STOP RACISMO, paremos la maniobra colonial. Anoche tuvo lugar una reunión de colectivos que aprobaron el Manifiesto de la convocatoria contra el racismo que estará mañana en la Plaza de la Feria en Las Palmas desde las 7:30 de la tarde.
Los convocantes atribuyen a la Delegación del Gobierno y a la Dirección General de la Policía la manipulación e intoxicación de la opinión pública, y señalan que el trasfondo es la pérdida de base social para el endurecimiento de la Ley de Extranjería tras el asesinato de Antonio Fonseca en la Comisaría de Arrecife. Así mismo, señalan que es muy llamativa la relación de las asociaciones vecinales convocantes de la manifestación contra la inmigración irregular con las Comisiones de Seguridad Ciudadana creadas por las Delegaciones del Gobierno. Por último, hacen un llamamiento para responder con argumentos a la manipulación de la Ley de Residencia y suscribir el Manifiesto como documento de debate para próximas movilizaciones. Uno de los lemas que se corearán mañana será: Se siente, se siente, Fonseca está presente.
Texto del Documento Aprobado por la Asamblea
> CONCENTRACIÓN CONTRA EL RACISMO PLAZA DE LA FERIA – 19 DE OCTUBRE – 19:30 HORAS
MANIFIESTO
PAREMOS EL RACISMO
EMIGRANTES AYER, SOLIDARIOS HOY
1. El pueblo canario surgió del mestizaje, pero ese proceso no fue impulsado por la tolerancia: aborígenes, negros y moriscos fueron esclavizados, perseguidos o maltratados, al mismo tiempo que los portugueses, asociados a los judeo-conversos, también coaccionados, eran objeto de sospecha. La Inquisición, los Cabildos y las Milicias fueron el instrumento de Castilla para aplicar una discriminación sistemática que, sin embargo, a menudo fue incumplida y no pudo impedir el mestizaje. El pueblo canario se hizo emigrante empujado por las consecuencias de esta discriminación original surgida de la intolerancia étnica y cultural de la Conquista y la Colonización. La economía colonial utilizó la emigración como “tributo de sangre” del comercio indiano, a la vez que el hambre provocaba periódicos flujos migratorios. Durante siglos, decenas de miles de isleños murieron sin alcanzar el destino de bienestar que ansiaban, ahogados, explotados o enfermos. El bienestar de los pocos que medraron en la catástrofe de la emigración no compensa tanto sacrificio de todo un pueblo. La emigración no es un privilegio, sino un trauma para las sociedades dependientes, coloniales o neocoloniales.
2. Sólo en los últimos treinta años, el pueblo canario ha hallado en el desarrollo la oportunidad de un bienestar que permita el retorno de nuestros emigrantes y sus descendientes. Sin embargo, los isleños que continúan privados de la posibilidad del bienestar en Canarias se cuentan por cientos de miles. Tenemos oportunidades que, sin embargo, no podemos realizar debido a que las condiciones del desarrollo han sido impuestas por factores y agentes externos en connivencia con minoritarias elites locales, y ambos obtienen beneficios de la dependencia política, económica y cultural de este pueblo. El rápido cambio social a caballo de la especialización turística de la economía canaria y la plena anexión a la Unión Europea han desencadenado una situación demográfica inédita en Canarias desde la Conquista. Más que ante un fenómeno de inmigración, nos encontramos ante un nuevo poblamiento europeo de algunas islas del
3.Así, el desarrollo de Canarias coincide con una creciente inmigración española y europea que incide directamente en el bienestar, ya que estos inmigrantes intervienen en la economía no sólo como prestadores o destinatarios de servicios, sino también como consumidores de territorio y medio ambiente. Su presencia en Canarias no es inocua social, cultural ni ecológicamente y han venido a las Islas haciendo uso de todos sus derechos. No llegan acuciados por la miseria, sino a hacer turismo, a desempeñar actividades de ocio, liberales, ejecutivas, funcionariales como directivos, son inmigrantes afortunados. Junto a ellos, miles de trabajadores inmigrantes intentan aprovechar los momentos de auge económico del turismo y la construcción ofreciendo su fuerza de trabajo a precios rebajados a unos empresarios que los utilizan para deteriorar derechos sociales y extender la precarización. La inmigración laboral agrava el ajuste neoliberal en Canarias, con la connivencia no sólo de la patronal, sino también de los sindicatos adscritos a centrales de ámbito europeo.
4. Esta inmigración, turística, residencial o temporal, supone el 90 del total y goza de todos los derechos de la libre circulación. El derecho de nacionalidad española se extiende al resto de ciudadanos de la Unión Europea. De esa ciudadanía común son excluidos los "otros" inmigrantes, africanos principalmente, mediante la Ley de Extranjería. La inmigración irregular africana representa menos de un 5 del total y, además, está privada de los derechos de ciudadanía: no tienen "papeles" y son discriminados y expulsados. Son inmigrantes desafortunados que huyen de la miseria, la guerra y la explotación que son consustanciales al intercambio desigual y las prácticas coloniales que promueve la propia Unión Europea en África y América Latina. La solidaridad del pueblo canario no puede invocarse de manera igual para estas dos formas de inmigración, porque su impacto social, económico, cultural y ecológico en las Islas es muy desigual.
5. Hay una inmigración que es discriminada, pero también una inmigración que contribuye a nuestra discriminación. Por eso consideramos que, entre las alternativas posibles a esta situación demográfica, es legítimo defender una Ley de Residencia. Quienes tachan de xenófobas las iniciativas legales para limitar en Canarias el impacto de la inmigración española y europea a la vez que apoyan un reforzamiento de la exclusión de los "otros" inmigrantes en la Ley de Extranjería, no dan ninguna alternativa al pueblo canario y favorecen la xenofobia. En esa posición se encastillan también quienes "amenazan" con la defensa de la Ley de Residencia en las Islas para reclamar una reforma y una aplicación más duras y severas de la Ley de Extranjería. Por último, quienes se oponen a la reforma excluyente de la Ley de Extranjería pero también a la Ley de Residencia eluden una respuesta legítima al deterioro de la calidad de vida de todos los habitantes del Archipiélago y además no logran impedir la exclusión de la inmigración de los países del Sur.
6. En Canarias los dos pilares fundamentales de la plena anexión a la Unión Europea están provocando gravísimos desajustes. La libre circulación de capitales, concentrados en el crecimiento urbanístico y la especulación inmobiliaria asociados al turismo, puede destruir irreversiblemente la calidad de vida, medioambiental y paisajística de las Islas. Unida a las grandes inversiones, la libre circulación de personas favorece el crecimiento demográfico, el deterioro y saturación de infraestructuras básicas y convierte a los canarios de algunas Islas en una minoría social marginada y alienada por el nuevo poblamiento europeo.
7. Las y los canarios tenemos con la inmigración hispano-europea y con la inmigración africana lazos históricos que se anudan en el sufrido mestizaje de nuestro pueblo. Queremos el bienestar para todos y la solidaridad con los más desfavorecidos, ya sean inmigrantes ilegales excluidos o legales sometidos a condiciones laborales precarias. La respuesta canaria a la inmigración irregular ha de expresarse mediante la apertura de la Ley de Extranjería. Pero son las relaciones de Canarias con la Unión Europea las que están provocando las tensiones sociales y, por ello, han surgido alternativas que proponen una excepción legal, por una parte, a la libre circulación de capitales a través de una moratoria urbanística, por otra, a la libre circulación de las personas que, no habiendo nacido en Canarias, tengan ya reconocidos todos los derechos de la nacionalidad española y la ciudadanía europea. Consideramos que cualquier medida legal o movilización dirigida a expulsar a la inmigración africana de Canarias es injusta, porque ignora la realidad misma del conjunto de la inmigración, utiliza criterios racistas y no contribuye al bienestar sino a la alarma ciudadana contra una minoría exigua de inmigrantes que ya están desprotegidos de todos nuestros derechos. Para ellos pedimos amparo legal y solidario, que se concretan en un trabajo digno y permiso de residencia. El pueblo canario no es racista. El racismo se está nutriendo en Canarias del sentimiento de indefensión popular ante el impacto social, cultural y medioambiental de la carga demográfica que actualmente soportan las Islas como consecuencia de un modelo económico que crece de forma insostenible, impulsando la inmigración turística y residencial española y europea. Ésta sobrecarga demográfica cercena las oportunidades y posibilidades de bienestar y la propia sostenibilidad del desarrollo para todos los habitantes de Canarias, sea cual sea su origen, y por eso puede y debe ser limitada legalmente.

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El borrador de manifiesto sobre el que se elaboró el definitivo es el siguiente:
(Recibido a través de  AKN y otros compañeros)

El siguiente es el BORRADOR de manifiesto elaborado para discusión en reunión el próximo martes 17 de octubre a las 8:00 en C/Buenos Aires en Las Palmas, para promover una concentración contra el racismo y contra la manifestación del día 19 en la Plaza de la Feria que han convocado unos colectivos para pedir la expulsión de los inmigrantes irregulares africanos.

>Octavio Hernández
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>MANIFIESTO
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>PAREMOS EL RACISMO
>EMIGRANTES AYER, SOLIDARIOS HOY
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>1. El pueblo canario surgió del mestizaje, pero ese proceso no fue impulsado por la tolerancia: aborígenes, negros y moriscos fueron esclavizados, perseguidos o maltratados, al mismo tiempo que los portugueses, asociados a los judeo-conversos, también coaccionados, eran objeto de sospecha. La Inquisición, los Cabildos y las Milicias fueron el instrumento de Castilla para aplicar una discriminación sistemática que, sin embargo, a menudo fue incumplida y no pudo impedir el mestizaje. El pueblo canario se hizo emigrante empujado por las consecuencias de esta discriminación original surgida de la intolerancia étnica y cultural de la Conquista y la Colonización. Durante siglos, decenas de miles de isleños murieron sin alcanzar el destino de bienestar que ansiaban, ahogados, explotados o enfermos. El bienestar de los pocos que medraron en la catástrofe de la emigración no compensa tanto sacrificio de todo un pueblo.
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>2. Sólo en los últimos treinta años, el pueblo canario ha hallado en el desarrollo la oportunidad de un bienestar que permita el retorno de nuestros emigrantes y sus descendientes. Sin embargo, los isleños que continúan privados de la posibilidad del bienestar en Canarias se cuentan por cientos de miles. Tenemos oportunidades que, sin embargo, no podemos realizar debido a que las condiciones del desarrollo han sido impuestas por factores y agentes externos en connivencia con minoritarias elites locales, y ambos obtienen beneficios de la dependencia política, económica y cultural de este pueblo.
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>3. Así, el desarrollo de Canarias coincide con una creciente inmigración hispano-europea que incide directamente en el bienestar, ya que estos inmigrantes intervienen en la economía no sólo como prestadores o destinatarios de servicios, sino también como consumidores de territorio y medio ambiente. Su presencia en Canarias no es inocua social, cultural ni ecológicamente y han venido a las Islas haciendo uso de todos sus derechos. No llegan acuciados por la miseria, sino a hacer turismo, a desempeñar actividades de ocio, liberales, ejecutivas, funcionariales como directivos, son inmigrantes afortunados. Junto a ellos, miles de trabajadores inmigrantes intentan aprovechar los momentos de auge económico del turismo y la construcción ofreciéndose a menudo a empresarios sin escrúpulos, que los utilizan para deteriorar derechos sociales y extender la precarización.
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>4. La inmigración hispano-europea, turística, residencial o temporal, supone el 90 del total y goza de todos los derechos de la libre circulación. El derecho de nacionalidad española se extiende al resto de ciudadanos de la Unión Europea. De esa ciudadanía común son excluidos los "otros" inmigrantes, africanos principalmente, mediante la Ley de Extranjería. La inmigración irregular africana representa menos de un 5 del total y, además, está privada de los derechos de ciudadanía: no tienen "papeles" y son discriminados y expulsados. Son inmigrantes desafortunados que huyen de la miseria, la guerra y la explotación. La solidaridad del pueblo canario no puede invocarse de manera igual para la inmigración africana que para la hispano-europea, porque su impacto social, económico, cultural y ecológico en las Islas es muy desigual.
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>5. Hay una inmigración que es discriminada, pero también una inmigración que contribuye a nuestra discriminación. Por eso son intolerantes quienes tachan de xenófobas las iniciativas legales para limitar en Canarias el impacto de la inmigración hispano-europea, a la vez que apoyan un reforzamiento de la exclusión de los "otros" inmigrantes en la Ley de Extranjería..Y lo son también quienes "amenazan" con la defensa de la Ley de Residencia en las Islas para reclamar una reforma y una aplicación más duras y severas de la Ley de Extranjería. Quienes se oponen a la reforma excluyente de la Ley de Extranjería pero también a la Ley de Residencia sólo favorecen los privilegios de la inmigración hispano-europea, porque fomentan con ello el deterioro del bienestar del pueblo canario y no impiden la exclusión de la inmigración de los países del Sur.
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>6. Las y los canarios tenemos con la inmigración hispano-europea y con la inmigración africana lazos históricos que se anudan en el sufrido mestizaje de nuestro pueblo. Queremos el bienestar para todos y la solidaridad con los más desfavorecidos, ya sean inmigrantes ilegales excluidos o legales sometidos a condiciones laborales irregulares. La solidaridad canaria ha de expresarse mediante la apertura de la Ley de Extranjería y la implementación de una excepción legal a la libre circulación de las personas que, no habiendo nacido en Canarias, tengan ya reconocidos todos los derechos de la nacionalidad española y la ciudadanía europea.
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>Por ello, consideramos que cualquier medida legal o movilización dirigida a expulsar a la inmigración africana de Canarias es injusta, porque ignora la realidad misma del conjunto de la inmigración, utiliza criterios racistas y no contribuye al bienestar sino a la alarma ciudadana contra una minoría exigua de inmigrantes que ya están desprotegidos de todos nuestros derechos. Para ellos pedimos amparo legal y solidario.
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>Al mismo tiempo, denunciamos que el racismo se está nutriendo en Canarias del sentimiento de indefensión popular ante el impacto social, cultural y medioambiental de la carga demográfica que actualmente soportan las Islas como consecuencia de la inmigración turística y residencial hispano-europea. Ésta ha crecido ya por encima de las oportunidades y posibilidades de bienestar y de la sostenibilidad del propio desarrollo para todos, y por eso puede y debe ser limitada legalmente.

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