22 de junio de 1997, Holy Family y Cristo Rey

Según la Biblia uno de los lugares más comunes en que Dios habla al hombre es en medio de la torment. Por ejemplo, este domingo vemos como en Antiguo Testamento que Dios cuando finalmente le respondió a Job, lo hizo en medio de la tempestad. Y en el evangelio Jesús les muestra su poder a los discípulos calmando las olas del mar.

Lo extraño es que Jesús mismo estaba tan tranquilo--o tan cansado, quizás un poco como Armando nos contó el domingo pasado--que dormía en la popa del barco. De todos modos, cuando los discípulos le rogaron, Jesús se despertó y calmó el mar.

Jesús hace lo mismo en nuestras vidas. Esta semana el arzobispo Murphy nos contó a los sacerdotes como Dios lo ayudó en una forma extraordinaria. Cuando el estaba en el hospital en el mes de diciembre, los médicos pensaban que tenía pocos días para vivir. Su hermano y su hermana que habían venido desde Chicago para acompañarlo en que creían que iba a ser el fallecimiento de él. En esos días el obispo estaba en el estado de coma--no podía hablar ni escuchar ni mover los brazos o piernas. Sus hermanos salieron de su cuarto del hospital para hablar con los médicos sobre los planes para el funeral. Pero todavía en su coma el arzobispo se levantó, puso una cobija sobre sus hombros y salió también a la pasilla. Le dijeron, "Hermano, tienes que volver a tu cama." Pero, él en un sueño profundo, les dijo, "¿Uds.no la ven?" Le preguntaron, "¿A Quien?" El siguió, "¿No escuchan Uds. a los niños? Están rezando, están rezando el rosario." Pues, desde aquel momento el arzobispo empezó a recuperarse la salud. El nos dijo que, después de unos días, sus hermanos le contaron lo que había sucedido. El arzobispo nos dijo que esta experiencia ha aumentado mucho su devoción a la Virgen María.

Es interestante que esto sucedión unos once días después de ser admitido al hospital. Fue precisamente el tiempo en que estabamos rezando la novena a Nuestra Señora de Guadalupe. Pues, hermanos, la oración tiene poder, en modo especial la intercesión de la Virgen María, Madre de Jesús. Y Uds. quizás han escuchado que otra vez el arzobispo está en el hospital. Tenemos que rezar con más esfuerzo por él/

Es cierto que Jesús puede calmar las tempestades de nuestras vidas. A veces cuando hay cambios podemos sentir como las olas están entrando en el barco. Ahora es un momento de una cierta transición para la comunidad hispana. No creo que el efecto práctico será drástico, pero quisiera explicarlo para que todos puedan entender. Uds. saben que la arquidiocesis siempre ha tenido la visión que las comunidades hispanas sean directamente bajo su respectivo párroco. Pero en las comunidades de Kent y Cristo Rey hemos tenido una estructura aparte que se llamaba "Ministerio Hispano del Condado de King." Yo he sido el capellan y el Padre Alberto mi coadjutor. Pues, comenzando el primero de julio, el ministerio hispano del condado va a ir desapareciendo y las comunidades de Cristo Rey y Kent serán parte de su parroquía. No será un cambio drástico en orden práctica porque el Padre Alberto seguirá como ministro a las dos comunidades. Oficialmente será el vicario parroquial de Cristo Rey y el ministro sacerdotal ("priest minister") de Holy Spirit en Kent. Sus supervisores serán los párrocos de esas parroquia, el Padre Andy y el Padre Mike Ryan.

Mientras tanto yo seré el párroco tiempo completo de Holy Family. El problema es que estoy perdiendo mi vicario parroquial, el Padre Pedro. Esto implica una cierta re-organización de la parroquia. Pero al mismo tiempo tendré la ayuda de un sacerdote bilingue para los domingos. Uds. lo conocerán y creo que serán muy felices con él. Trabajó once años en el pais de Chile y es un hombre muy espiritual.

Pero siempre el cambio, aun un cambio bueno, causa un poco de desequilibrio. Lo importante es mirar a Jesús.

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