(8349) Loncopué - Neuquén - Patagonia Argentina
E-mail: maestroaukanaw@hotmail.com