Pecado Original y Tentación

(Homilia Quinto Domingo de Cuaresma)

Hoy tenemos el tercer escrutinio para los que serán bautizados en la Vigilia Pascual. El escrutinio incluye esta oración de exorcismo:

Señor Jesús,
que, resucitando a Lázaro de la muerte,
significaste que viniste para que tuviéramos vida abundante...

Dignate sacar del imperio de la muerte a estos elegidos tuyos,
que por el Bautismo anhelan acercarse a la vida.

Líbralos de la esclavitud de Satanás,
la fuente del pecado y de la muerte
y que se esfuereza en corromper al mundo,
que tú creaste bueno...

La oración indica que nosotros podemos experimentar algo semejante a la resurreción de Lázaro. Sucede cuando dejemos la monotonía del pecado para abrazar la vida nueva que Jesús nos ofrece. Para los elegidos esta transformación ocure en el momento del bautismo. Para nosotros que ya somos bautizados hay un segundo bautismo que nos espera.

Ojo: cuando hablo de un segundo bautismo, no es una cuestión de ser re-bautizado. San Pablo dice que hay "un solo bautismo." (Eph 4:5) Para los padres de la iglesia, re-bautizarse es burlarse de la gracia de Dios. Sin embargo, los padres hablaron de un cierto tipo de segundo bautismo. Es lo que hoy día llamamos el Sacramento de Reconciliación o la Penitencia.

Quisiera invitarles a ese segundo bautismo, especialmente durante estos días antes de la Semana Santa. Muchas parroquias tienen servicios penitentiales con varios sacerdotes. Esta semana nos toca a nosotros en Sagrada Familia. El servicio penitencial en Holy Family será este jueves a las 6:30 p.m. Va a haber unos ocho padres, la mayoría pueden confesar en español. Por ejemplo: Los padres Alberto Cerezo, Donaldo Perea, Jordan Bradshaw, David Jaeger. También el Padre Gallagher, p. Manuel Ocaña y el p. Pedro Peterson estarán presentes. Se puede confesarse en castellano o en inglés.

Al invitarlos a este servicio, quiero aclarar algunas cosas. Como va a haber mucha gente no será el momento para consejería. El sacerdote va a escuchar los pecados y quizás dar una palabra de aliento antes de la absolución. Claro que si alguien tiene un problema más complicado, el padre va a recommendar otra oportunidad para resolverlo. Estoy convencido que hay muchas personas que desean expresar sus fallas y heridas para recibir el perdón, la sanación que solamente Jesús puede dar.

Para algunos confesarse los pecados da miedo. "Si yo realmente digo mis pecados al padre, él va a gritar, tal vez me pegará." No, hemanos, ni yo ni los otros saceerdotes van a gritar o pegar--queremos seguir el ejemplo del padre amoroso que recibe el hijo arrepentido con mucho cariño. Recuerden siempre las palabras del Papa Juan Pablo, "No tengais miedo." Es la voz de Jesús diciendonos, no tener temor. Jesús ya pagó el precio en la cruz.

Confesarse puede aliviar un cargo enorme, "Padre, he caido en la flojera. No fui a la misa dominical. Fui con mis amigos en vez de pasar tiempo con mi señora y mis hijos." O "Padre, he sido infiel a mi vocación. He tomado cosas que no son mias. He dicho mentiras. Necesito la ayuda de Jesús para salir de una relación incorrecta." O sencillamente "No he respetado a mis padres. No les conté la verdad sobre lo que hago y quienes son mis amigos."

No importa lo que está molestandote: la pornografía, control de natalidad, alcohol o quizás otra cosa que te tiene atrapado, te suplico seguir el consejo del Señor: "Muestrate al sacerdote." Puede ser que no haya una solución instantanea, pero al confesarte, otra vez vas a estar en la sombra de la cruz. La esperanza volerá a tu corazón.

Esto, hermanos, es la resurección espiritual. Como Jesús sacó su amigo Lázaro de la corrupción de la tumba, así también quiere dar una segunda oportunidad a tí y a mí. Ven a él en el gran sacramento de reconciliación. No tengas miedo.

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