Para esta concepción médica, los procesos de enfermedad están relacionados con
la memoria patológica que puede dejar cualquier suceso del transcurso vital en
el funcionamiento del sistema neurovegetativo y que afecta a la totalidad del
organismo.
A través de la interacción entre médico y paciente y de la aplicación de sus
técnicas, esta memoria patológica es movilizada, se desencadena un proceso de
biorregulación. Esta reacción conduce al organismo como un todo hacia un nuevo
orden más evolucionado. Se restaura y desarrolla la capacidad curativa interna
por el desbloqueo de los obstáculos mentales, emocionales o físicos,
recuperándose la conciencia de uno mismo como una unidad.
La perspectiva mecanicista y reduccionista de la medicina convencional (nivel
bioquímico, industria farmacéutica) no permite interpretar convenientemente
estos fenómenos. Pero actualmente disponemos de los principios de teorías
científicas vanguardistas que posibilitan su comprensión al situarlos en el
marco de un paradigma científico más amplio: las ciencias de la complejidad, la
biocibernética, la teoría del caos y la física cuántica. La Neurofisiología
entra así en una dimensión dinámica que no podía concebirse desde la visión del
viejo paradigma.
En sus conclusiones observacionales, la Terapia Neural coincide con lo esencial
del pensamiento homeopático clásico y de todas aquellas terapéuticas que se
basan en una concepción vitalista e integral. En su evolución y en el ejercicio
de su práctica se desarrolla el significado pleno de la actualmente denominada
Medicina Holística, que engloba perspectivas filosóficas, antropológicas y
sociológicas.