Comentarios sobre la obra literaria de Roberto Arizmendi



Roberto Arizmendi es una voz limpia, fresca, directa y coloquial en la poética mexicana.

Benjamín Araujo


Arizmendi es un poeta a quien le muerde los pies el pavimento, pero lo muerde más lo que no se ve que lo concreto, lo muerde la soledad y el amor...

Rosendo García


Entre los polos o aspectos contradictorios de la vida actual, dolor y amor, Roberto Arizmendi encuentra la forma de decir el tipo de palabras que le dan cuerpo al sondeo poético, y su estilo está muy ligado a las formas en que se manifiestan sus objetos.

Guillermo Samperio


Sorprende Arizmendi al patentizarnos cómo rehuye el tono épico, prohijador, entre otros patentismos, de las terribles invocaciones y aullantes truenos. A reserva de ir a los cantos iniciados y terminados en la invocación universal de las cosas, sus versos corren breves, son nerviosos y, sobre todo, se vierten en el oído en trazos insinuantes y confesionales.

Carlos Illescas


En los poemas de Roberto Arizmendi, tras las fuertes notas optimistas, se oye, convocado, el grito del poeta, la referencia obligada al enigma. La música de su poesía es un canto, un intento de no detenerse en lo que no sea optimismo.

Nora Garro


Roberto Arizmendi nos convoca para aniñarnos y que juguemos con él, recorriendo sus poemas, a través de los cuales podremos descubrirlo o confirmarlo, pero fundamentalmente compartirlo.

Margarita Gatell


Después de leer la poesía de Arizmendi me quedo con la sensación del amor pleno o triste, pero nunca decadente, imposible. Su poesía no es para la declamación sino para la confesión, para el susurro. Viajero a solas, nunca solo, forjador de un lenguaje transparente, fluido, directo e íntimo; diestro en el timón de su barco poético, Roberto Arizmendi acepta la paradoja de la poesía amorosa que desemboca en la página impresa: acto íntimo que se vuelve del conocimiento público.

Héctor Carreto


Para Arizmendi existe la preocupación por el tiempo y casi la vuelve filosófica a través de su poesía, la cual posee una suavidad musical. Se percibe una melancolía disfrazada en sus meditaciones sobre la vida y que él juzga como una actitud del devenir de la vida humana.

Juan Martínez Tristán


Los textos de Arizmendi en un primer momento resuman una íntima tristeza de incumplimiento en la falta de tiempo, en la ausencia de estar para nombrar el propio mundo: la vida que se está yendo. El lamento por la vida que se acorta frente a una existencia inabarcable.

Miguel Flores Ramírez


Roberto Arizmendi es un convencido de que la poesía es para vivirla y no para vivir de ella.

Ana Maria Longi


En la poesía de Roberto Arizmendi la circunstancia es la vida cotidiana bajo el frío y el fuego del amor; esa desaforada pasión por la vida del otro, esa llama del demonio que nos atrapa, quema, martiriza y nos da la fuerza para sentir el Edén.

Ramón Del Llano Ibáñez


Roberto Arizmendi reconoce su firme vocación poética de buscador incansable que va de camino, sin comprometerse irreflexivamente con los motivos del mundo exterior. Su poesía lanza el dardo en el lugar adecuado, leva anclas en los rincones más imprevistos, siguiendo siempre un imperativo: el de nombrar lo que mira y toca, con la incredulidad del navegante que descubre todo por primera y única vez, que se sabe arrojado a un mundo al cual no volverá, y va de tránsito, extrayendo el secreto de las cosas.

Carlos Santibáñez


La poesía de Arizmendi es una propuesta de vida, una aventura en la que se compromete consigo mismo y con su destino, marchando por el camino del lenguaje y de la libertad. Posee un agudo sentido para descubrir en la esperanza la realización y el conocimiento de sus sueños y deseos, sus pasiones y su universo anímico profundo, su ansia de trascender.

Acela Bernal


Roberto Arizmendi toma posición frente al poder y la crítica -propia y ajena- pero no encontramos en ningún poema rastros ni despojos de panfleto.

Juan Ramos Calderón


La poesía de Arizmendi alude al camino de la fatalidad de la escritura; su motivación principal es Eros y el sentido platónico; la concepción del amor en Platón que parte de la carencia, la cual motiva a buscar la otra parte.

Dina Grijalba Monteverde


Los poemas de Arizmendi son un diálogo del yo con el otro, que puede ser una mujer, un hombre, la utopía, la ciudad; de ahí el aire metafísico que, como el humo de un cigarro, parece desprenderse durante su lectura.

Ricardo Hernández Echavarri


En la obra de Arizmendi se percibe una rara combinación entre espontaneidad y exégesis, muy al margen, definitivamente, de los rejuegos sensuales y de los devaneos metafóricos, cuyo relumbrón busca a toda costa el impacto, antes que la esencia y la sabiduría. En Arizmendi pesa más el recuento -trama de la memoria y crisol de la vivencia- que la observación meticulosa de cualquier fenómeno extraño. Más que descubrir Arizmendi ordena, calibra y reconstruye esos lados ocultos de la realidad, en donde el hombre -y he aquí la esencia cabal de su visión- es el transformador maquinal o el destructor voluntario de sí mismo.

Daniel Sada


La poesía de Arizmendi evidencia que al acto de evocar le acompaña la verdadera caída en el tiempo: conjugar una segura conciencia de la temporalidad humana con la certeza de que todo anhelo de retorno se ahogará en el espejismo de la nostalgia. Arizmendi logra con frecuencia hablar de la insoportable gravedad del ser, con palabras dotadas de la levedad del viento.

Josu Landa


Los textos de Roberto Arizmendi nos recuerdan que cuando Apolo aparece, durante la noche por cierto, en La Iliada, es entonces el dios del arco de plata que brilla como la luna. Estamos, pues, ante un Apolo primigenio, cuyo simbolismo es estrictamente lunar. Convendrá tener en cuenta el viraje de las mentalidades y la interpretación de los mitos para reconocer en él, mucho más tarde, a un dios solar, un dios de la luz, y para comparar su arco y sus flechas con el sol y sus rayos.

José Luis Rivas


Con su poesía, Roberto Arizmendi nos enuncia su capacidad de asombro y de trastocar la realidad nombrándola. Una constante en su obra es el tono, su postura esperanzada y alegre que se percibe hasta en el más melancólico de sus poemas.

Heriberto Ortiz Vera


Los poemas de Arizmendi son casi todos breves, no gritan en un tiempo de estruendo; a veces parecen sólo insinuados en una sábana, detrás de una cortina o en la levedad de la arena. Arizmendi es como los poetas que, a veces, son más importantes por lo que obran en la vida de los otros, que en la suya propia; como el mar que va por todas las orillas donde los hombres habitan; como el mar que abarca el universo.

Arturo Castillo Alva


La poesía es para Roberto Arizmendi una forma de vivir, de observar y asumir el mundo circundante, y una manera de avanzar en el camino; es algo consustancial a los seres sensibles, que se convierte en sentido, orientación y razón de ser, modo de vida, esencia indefinible que permea todo el ser y la vida del poeta.

Marco Esquivel


El libro de Roberto Arizmendi Los pasos y los días es más que un libro de viajes; no es propiamente poesía, pero con mucho rebasa la simple prosa y en momentos alcanza alturas filosóficas. Arizmendi recorre como una lanzadera los lugares más interesantes de Manhattan, con la mirada de un artista que va tomando nota de todo lo que se mueve a su alrededor. El resultado es una melodía plena de matices melancólicos. Woody Allen ha explorado Nueva York y le ha descubierto mil rostros y personalidades, pero nunca, en ninguna de sus obras, consiguió la limpidez que Roberto Arizmendi logra.

Gilberto Calderón Romo


Pocos sabemos que hay gente que después del trabajo diario trabajan las horas extras de la vida que ningún burócrata aficionado a las firmas y a las tres copias de rigor autoriza para que se paguen como debe de ser: con el reconocimiento que se merece replantear la cotidianidad en un poema. Menos mal que existen hombres como Roberto Arizmendi, largo viajero del camino de la poesía.

Armando Zamora


El decoro formal y la expresión de emociones vitales, en los poemas de Roberto Arizmendi, son rasgos permanentes de su capacidad lírica, donde el sentimiento amoroso ocupa un lugar de relieve. Su obra está impregnada de nostalgia, ensoñación, conocimiento e identificación con el mensaje de la naturaleza, y de un sentido humano que reconoce la gravitación de la belleza y la armonía en lo que existe. En sus textos, la tierra, el mar, la lluvia y el existir no son los inmóviles paisajes de adjetivos, sino espacios sutilmente sonoros; no son un alusivo fondo transitorio sino el tema mismo del canto, la medida de su ritmo y la clave de su mensaje humanamente libre, singularmente amoroso.

Alonso Vidal


Una manera de acercarse a la obra poética de Roberto Arizmendi es estableciendo una serie de relaciones semánticas a lo largo de 34 años de labor literaria. La primera de estas relaciones es de orden espacio temporal; la segunda es una relación dialógica, al descubrir diferentes niveles de lectura del texto poético para conferirle al discurso la capacidad de comunicar conocimiento y sensaciones; la tercera es la relación referencial, porque el trabajo de Roberto nos recuerda que la función de la memoria -absolutamente individual, cálida y serena- es crucial en las diversas fases de comprensión del discurso; y la cuarta, es la interpretación temática.

Miguel Manríquez


Poeta del amor a la mujer, Arizmendi canta al acto de estar con ella, pero el hecho amoroso, como el tiempo, se agota, y en el recuerdo surge el trabajo del poeta: reconstruir, en la ausencia, en la nostalgia, ese acto por medio de las palabras. Pero la vasta y rica obra poética de Roberto Arizmendi, espejo de los temas humanos, también se extiende al amor a los hijos, a la amistad, a la infancia perdida, a la justicia social, al sueño y el ensueño, a la soledad del hombre frente a la inmensidad del cosmos y a la muerte como un proceso natural.

Héctor Carreto


Estamos ante la presencia de una voz existencial dolorida, pero compenetrada del instinto erótico como convencimiento de la vitalidad, como valor per se. En este mundo no ajeno a las modas literarias que lanza como premisa la preeminencia de la forma sobre el mensaje, Arizmendi revierte la fórmula para optar por la intensidad conversacional con el lector -que en veces puede ser él mismo-; se atreve a volcar lo que está de moda en este momento en la literatura nacional, en la que hay cada vez más poetas, pero menos poesía; más gente que escribe, pero menos que logra entrar al fondo de la palabra.

Benjamín Araujo


El planteamiento de un antagonismo entre la emoción y la razón no tiene cabida en la poesía de Roberto Arizmendi. Este poeta ha sabido disolver en arte alquímica -y no ciencia o esoterismo- la sapiencia de la emoción, decantada con el halo intelectual del verso transparente. De pronto el poeta mira con las manos, toca con los ojos, hace el amor con el mar, navega en la mujer. Pero los sentidos son uno: convergencia de la estética.

Javier España


Roberto Arizmendi habla, escribe, hace poesía, tal como vive. Un rasgo fundamental de su poesía, así como de su vida, es su actitud frente a la vida. Cuando va describiendo sus experiencias o va contando sus amores, siempre es con optimismo; con ganas de buscarle sentido y gozo a cada día, a cada momento. La fuerza que transmite en cada verso, es la madurez de esa vida que no desconoce dolor, simplemente no lo magnifica. Una utopía a la cual perseguir y trabajar por ella siempre está presente en su poesía.

José Luis Guevara


Arizmendi nos introduce con mucha claridad en el detalle cronológico de lo visto y vivido por él y, a partir de ello, comparte las reflexiones personales que surgen en su diario camino de viajero incansable, convertidas en textos bellos que invitan a leerlos y disfrutarlos.

Alfonso Rangel Guerra


Roberto Arizmendi no busca en ningún momento un juego pernicioso de palabras o metáforas complicadas, él entra a la naturaleza de las cosas, a la esencia de la palabra sin más lío que su misma vida, es por ello que en algún momento uno se encuentra en el vendaval de belleza que transmiten sus palabras, ya que los recuerdos fluyen sin necesidad de forzar el lenguaje, ni siquiera existe el afán de mostrar, de enseñar, sino el contar sencillamente las mil formas de su pensamiento y sentido.

Flora Calderón


Roberto Arizmendi es un hombre generoso con la vida, en todos sus aspectos, sentimientos y emociones; habla de las pasiones, del coraje, del amor de juventud, pero también del amor pleno de hombre maduro. Se ama cuando se está en los sueños y Roberto, a través de sus poemas, nos invita a meternos en sus sueños para descubrir el amor.

Consuelo Valle Espinoza


Hay muchas personas que escriben versos pero no son poetas; su palabra no ha sido tocada por la gracia de la poesía; en el caso de Roberto Arizmendi definitivamente hay ese momento extraño y extraordinario en que una sucesión de palabras se convierte en poesía.

Francisco Bernal García


Roberto Arizmendi, tenaz y leal consigo y su otro yo, ha dialogado con Neruda, ha sido entusiasta con Sabines y amante del Brasil y sus sonidos; admirador urbano de la convivencia urbana, porfiado hilador del tiempo, obsesivo trabajador de la palabra y perfeccionista de la rima, entre el hombre y la mujer y el eco de sus propósitos, amante de la vida y gambusino de las letras.

Sergio Martínez Romo


La obra literaria de Roberto Arizmendi es una poesía muy personal, íntima, coloquial y sencilla, pero que en uno u otro texto todos nos vamos identificando. Con sus textos, ha ido creando una crónica a través de la poesía de lo que ha sido su vida; y decir su vida es decir sus amigos, porque la amistad es la parte fundamental de Roberto.

Guillermo Lavín


Roberto, describe, -en el lenguaje de la poesía- la vida cotidiana, y propone su manera de ver el mundo y compartirlo. En su obra, el amor y la soledad, el recuerdo y el sueño, la amistad como compromiso humano, son manifestaciones siempre presentes, como en los ciclos de la naturaleza; asimismo, la esperanza, como actitud, se emparenta con la utopía; y es que un rasgo fundamental en la poesía de Roberto Arizmendi, que al mismo tiempo puede resumir su mensaje, es su actitud ante la vida. Va por la vida insatisfecho pero optimista, creando y creyendo en utopías, saboreando cada expresión de vida propia y ajena; va describiendo sus experiencias y contando sus amores, con optimismo, con ganas de encontrarle sentido y gozo a cada día; esa es la fuerza que da, que transmite en cada verso; porque así también va construyendo su actitud ante la muerte, con el mismo optimismo…

José Luis Guevara


Leer a Roberto Arizmendi es compartirlo, apropiarnos de su sentir, sufrir sus congojas y encendernos con sus piras provocadas en su vivir, de una etapa asaz dolorosamente escrita bajo represiones que le impregnaron de amargas huellas. Mar, cielo, noche, luna, calles, visten el escenario de su creación. Su poesía es diáfana, transparente, sin rebuscamientos que opaquen la belleza de la idea.

Glafira García de Miranda


La obra poética de Roberto Arizmendi está integrada con poemas en los que a través de un lenguaje coloquial y directo podemos adentrarnos en su concepción de la infancia, el amor, los recuerdos, el sueño y la soledad.

Marcos Rodríguez Leija


La poesía de Roberto Arizmendi es limpia y clara, con un lenguaje sencillo; plena de pasión por la vida y de agradecimiento a la vida, pero sobre todo, llena de amor por la amistad.

Jorge Luis Ibarra


La poesía de Arizmendi es un guiño al romanticismo. Evocación suave y lejana, acaso íntima nostalgia del sentimiento amoroso. La mujer queda atrapada en juegos semánticos. La suya es una propuesta con el reencuentro que, a veces, suele ser el recuerdo. Lejos de las estridencias, sus versos son espontáneos y coloquiales; trozos de optimismo paridos por la alegría de vivir, porque celebra el gozo de cada día.

Eduardo Martínez Hernández


En los textos de Arizmendi hay una buena cantidad de propuestas, un abundante regalo de luz, espacio, aire limpio, belleza de las mañanas, noches, tardes, días enteros, lavados por la lluvia, elemento que es una constante en su obra.

Margarita Oropeza


Recuperar la memoria a través de la epístola sigue siendo la mejor manera de practicar los íntimos exorcismos que nos llevan a organizar el conocimiento del mundo: el mundo de lo cotidiano, y al cual, generosamente, Arizmendi invita a participar de su experiencia y su sentido. La obra epistolar de Roberto Arizmendi es algo así como dar cuenta de una portentosa conversa que no se agota en la charla cotidiana, sino que es obligatorio continuar en forma de diálogo interno.

Miguel Manríquez


Los versos de Arizmendi son un homenaje a la sencillez, atributo que no debe confundirse con la superficialidad y la ligereza. Se trata de una sencillez que remite a las honduras, a las rutas profundas ante las que cotidianamente solemos poner tantos obstáculos. Son poemas libres, limpios, vivos, que se dejan leer y releer sin cansancio…La fluidez del lenguaje, la mesura de los versos, el ritmo virtuoso de una estrofa a otra, hacen concluir que su estrategia verbal rinde tributo al lenguaje coloquial más que a la elaboración metafórica

Guadalupe Aldaco


Arizmendi. suelta al viento la fuerza de la soledad y el reclamo al amor y a la vida. Un reclamo exigente -que no parece conocer medida- acompaña a cada una de las palabras de sus textos, donde igual que cuando navegamos, sorteamos lo mismo aguas en completa calma o marea que alborota.

Margarita Araux


La obra de Roberto Arizmendi tiene una calidad innegable que es la autenticidad además de la claridad que logra transmitir en sus poemas.

Alberto Rivera Domínguez


Arizmendi es un poeta marítimo, para quien el mar es origen y destino y de él surgen el secreto, el encanto mágico y la incógnita, porque para él, el mar es todo. A través de sus versos libres escuchamos el reflujo de las olas.

Alejandro García Vallejo


Sensible al acontecer de la vida diaria y de la historia social, Roberto Arizmendi ha querido ser testigo y relator de lo cotidiano, convertido en palabra poética, para compartirlo a través de lo que publica en libros, revistas y publicaciones periódicas.

Jorge González Castillo


Quizá lo más fascinante del trabajo poético de Arizmendi es la capacidad del poeta para descubrirse y descubrir; y en esa medida, mostrar aquello en que tanto se es un dios como un héroe despojado de toda característica valiosa: ser un despojo humano por la pérdida del amor o encontrar el deslumbramiento de la luz de la poesía a través del amor. En la poesía de Roberto radica un sutil erotismo que le da un gran encanto a su trabajo.

Bernardo Ruiz


La poesía de Roberto Arizmendi es fruto de una búsqueda del hombre que, insatisfecho, herido por la realidad que percibe, la transforma, la alquimiza, para hacer de la vida algo más soportable. La del poeta es una casa del tiempo con ventanas rítmicamente agitadas por el viento marino y en cuya intimidad penetra curiosa la luz de la luna.

Sandra Torres


Roberto Arizmendi es el poeta de la plenitud y el gozo porque todo en él es optimismo. Sin a veces decir amor, sus poemas son el más hermoso testimonio del amor; producto del equilibrio emocional y sensitivo; busca contagiar, cantar, transmitir parte de su universo y su esperanza, compartir parte de su verdad.

Eduardo Martínez Hernández


En el poemario Estampas de viaje, los procedimientos de Arizmendi se adecuan a la finalidad tan nítidamente planteada de hacer un viaje de re-conocimiento que el autor realiza hacia sus mundos internos; el uso tenaz del vocativo permite un diálogo amplificado continuamente en la confirmación erótica, por lo que se teje sin pausa un transcurrir amatorio que ratifica el viaje total. El poemario produce determinadas impresiones y percepciones, que habrán de nutrir, muy especialmente, esa “otra historia” íntima anunciada al comienzo del libro. Un viaje metafórico como el cumplido por Roberto Arizmendi, es de las odiseas subjetivas que llevan, como parte del equipaje afectivo, la sustancia de lo inacabado.

Saúl Ibargoyen


El poeta Roberto Arizmendi evoca y traza con sus múltiples imágenes su nota amorosa, en donde la figura de la mujer, en los momentos de gozo se ofrece generosa como un vasto océano y en otros en indescifrables rincones.

Martha Edna Castillo

Arizmendi es un poeta que gusta de cantar el placer de vivir, la gloria de un encuentro de amor o el sabor agridulce que marca la distancia cuando lejos se encuentra la persona amada.

Vincenzo R. Spagnolo

Arizmendi persigue, en su personal búsqueda, el equilibrio entre sus experiencias emocionales, sensoriales y reflexivas, presentadas en palabras que nos hablan de un mundo inasible, en bruma, románticamente becqueriano, donde el autor alcanza el amor que se desvanece, dejándolo ir al recuerdo, al mismo tiempo que lo reclama con la fuerza del anhelo.

Margarita Araux

Entre bruma y humedad del puerto es un poemario de belleza y esperanza únicas. Hacia muchos lados de los paisajes de esta obra, encontramos imágenes dignas de ser contempladas…

Bruno Pablos

El ser, el no ser; el amor y el desamor; los encuentros y desencuentros; las auroras y los ocasos; el cielo y el abismo; todo tiene un significado, una intención, y forma parte del plan maestro del universo poético por donde transita Roberto Arizmendi, poeta, trotamundos infatigable, con diecisiete poemarios a cuestas y una producción que se divide entre la planeación docente y la escultura del sueño.

Ramón Iñiguez

Roberto Arizmendi es uno de esos infrecuentes seres con los que uno se encuentra, cuya transparencia y luminosidad nos convierte de inmediato en sus amigos. Desde 1962 en que nació formalmente a la poesía, estableció su poética personal a la que ha guardado fidelidad y supo encontrar su voz propia, que se ha reafirmado y enriquecido a través del tiempo. En su obra, nos habla de la dicha del amor, de los acontecimientos que se arrastran a lo largo de su historia personal, del calor, el fuego, la multiplicación de los días dentro de una misma costumbre; el lento paisaje, la lenta vida, donde el asombro surge a cada instante, donde todo lo que acontece tiene fuego, por ejemplo la vida y el amor; por ejemplo la muerte, la soledad y el olvido. La poesía de Roberto Arizmendi es transparente, directa, sin artificios y por ello llega directo al corazón de sus lectores.

Thelma Nava

El libro Inventar la lluvia concentra lo mejor de la obra de Roberto Arizmendi; una obra literaria que habla de todos los episodios de la vida, relacionándolos con su pasado, desde el inicio de ella hasta cuando nos despedimos de este mundo; lo cual muestra la sensibilidad y la humanidad que lo caracterizan.

Leticia Mendoza Toro

Roberto juega no solamente a inventar la lluvia; juega con la poesía a inventar figuras, imágenes, muchas veces perdidas; pero él las dibuja con palabras, las rescata y nos las regala en sus poemarios.

Nereo Zamorano

La poesía de Roberto Arizmendi es un amplio lago, abierto, sobre la cima de una sierra. En él se puede beber sin temor. Los pinos que lo rodean, le dan serenidad; pero el cierzo -ese viento que aquí llamamos el Norte- arranca hasta las raíces cuando arriba sin previo aviso. Así la poesía de Arizmendi: tiene el compromiso emocional con los amores y los amigos. Es un brindis constante, que a veces atropella y sacude.

Guillermo Lavín

En los poemas de Roberto Arizmendi encontramos plenitud y reflexión sobre el ser; la relación del ser, de mirarse, de alejarse de la mujer amada y volver a reinventar el amor. Hay poemas de reinvención amorosa, o sea tomar aquello que está guardado, los testimonios a veces tristes, la nostalgia del amor deshecho para poder reinventar el amor. Roberto ha entrado a la etapa de meditación y su trabajo poético se aleja de los amores para llegar a nuevos amores, a una nueva intimidad amorosa en la cual propicia esta nueva reinvención de la lluvia que es reinvención de sí mismo.

Alejandro Rosales Lugo

Roberto Arizmendi es un poeta de Aguascalientes, que ha viajado, ha estado en muchos sitios y su poesía está alimentada de estos viajes, de este traslado continuo.

Roberto Quevedo

En los poemas de Roberto Arizmendi se encuentra una frescura enorme, de una juventud inmensa...; hay una claridad de escritura que bien nos recuerda a las primeras emociones de nuestra juventud; es decir, aquí la sencillez no es simplicidad, es naturaleza; aquí no hay palabras que tengamos que buscar en el diccionario, son palabras que decimos, con las cuales nos hemos enamorado alguna vez.

Rubén Chávez Ruiz Esparza

Roberto Arizmendi nos ofrece una obra bastante amplia y voluminosa en cuanto a la experiencia y en cuanto a su consistencia como creador poético.

Jesús Serra Pérez

La obra de Roberto Arizmendi es una poética que intenta indagar en lo cotidiano; una poesía que enfatiza, que hurga en la experiencia inmediata, instantánea, en la experiencia de vida; una poesía que es quizá la más difícil de hacer, porque es la de apariencia más sencilla, que no busca apelar a códigos herméticos ni busca torceduras mayores en el lenguaje, sino que desde su propia diafanidad intenta reflexionar y ver ese otro lado de lo cotidiano que nunca vemos.. Se trata, también, de una poesía de la errancia, una poesía que no deja de mirar un viajero.

Arturo Gutiérrez


inicioinicioinicio

oag13@usa.net
Sugerencias, dudas y comentarios